
Los Thila son controlados por hombres Thildara, adivinos y sacerdotes del Thil, que pueden representar hasta a cincuenta espíritus de la naturaleza distintos, y que han llegado a ser famosos, ya que pueden, por una tarifa, proporcionar la protección de cualquiera de sus espíritus a los extraños.
Los santuarios que tales hombres regentan pueden incluir docenas de figuras talladas en una variedad de caracteres, a las que a veces se atribuyen formas, erroneamente casi sempre, cada una preparada para hacer frente a un problema o amenaza específica.
Culto a los thila
Los Thila llegan a estar materializados en figuras de arcilla, madera, bronce, marfil u otros materiales, pero la mayoría están tallados en madera. Las figuras se llaman Bateba y pueden ser colocadas en santuarios para hacer a los Thila visibles.
El carácter particular de la capacidad del Thil que la figura de madera representa se puede expresar a través de gestos concretos. Es esencial que entendamos a los Lobi y sus gestos, si queremos entender qué significa la escultura que hacen.
Por ejemplo, una figura con la cabeza inclinada y las manos entrelazadas detrás de la espalda está de luto por la muerte de un ser querido, imbuyendo en quien la vea un sentimiento de aflicción.
Una figura con los brazos estirados sobre sus flancos, es como un vigilante que impide la entrada de los espíritus malignos en el hogar familiar. Estos tipos fisonómicos lo veremos más adelante con más detalle.
Además de otras aportaciones los Bateba pueden realizar tareas ocasionales, como buscar objetos perdidos, propiciar que las mujeres conciban hijos, ayudar a prevenir enfermedades o curarlas.
Los Bateba Lobi son muy buenos ejemplos de la importancia de la abstracción en el arte africano.
Muchas figuras Lobi incluyen múltiples piernas o cabezas con armas o útiles, estos representan Bala ti o personas excepcionales. Estos son Thila excepcionalmente fuertes o poderosos. Son particularmente no humanos. Cuanto más no humano más poderoso es el espíritu.
Así, una figura con más de una cabeza es doblemente perceptiva y rápida al actuar en contra de las fuerzas malévolas. Las figuras de dos cabezas nos recuerdan que se trata de imágenes de seres sobrenaturales y no de criaturas naturales.
Idealización de los espíritus malignos
Los Lobi han idealizado tanto a esos espíritus imaginarios, que creen que sus reglas sociales de convivencia y moralidad han sido creadas por ellos y que por tanto son dichos espíritus quienes regulan su estructura vital, al punto que su vida depende de que su comportamiento no transgreda dichas reglas. La vida de los Lobi está dominada por cada Thil, en plural Thila, los espíritus.
Estos son seres invisibles con poderes o habilidades sobrenaturales. El Thil individual puede dar un conjunto de reglas sobre la conducta de la gente, a través de un adivino, creando lo que en el país Lobi constituye un pueblo. El grupo de seguidores de un espíritu particular forman una secta, y forman una comunidad en la que todos los habitantes son seguidores de la secta.
El Thil puede castigar a una sola persona o un pueblo entero que no obedezca las reglas que ha establecido. Estas reglas se llaman Zosero prohibiciones y pueden incluir normas para el correcto y buen funcionamiento de la vida en la comunidad.
Las reglas pueden incluir el tipo de ropa que se debe usar, el tipo de alimentos a consumir, las especies de animales que pueden ser o no cazados y se puedan comer, la abstinencia de relaciones sexuales durante ciertos momentos, y especialmente ciertos tipos de escarificaciones.
El Thil del pueblo
Meyer 1981: 2, nos dice:
“El Thil del pueblo regula el orden social y político del pueblo a través de estas reglas, así como el sentimiento de unión y la confianza, que es tan necesaria para la convivencia entre las personas, incluso puede aportar instrucciones para mejorar las técnicas de producción utilizadas en los campos y construir o ubicar las casas; incluso en caso de guerra cómo prevenirla o actuar. De este modo todos trabajan juntos de manera eficiente”.
Además de los Thila hay otros poderosos seres de cabellos rojos llamados Kontuorsi que viven en el bosque pero se acercan a los campos cuando el hombre se presenta a trabajar y que en general son invisibles. Estos seres enseñaron a los Lobi, el arte de la adivinación, la forma de preguntar a los muertos por la causa de la muerte o como tocar el balafón, entre otras muchas cosas.
La personalidad de los Thila se asemeja básicamente a la humana y ayudan al Lobi en equidad con él, en una especie de quid pro quo. Como anteriormente ya aclaramos, pueden tener cualquier virtud o defecto similar al humano, pudiendo ser valientes, perezosos, solidarios, vengativos…

Mujer Lobi con el típico labret |
Wathila u objeto de los Thil
Cualquier ser humano, mujer niño u hombre que pasee por el monte o bosque, tiene la posibilidad de en su caminar, encontrar algún objeto peculiar, pero excepcionalmente se puede dar el caso de encontrar un Wathila, u objeto de los Thil, siendo en este caso por lo general de hierro y que cuando se le enseña a un adivino, este reconoce en él la pertenecía a un Thil que ha querido indicarle con ese objeto, el Wathil, a la persona elegida que lo ha encontrado, que el espíritu quiere entrar en su casa y recibir sacrificios de él.
La persona entonces construye una capilla en el patio de su casa o en la sobre terraza, donde instala una olla de barro para los sacrificios en la que se introduce el objeto de hierro en cuestión que la persona encontró.
Ya adelantamos que los espíritus Thil, están representados por unas figuras de madera conocidas como Bateba o Boteba. Estas figuras de madera se pueden convertir a voluntad en seres vivos, con la capacidad de moverse, enfrentándose al mal, especialmente contra las brujas. Esta corporización, puede suceder tan pronto como se le entrega el Bateba al Thil, y justo en el momento de recibir el primer sacrificio sobre un santuario.
El Thil es en sí exclusivamente un ser espiritual, la figura de madera Bateba, es el cuerpo físico que el Thil puede tomar y darle la misma capacidad que tiene un cuerpo humano, pudiendo utilizar como los humanos cualquier miembro o parte de ese cuerpo, con la función principal de combatir el mal. Ellos pueden atacar a las brujas con sus puños, por ejemplo.
Los Bateba tristes
Entre otras, pero principalmente, un Bateba puede ayudar a las personas de las siguientes maneras: Duntundara Bateba, sonlos ‘cazadores de brujas’ que actúan y protegen de brujas y hechiceros. Yadawora Bateba, los ‘Bateba tristes’, al llorar ellos, con sus lágrimas y tristeza, pretenden paliar el dolor de los miembros de una casa por causas como un fallecimiento, enfermedad o pérdida, por lo que el ser humano no tiene porqué sufrir ni porqué experimentar ni expresar un gran dolor. Estas figuras de luto se distinguen por el gesto, pues muestran sus manos a la espalda en la actitud característica Lobi de duelo.
Meyer 1981: 20, dice:
“Los Bateba cuando se les solicita, solucionan o intermedian en cuestiones tales como la búsqueda de un hombre para una mujer, causas de infertilidad, ayudar a las mujeres a concebir hijos, o ayudar a prevenir o curar ciertas enfermedades”.
En cada pueblo Lobi hay por lo general una o dos personas que son dueños de varios Thil y que las controlan en beneficio de la comunidad, los que hemos llamado Thildar, en singular Thildara.
Cada santuario, bajo un sacerdote o adivino, llega a albergar 40 o 50 figuras que representan a los Thil.
Entre los Lobi, como entre la mayoría de los demás pueblos de Burkina Faso, las figuras de madera representan los espíritus que los hombres encuentran en el bosque, lejos de los campos de cultivo. Los espíritus más poderosos y peligrosos se aparecen a hombres que poseen habilidades especiales como manipuladores o usuarios de fuerzas sobrenaturales. Estos hombres son llamados Koma vo por los Winiama, o Vuru por los Nuna, y como decíamos antes Thildara por los Lobi.
Taburete típico lobi de tres pies. | Thugbubiel Dagara, grupo Lobi |
Los artesanos Lobi
Además de figuras, los artesanos Lobi tallan hermosos taburetes de tres patas adornados con cabezas a veces de animales. Tras el trabajo, cuando llega la noche, recogen su taburete y van con él a sentarse en un espacio o patio común con sus vecinos a tomarse la para ellos exquisita cerveza de sorgo. Como en tantas otras partes donde el alcohol corre y surgen las peleas, estos taburetes pasan a volar como si de armas arrojadizas se tratara.
Entre los más bellos objetos Lobi, son muy apreciados unos pequeños y estilizados silbatos colgantes tallados en marfil llamados Thungbubiel. Estas elegantes tallas a menudo se frotan con aceite de palma, haciendo que del blanco puro, pasen a adquirir un color rojo anaranjado semi translucido, que el uso y tiempo tinta a casi un negro.
Colgante y pulsera de los Gan, grupo Lobi , subastados por Sothebys | Pulsera de los Gan. Bruno Mignot. |
Los Gan
Los Gan se instalaron en el suroeste de Burkina Faso sobre finales del siglo XVI. Estraordinarios fundidores, sobre todo producían grandes cantidades de abalorios de latón fundido que permitían al usuario llevar con él, la protección sobrenatural de su Thil allá donde quiera que fueran. La serpiente, animal asociado con el mito fundacionl de los Gan, se ve habitualmente representada, ocupando un lugar preminente en sus manufacturas.
Bognoloen ‘Falgayrettes-Leveau’, 2007, p. 178-181, nos dice:
“Este colgante de Sindi turifa combina la forma de la serpiente con la del pez Kokokiki, de aletas afiladas y conocido por su agresividad. Combinando el poder simbólico de los dos animales, permitía que su poseedor asegurara sus poderes protectores contra la brujería”.
Las pulseras Dekoggoro también se asocian con la serpiente por su sinuosa factura. Es habitual observar cierta pátina terrosa sobre estos objetos, que se debe al ritual religioso de los Gan en que así como la serpiente emerge de la tierra, así deben esconderse en ella estos objetos para ser recuperados posteriormente.
Goy y Durieu, 2005, p. 39, nos dicen:
“Los más elaborados, como estos, eran la reserva de los altos dignatarios y podían predecir la muerte de un rey según el lado en el que aparecieron cuando se extrajeron de su escondite”.
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