
Los conocidos altares Asen, como los que hemos presentado fotos al principio, pertenecen a la etnia fon, repartida por Benín con alguna pequeña implantación en Nigeria.
Los altares Asen están formados por una plataforma, en el centro de cuya base se inserta un largo vástago que sirve de mango y destinado, al mismo tiempo, a ser hincado en tierra para el desarrollo de las ceremonias.
Del perímetro de la plataforma penden, a veces, pequeñas cadenas o figurillas a modo de adorno.
Otros altares Asen sirven de bastón y de altar, según el momento.
Encima de la plataforma figura uno o varios personajes. Normalmente un personaje sentado en una silla o trono, vestido con una larga túnica que puede representar a un notable, a un dignatario o al director del ritual, e incluso al mismo difunto, pero siempre a un personaje revestido de autoridad.
Altares Asen
Estos altares que están destinados a honrar la memoria de un difunto intervienen en las ceremonias en honor de Osanying, dios de la medicina. Los altares reales son fabricados por el clan de los orfebres y de los herreros reales, llamado Huntondji. Se colocan a la entrada de los santuarios familiares.
La palabra Asen significa servir, y servir implica la idea de ofrenda. Sobre este altar se servirá la bebida de las libaciones en honor del difunto. Durante la ceremonia se consagrará el agua destinada a ser bebida por los participantes.
Esta calabaza recibe el nombre de sinuka, es decir, la calabaza para beber agua consagrada.
Sobre estos pequeños altares Asen, aparecen, normalmente sentados, unos personajes que representan a los sacerdotes oficiantes de la ceremonia o a antepasados.
Los fon son hábiles herreros, especialistas en conseguir formas delimitadas y precisas con este material, como también en fundir metales con la técnica de la cera perdida.
Conviene incidir en que África fue el primer continente que fundió metal, pasando directamente de la edad de piedra a la del metal antes que a la del hierro.
Sus trabajos en hierro, ahora casi todos depositados en grandes museos o colecciones, parecen a primera vista naif.
Fundición de los Fon
Y lo mismo pasa con sus fundiciones que adquieren un carácter menos realista y formal comparado con el hieratismo de los bronces de Nigeria.
El grabado elaborado o tallado de calabazas es otra artesanía de procedencia Fon.
Todos los pueblos ga gbe como los fon, siguen realizando para sus prácticas espirituales estatuas o altares a Legba, deidad guardiana, así como otros objetos conceptuados como deidad vodú.

Estos objetos adscritos a la divinidad, completamente abstractos en forma, se confeccionan como una escultura collage, con numerosos ingredientes que incluyen conchas de cauri, cuernos de cabra, colas de vacas, garras de pájaros, campanas de hierro y raíces de árboles, todos unidos con arcilla roja amalgamada con sangre de animales sacrificados.
Legba
Casi todos son en honor a Legba. Para los Fon, Legba es un embaucador. Él es un alborotador que interrumpe la armonía y siembra confusión, pero es reverenciado como un transformador y no se lo considera malvado. Como otros embusteros,
Asimismo, Legba preside la adivinación. Llamado el ‘lingüista’, traduce para los humanos los requerimientos de los espíritus.
Se producen tambores y algún que otro instrumento, de varios tipos para ceremonias específicas, pero al no ser sus instrumentos tan imprescindibles como la voz, no reflejan en ellos su saber hacer, ni son comparables estéticamente a los de otros de sus vecinos.
Del mismo modo, los trajes de vodú para la posesión de espíritus pueden estar ricamente adornados con cauris cosidos en patrones pautados.
Todos los objetos necesarios para la adivinación Afa, así llamada por los ewe, o fa por los fon, similar a la Ifa yoruba, también se crean con gran cuidado y elaboración; por lo que a veces los europeos los compran como objetos de arte.
Concepto y criterio Akan
Los taburetes son importantes para estos pueblos aunque lo son y más prominentes para los linajes ewe y fon, con el mismo concepto y criterio extraído de los akan. A menudo están tallados con detalles narrativos, de modo que su significado simbólico se relata periódicamente para que las generaciones futuras puedan entenderlo.
Tiene unos peculiares estandartes, similares a pendones o reposteros, de coloridos tejidos de algodón, a los que añaden aplicaciones de telas teñidas de vivos colores que relatan la sucesión de reyes o hechos históricos. Estos eran instrumentos de poder de una exclusiva élite, cuya producción y uso quedaba en manos del rey, aunque ahora son hechos tanto para los turistas como para el consumo local.
El Reino Fon de la República de Benín, data, como hemos dicho, del siglo XVII en que era conocido como Dahomey, pero alcanzó su apogeo entre principios del siglo XVIII y mediados del XIX, cuando el comercio de esclavos era su fuente dominante de riqueza y poder.
Se conservan en tiendas británicas principalmente aunque también en otras del resto de Europa, numerosas facturas contabilizadas durante el siglo XIX, que ilustran la presencia de telas con apliques fon para su venta y con uso como sombrillas y tapices.
Incluso desde la década de 1890, cuando el Reino Fon fue oficialmente derrotado por los franceses, estos tejidos continuaron siendo utilizados como emblemas de poder y autoridad por la realeza y otros contextos de liderazgo.
Dahomey
Adams 1980 nos dice que:
“Por ejemplo, los grupos sociales de hombres que comparten el trabajo o los gastos de los funerales todavía los usan con diseños cuyos significados proverbiales expresan los ‘artículos de fe’ de su membresía”.
Estas telas también manifiestan el dolor de los deudos en los funerales, en cuyo caso las telas se conocen como ‘tela para secar tus lágrimas’.
Al igual que con cualquier tejido realizado antigua y originalmente en África, estos con aplicaciones de los fon, muestran visualmente lo requerido por el que lo encargo, como ya he dicho, cosa normal y como sucede con cualquier símbolo de este tipo en cualquier país. Pero a diferencia de los textiles entretejidos, estos, evocan ideas, personas y eventos históricos a través de sus coloridas aplicaciones recortadas.
El primero que presentamos, hecho por la familia Yémadjé en 1911 o 1912, es copia en el Museo de Quai Branly, del original en la colección del palacio.
Muestra al Rey Glèlè, representado como el león devorando a sus enemigos, en la parte inferior izquierda una pantera macho, ancestro mítico de la dinastía real, a su alrededor los soldados del rey capturando a sus enemigos.
En el segundo se ve a Hevioso, poderoso dios vudú en todo su poder. Original propiedad del Museo de Arte de Dallas.
En el tercer ejemplo, muy popular y replicado actualmente entre los turistas, representan más de media docena de reyes diferentes en la historia fon, con los primeros representados en la parte superior y los más recientes en la inferior. Se dice que el motivo del bote en la parte superior derecha representa al rey Agadja, que gobernó desde 1708-1732, y cuyos logros incluyen la conquista de Whydah, un reino en la costa, origen de la actual ciudad y puerto de Ouidah.
El rey Agonglo
La imagen central de una planta de piña es la del rey Agonglo, que gobernó desde 1789-1797. Las explicaciones de por qué él está asociado con una piña son algo peregrinas.
Hay historiadores que dicen que Agonglo inventó un tipo de cuchillo cuyo borde aserrado semeja el de la hoja de una piña. Otra afirma que Agonglo, al ser atacado por su enemigo, se apoderó de una piña debido a sus propiedades protectoras, una creencia reforzada por el proverbio:
“Un rayo puede caer sobre la palmera pero la piña no tiene por qué ser dañada
Elaboran también algunas figurras en terracota, siendo las mujeres, como tradicionalmente en todo África, las encargadas de su manufactura, aunque la carga magica, objetos añadidos o sacrificios y libaciones, los realiza el sacerdote.

Al margen de estas figuras, ellas también elaboran los utensilios domesticos. |
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