
Entre los fon de Benín, como hemos dicho antes Reino de Dahomey, en la antigüedad, la comunicación visual por medio de los emblemas, ha sido utilizada por lo menos desde la fundación de ese reino en el s. XVII hasta hoy. Como sucedía aquí con los pendones, se hacía ver el poder del gobernante de turno, sus orígenes y hechos notables, con la idea de elevar su significado y sedimentar visualmente el poder real de la casa dinástica de Dahomey. Ha servido a su vez para visualizar ordenadamente, como si de un gran libro textil se tratara, los mitos sobre su origen, los hechos relevantes o determinados acontecimientos históricos.

Récad, bastón de mando del rey Glèlè, Musée du quai Branly |
Sobre esto algo he adelantado anteriormente, pero veamos algún detalle más: la técnica empleada es el recorte de formas determinadas sobre tejidos de algodón tintando específicamente, que se yuxtaponen cosidos sobre una base cuadrangular normalmente, también de tejido de algodón y con color de base pensado para que resalten los diferentes apliques. La primera función de los apliques es personalista, es decir, se utilizan imágenes figurativas que identifican al jefe de la casa real, de manera similar a los emblemas de familias reales o nobles europeos.
Apliques figurativos de Dahomey
Los apliques figurativos de dahomey son emblemas como esos, que identifican a cada uno de los reyes con sus personales peculiaridades. Dicho de otra forma, los apliques expresarían en su temática las cualidades, atributos o acontecimientos históricos de su reinado y pasarían a formar parte de los numerosos objetos que identifican o suplen al rey, como la récad, el cetro real que puede sustituir al rey cuando éste no está presente, o las joyas, vestimentas, pipa, espanta moscas o parasol, que como muchos otros elementos lo identifican.

Alphonse Yémadjè, reconocido artista del aplique beninés, fue condecorado con la Orden del Mérito de Benín por el presidente Soglo, en 1992, por los servicios artísticos prestados a su país.
Sumergido hábilmente en la tradición familiar que remite a los tiempos de los reyes del antiguo Dahomey, en especial a Tegbessou, a mediados del siglo XVIII, sus obras se exhiben en Europa desde que el coleccionista de arte alemán Lothar Guenther Buchheim 1918 a 2007, adquirió un gran número de piezas del artista en 1978.
El arte del aplique
El arte del aplique es la expresión tradicional más reconocida como símbolo real. Por ejemplo, al rey Tegbessou de 1732 a 1774, se le reconoce simbólicamente con el búfalo, porque tuvo un reinado longevo y fructífero, 42 años sumados a la transformación de la ciudad de Uidá, ahora Ouidah, en un puerto en constante ebullición.
Su proverbio es, de hecho, una frase atribuida al propio rey: “Awu djè agbo ko bo klonklonglo” “El búfalo vestido es difícil de desnudar”.
El rey Guezo de 1818 a 1958, según la tradición generalmente aceptada, sufrió el infortunio de ver como su madre fue esclavizada y enviada a Brasil, donde fundó el culto vudú, con la apertura de la Casa de las Minas en el Maranhão. Él tomo también al búfalo, pero dominándolo, demostrando que él también es comparable al búfalo. Su proverbio era: “Agbo del glo non zrè to” “El búfalo se ha hecho poderoso atravesando el país sin encontrar obstáculos” o, en traducción libre: “Yo soy como el búfalo que se preparó para atravesar el país y nada me detendrá”.
Agonglo
Agonglo de 1789 a 1797, fue el rey que alivió la presión fiscal sobre el comercio de Ouidah. Se afirma que él también tomó medidas para aliviar el sufrimiento de los prisioneros y o esclavos. Él tuvo como símbolo a la piña, a veces flanqueada por espadas u otros objetos, “Sólo djè da bo agon glo” “El rayo puede caer sobre una palmera, pero jamás sobre un pie de piña” refiriéndose al hecho de que el pie de piña crece a ras del suelo. Interpretación: “Yo escaparé siempre de las intrigas y emboscadas de mis enemigos”.
Algunos historiadores y artistas del aplique aseguran además que Agonglo, invento un cuchillo cuya lámina dentada tenía un formato o corte, similar al de lahoja de la piña, explicando así, el simbolismo.
La tradición del uso de códigos visuales para fines de comunicación existió de forma paralela al modelo de comunicación de las tradiciones orales. Ambos encuentran su efectividad en la comunicación y, por tanto, su función práctica sobrepasa la ornamentación y se define en una gama mucho más amplia que pasa por el área educativa, historiográfica, identitaria y social.
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