
Clíster es un término utilizado sobre todo en el siglo XVII, aunque ahora anticuado que significa enema. Más particularmente para los enemas administrados usando una jeringa clyster, es decir, una jeringa con una boquilla rectal y un émbolo.
Las jeringas clíster se utilizaron desde finales del siglo XVI, hasta el siglo XIX, cuando fueron reemplazados en gran medida por las jeringas de bulbo.
Clíster
El paciente era colocado en una posición apropiada, de rodillas, con las nalgas levantadas, o acostado sobre el lado; un criado o boticario le insertaba la boquilla en el ano y el émbolo, previamente relleno con un remedio líquido, en general, agua, pero también algunas preparados, se inyectaban en el colon.
La destilación de vino de palma y el uso generalizado, sugieren que este pudo haber sido utilizado en lavativas e inyectado en el colon tal cual o como parte de la mezcla medicinal.
El efecto es tan inmediato y poderoso que era casi alucinógeno.
El uso de vino de palma se remonta al antiguo folclore tribal.
Emil Torday
Retomando el relato de más arriba de Emil Torday donde manifiesta que:
“Había una vez un lago lleno de vino de palma del que todos bebían. Una mujer enferma lo contaminó, y cuando la gente asustada se negó a beber, el lago se secó y los árboles de palma crecieron en el lecho del lago. Un día un pigmeo sediento probó la savia del árbol y descubrió que esta era vino de palma, a continuación, se embriagó”.
Emil, junto a esta historia, documentó lo del clister, con un grabado de entre 1900 a 1909 donde quedaba explícito el modo de llevarlo a cabo.
Las jeringas clíster


Este plato de prestigio Mbunda, realizado para comer, muestra cómo se utilizaba una lavativa y confirma el uso tribal generalizado de tal maniobra. Recibir un enema no era socialmente ofensivo, ni algo inadecuado para representar en objetos utilitarios como calabazas, figuras, o los tazones de comida tallados.
Las lavativas eran algo habitual tomado con normalidad. A veces estos platos incluso se utilizaban para impresionar y dar muestra del estatus del dueño del mismo.
Pero no se piense que eso quedó allí, no, no.
La práctica aún continúa…

El tema es una obra del 2004 del artista sudafricano Themba Siwela.
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