
La casa y el poblado

Las casas eran de paredes, muy bajas, hechas mediante empalizadas de helechos arborescentes y o de troncos y ramas del ‘pycnanthus angolensis’, el árbol calabó.
El techo, muy pendiente, estaba formado por un armazón de bambú sobre el que colocaban hojas trenzadas de nipa, una ‘arecácea’ o palmera del manglar, sobre las que suelen poner piedras de mediano tamaño para que el viento no se lo lleve.
En la actualidad, las casas de la mayoria de los poblados son de cemento con tejados de zinc.
Pero en poblados como Moka y Ureka la vivienda se sigue construyendo al estilo tradicional.
Los poblados vuvi estaban compuestos por unos veinticinco núcleos familiares.
Cada familia ocupaba un conjunto de casamatas agrupadas, rodeadas por empalizadas, donde se acomodaba cada familia.
Cada población vuvi era gobernada por un jefe hereditario llamado butuku, o cocorocó según la zona.
El rey de Moka, a principios del siglo XIX, promulgó una serie de normas de convivencia con las que consiguió que los vuvis se respetaran y unieran.
Pero la presión de los europeos, a los que no gustaban sus modos y costumbres y menos aún su independencia; la masiva llegada de fang, más resueltos a congeniar con el blanco en detrimento de los vuvis, consiguió ir domeñando a estos, lo que acabó resquebrajando sus costumbres y tradiciones que paulatinamente, al menos públicamente, fueron abandonando.
Estamentos Sociales
La sociedad Bubi se establecía en cuatro categorías diferentes según su oficio u ocupación.
Los nobles, ganaderos que medían su riqueza en el número de cabezas pero que no poseían tierras.
Los agricultores, mayoritarios; los pescadores, ubicados en el litoral costero; y las gentes del bosque, cazadores y recolectores.
A pesar de todo, incluso el tamaño de la isla, hoy en día en muchos poblados apartados, siguen manteniendo su cultura y sus tradiciones.
No pudo Portugal, tampoco España durante sus etapas coloniales, y siguen peleando por conseguir su reconocimiento e independencia, ahora contra el autoritario gobierno fang.

“Las causas más comunes de las guerras entre ellos eran la fuga o rapto de alguna mujer legítima de los prohombres del distrito, el robo de palmeras o quitarse mutuamente las calabazas pendientes de las mismas para extraer su aguardiente. En tiempo de guerra si cruzaba el territorio algún infeliz, le cortaban la mano derecha. Yo he alcanzado a ver muchos mancos”.
Aymemí
Nos cuenta el padre Aymemí.
Muchuku de Riappa
Este estado de cosas duró hasta el año 1880 en cuyo tiempo viendo el supremo Muchuku de Riappa llamado Moka, como la población, que continuando en aquella forma el exterminio final de la raza Bubi era rápido y seguro, emitió un edicto prohibiendo bajo severísimas penas que ningún pueblo, ni particular, se tomase la justicia por su cuenta y en caso de querella, le presentasen la misma a él, como rey que era de la sociedad.
Para esto instituyó un cuerpo de tropa ligera que rondaba por los pueblos haciendo justicia y castigando a los culpables.
Lohúa o Lojúa
Tweet
A esta tropa denominaban Lohúa o Lojúa.
A últimos del año 1888 el Padre Jaime Pinosa, Superior de María Cristina, en zona batete, impidió la ejecución del jefe o muchuku de Bateha de los Balachá, llamado Mohale el cual estaba condenado a ser decapitado por una Lojúa ya por entonces arbitraria y corrupta.
Las últimas correrías de la Lojúa tuvieron lugar en enero de 1895 que avisado el gobernador José de la Puente por los padres del convento de María Cristina de que la Lojúa se hallaba en Balachá, envió marineros armados que la dispersaron.
Familia Bubi

Miembros de una familia Vuvi al completo en el poblado de Balachá en la isla de Bioko. 1910
Socialmente se agrupaban alrededor de una matriarca, que imponía su criterio.
Los descendientes llegados a la isla, tienen en su adn el haplo que les otorga un origen Bantú pero son reconocidos como etnia, nativos autóctonos de la isla de Bioko.
Antiguamente Fernando Póo, en Guinea Ecuatorial, de la que siguen siendo la mayor etnia poblacional nativa aún no siéndolo numéricamente como ya se ha dicho.
En la actualidad la mayor población es fang que triplica a la suma del resto.
Bioko es una isla situada en el golfo de Guinea, perteneciente a Guinea Ecuatorial.
Capital Bubi Malabo
En ella se encuentra la capital del país, Malabo, antes Santa Isabel en honor de Isabel II de España, por el pie de algunas fotos, y con una población de alrededor de 60.000 habitantes.
La isla está a 32 km de las costas del Camerún y tiene un área de 2.017 km². Su población, en el 2015, era de unos 165.000 habitantes. Anteriormente, durante la época española, era conocida como Fernando Póo.
En el siglo XV, concretamente en 1.471, el aventurero portugués Fernão do Pó, salta y reconoce la isla de Bioko, reconoce, no descubre, pues bien a la vista ya había sido visitada.
Él queda asombrado por la exuberante vegetación, hasta tal punto que en las cartografías que levanta la denomina Formosa.
De igual manera y ya en 1884, el explorador inglés Henry M. Stanley, ante la … “deslumbrante belleza de la isla… La denomina ‘La perla de Guinea’”
Con sus imponentes picos volcánicos, esplendorosa manta de terciopelo verde de exuberantes selvas tropicales y playas de negra arena volcánica, Bioko es de hecho una imagen de paraíso tropical.
pueblo Bubi
Y a este paraíso, hace casi mil años, en árboles ahuecados a mano a modo de canoas y superando la fuerte pleamar, llegaron los primeros habitantes.
Aislados en su isla, formaron una sociedad con lengua y creencias propias, que a diferencia de sus parientes continentales bantúes, desarrollan sin ser molestados.
Incluso muchos siglos después, se sobreponen a la caza de esclavos que los europeos hambrientos de recursos imponen en el continente, intimidados por la fiereza y denodada oposición de los Bubis.
Acostumbrado el blanco a no encontrar resistencia en el continente y además a tener resuelta la recolección humana, mediante la ayuda de otros hombres negros en tal menester, les sorprenden los Bubis
“Un pueblo salvaje y cruel que vive en la isla”,
exploradores portugueses
como documentan exploradores portugueses en 1700.
Estos ya advertidos y conocedores de que a cualquiera que el blanco albergara en sus barcos, acabaría cargado de grilletes con destino al Nuevo Mundo, echan mano de su bravura e indignación, haciendo imposible el desembarco en su isla.
En 1810, el clan de los Batete, masacran un destacamento inglés infiltrado imprudentemente en su territorio.
Dando pie a una de las historias más dramáticas sobre el colonialismo.
Ë ëttë Leyes y reglas

Ë ëttë es la ley. Tiene dentro de la sociedad dos acepciones: la primera es la base que regula la convivencia y es conocida por todos los miembros de una comunidad.
La segunda se refiere al principio de autoridad.
Desgranemos ahora su primera acepción, es decir, ë ëttë como ley.
Ë ëttë
Ë ëttë tiene su orígen en las vivencias de la comunidad, en su experiencia secular i djeen y’ëria, ë vë’nno y’ëria.
En otras palabras, al igual que en cualquier otra parte impera el sentido común y la ley deviene de la costumbre. Aquí exceptuamos las leyes religiosas de las que una gran parte tienen orígen espiritual.
El objetivo de la ley o ë da ë ëttë, es crear y preservar la paz y la armonía, ë joa joa, entre los hombres, a ve’djö, la naturaleza, ö ridjo, y los espíritus, ö vivó y permitir así el desarrollo y bienestar de la sociedad bubi, ö wuelalele wu’ëria.
El pueblo vuvi hizo leyes, vi ëttë, para el ser humano, ö vödj’öridjö, tanto vivo como muerto, la producción y su distribución, la guerra, la reconciliación, la religión, etc.
va itta Consejo de ancianos
La ley es proclamada como tal, tras la aprobación no de una sola persona, vö chugu, sino de un consejo de ancianos, va itta.
La verdad es que a este nivel, todavía no se puede hablar de ë ëtte.
Para avanzar en el proceso, el jefe, ö vuchugu y su consejo de sabios, a va itta, debe convocar al pueblo en asamblea, öpa ëria y explicar a los jefes de familia, ë vichué ya vaooe, a los mayores, a vololö, a los jóvenes, ë sesebe y demás participantes, lo necesario de cada ley en el ámbito concreto del que trate.
No hay exenciones para la participación, ni de sexo ni de ningún otro tipo, sólo claves que fijan la capacidad de la persona; por ejemplo, para que una jóven pueda formar parte de la asamblea, ë öpa, debe estar casada, a o varo.
Y el muchacho, tiene que haber completado su formación, ë vi ëga yai; es decir ser ya útil, obtener resultados en la caza, pesca o siembra, en su dedicación.
Reconocer su espíritu tutelar, ö mmó e vöörö y expresarle agradecimiento, vösi o.
En definitiva, ser conscientes, ser adultos.
Manifestaciones del consejo a va itta
Las manifestaciones del consejo, a va itta, suelen extenderse varios días, siempre que no sean consecutivos, para dar opciones a los componentes de la comunidad a que se manifiesten, ö riösa, ë riebapua, etc.
Una vez que el pueblo, ëria, aprueba la ley, todavía es provisional.
Para que sea definitiva, el consejo de ancianos, debe ampliar la asamblea, ë öpa ë ria, designando nuevos integrantes; consultarán a los espíritus para verificar su aprobación, ë ëttë e ee, en conformidad con el pueblo.
Lo normal es que los espíritus den por buena la ley, ë ëttë, aceptando su aplicación aunque adoptando retoques que permitan una correcta aplicación. Terminado el proceso se cierra y la ley, ë ëttë, entra en vigor.
La ley adquiere un poder de compromiso entre los vuvis, que la hace inusual.
la ley bubi
Arropada en el poder que le otorga su tradición secular, el consejo de ancianos, la legitimación popular y, sobre todo el beneplácito de los espíritus, la ley de la etnia en concepto europeo, pasa a ser reconocida de obligado cumplimiento y así es aceptada por todos.
No obstante, son consecuentes y cada ley, ë ëttë, tiene en cuenta qué actuación merece su incumplimiento.
Con la ley y a la par, se establecen las sanciones, aunque no tienen un carácter represivo, pues saben que deben someterse a la ley y que quién la transgrede está expuesto al cumplimiento de la pena establecida, pues no se concibe otra posibilidad, por convencimiento, o tal vez ante lo drástico de la siguiente respuesta.
Tradicionalmente hay dos tipos de sanciones: corporales y espirituales.
Las primeras suelen ser siempre un castigo físico que podría ir desde la amputación de una mano, por robo, adulterio, etc., hasta la flagelación, por denegar ayuda, mentir, o asuntos similares.
Las espirituales, actúan sobre el alma del transgresor y por esa idea peculiar sobre la reencarnación, pueden influir o así sentirlo, a hijos, o nietos.
Consiguientemente son las más temidas; en este apartado están: ë bëta, ë guidji, o jëkia, o nga y otras.
En la sociedad bubi, el hecho de haber satisfecho la sanción, no es suficiente para conciliar el perdón.
De tal modo que una vez cumplida dicha sanción está obligado el infractor a reafirmar su arrepentimiento y el único modo de eximirse del daño causado es reconciliarse mediante el ritual de desagravio correspondiente.
Rituales de desagravio y conciliación
En su cultura, hay una escala del agravio que exige de concretos desagravios: Ruaango, que es el que se deben dos personas que se hayan ofendido mutuamente o una que haya faltado a otra.
O vëdula, el que debe realizar la persona que haya emitido o uba, o e bëta, injurias o maledicencias, que debe necesariamente llevar a cabo este ritual específico de desagravio.
Del mismo modo debe ofrecer este rito de desagravio, quien hubiera sido irreverente de palabra o hecho con un espíritu.
Ritual bubi O ngura
O ngura, es el ritual que se debe a la naturaleza cuando se piense que ha sido agraviada.
Por ejemplo limpiando de impurezas y restaurando aquel lugar donde haya caído un rayo, o donde se haya cometido un asesinato o matado a alguien.
En cualquiera de estos tipos de desagravio y conciliación, existen en cada caso oficiantes autorizados, que ejecutan la ceremonia adecuadamente de la manera que indica la tradición. A tal transgresión corresponde la respuesta pertinente, estando lo complejo de esta, directamente relacionado con aquella.
Generalmente, la sanción espiritual requerirá de un desagravio más complejo.
vö ëlo ël o o vö ëlo ël aam
Ahora bien, referente a la naturaleza, o ngura, la ceremonia de conciliación debe realizarla un o una vö ëlo ël o o vö ëlo ël aam, sacerdotes, aunque el espíritu puede nominar a uno de sus acólitos, e lodji.
Cuando se trata del ruaango, puede ser un anciano, vödjö völölö, un adaptado, e lodji, o una autoridad, vö itta, quienes están capacitados, en cada caso, para lograr que el ritual correspondiente sea exitoso.
Si es a nivel familiar, puede también intervenir el jefe de la familia el ë chue ë riooe.
En estos actos era habitual que acudieran todos estos personajes, además del interesado, sin que se generara conflicto alguno.
reconciliación
La reconciliación en la sociedad tribal no es un acto de arrogancia ni pretende humillar al transgresor.
Es algo inherente a la vida para que transcurra en paz y armonía.
El actor principal, el redimido, se ve de repente abrazado y reconocido por su paso, pero sobre todo respetado, e tobelo ri’mmo.
Se espera de él que con determinación, retome la actitud consecuente que nunca debió perder.
Entre los Bubi, optar a un cargo, requiere invariablemente de un proceso de conciliación del aspirante, lo que avala su capacidad y le otorga un plus de legitimidad, a chit’erojala a logo vi o l’eria.
Rey Bubi de Rebola

Visitando al rey de Rebola y su familia, Santa Isabel, ahora Malabo. Fernando Póo, ahora Bioko
Su sistema sucesorio es matriarcal, el linaje se remonta por línea materna.
De ahí la importancia dada a engendrar niñas porque ellas perpetúan la familia. Las niñas son consideradas como los ojos de la casa.
Y como hemos visto, antiguamente si no se tenían se raptaban.
Los varones de la aldea, en la pubertad, entre los 16 o 17 años, pasaban por una ceremonia de aceptación en la que adquirían la categoría de edad núbil, y…
ceremonia de aceptación
“tan pronto como una niña llega a ser capaz, edad que sitúan sobre los catorce o quince años, el padre hace saber a su pretendiente, que puede ir por ella cuando le plazca”.
Divorcio forzado
“Un divorcio forzado tiene lugar cuando los difuntos de la familia, o morimó, manifiestan y revelan a la mojiammo o profeta tribal, normalmente una mujer, que un hombre y una mujer, unidos en matrimonio legalmente, no pueden continuar la cohabitación.
Se les obliga a una separación perpetua y absoluta, con la amenaza de una muerte segura de uno o ambos cónyuges si no se divorcian en el momento en que la mojiammo ha preestablecido”.
La mujer podía obtener ‘libertad de repudio’, divorcio, pero el marido en esta o cualquier otra circunstancia la de echarla de la casa.
[…] aunque pudiera parecer que el padre tendría opciones, la ley y costumbre vuvi no le amparaba, al no ser ella ‘elegida’, no existían exigencias pues no se había contraído […]