
Los antepasados recompensan el comportamiento apropiado y el cumplimiento adecuado de los sacrificios. Los Mossi creen que son capaces de comunicar sus necesidades a los antepasados, ofreciendo sacrificios en el templo ancestral del linaje o del clan, que se encuentra en la ‘casa del espíritu ancestral’, el Roogo kimse.
El director e intermediario entre los Mossi y las fuerzas que afectan su vida en la comunidad es el ‘sacerdote tierra’ o Tengsoba. Otro eslabón importante en la cadena de comunicación entre los Mossi y el mundo espiritual es el animal totémico del clan, el cual, en el caso de los clanes Nyonyose en el norte, y de los clanes Sukwaba en el suroeste, queda representado por las máscaras de madera que son colocadas en los altares ancestrales y entre otras funciones, usadas durante los funerales de importantes jefes de clanes.
Ancestros del país Mossi
El teniente Lucien Marc, 1909: 152 a 155, un oficial colonial francés en el sur del país Mossi antes de la Primera Guerra Mundial, proporciona una descripción, que parece no haber sido apreciada o entendida por muchos de los expertos que han estudiado la cultura de este país, aunque para mi, sí al menos los más importantes, veámoslo:
“Cada vez que un jefe de familia muere, e inmediatamente después del entierro, bloquean la puerta de la casa en la que ha estado muriendo y abren otra salida, por lo que si trata de volver, él se vea confundido. Si se trata de una persona importante, se celebra una gran ceremonia funeraria a la que están invitados todos los pueblos de la región.
Es en estas ceremonias que aparecen los Ouangos. Los Ouangos comprenden una fraternidad bastante misteriosa. Tienen un lenguaje secreto, y mientras ellos cantan, cualquier persona que pronuncie una palabra ciertamente morirá dentro del año.
Me parece que sería muy interesante tratar de estudiar a los Ouangos y sus costumbres con mayor detalle de lo que se ha podido. Siento, de hecho, que se trata de una muy antigua tradición, anterior a la llegada de los Mossi Nakomse, a la cuenca del Volta, donde se encuentran estos pueblos que conquistaron.
Los Nakonse la conservaron, sin duda temerosos, sin atreverse a luchar contra ella. De hecho, se encuentran Ouangos en todas partes, entre los Gurunsi, los Dou donde uno fue visto por Binger, entre los Bobo que me parecen ser del mismo origen. Los bailarines de máscaras totémicas representadas en ciertas fotos de Desplanges me recuerdan mucho a los Ouangos de los Mossi”.
Origen del Waongo o Ouaongo
El escritor sobre los Mossi AA Dim Delobsom proporciona una descripción adicional de máscaras que vio en la región de Ouagadougou en 1930:
“El Waongo* es un ser misterioso, mitad animal, mitad espíritu”.
* Nota: obsérvese la diferencia de escritura con el relato anterior
Y el propio Delobsom, 1932: 170 a 2, da una explicación sobre el tema, así:
“Origen del Waongo o Ouaongo: La tradición dice que fue encontrado un día solo en una llanura. Los que lo vieron por primera vez tuvieron miedo y huyeron. Regresaron a casa para describírselo a los ancianos del pueblo, que reclutaron un gran número de hombres jóvenes, armados con flechas y palos, para que capturaran ese extraño ser.
Pero no le vieron en el lugar donde por primera vez había sido visto. Parece que se había marchado más lejos. Los aldeanos rodearon a los ancianos, y después de divagar, decidieron traer un viejo gallo para ofrecérselo, pero comenzaron a cuestionarse:
¿Si se lo llevaran a sus hogares, proporcionaría alimentos a los habitantes? ¿Y si les traía mala suerte?. Decidieron sacrificar el gallo, cuyo efecto resultó infructuoso pues no fue aceptado.
El cuento de Delobsom
Los ancianos regresaron al pueblo y trajeron un gallo blanco o Norapelega, un macho cabrío o Boega, y un perro o Baga. Desde lejos, impetraron al Waongo y le dijeron: “Quizás hace un rato nos equivocamos, tal vez querías algo más que el gallo que te ofrecimos. Si, quisieras ser nuestro invitado seriamos tus anfitriones, y tu nos podías conceder bienestar, salud, y niños, acepta por favor estas ofrendas”. Sacrificaron el gallo y la cabra, mataron al perro.
Esta vez si fueron aceptados los sacrificios. Según dice la tradición, se marcho con ellos llevándose con él, una especie de hacha mágica, Toabga; y un objeto sagrado o fetiche, el Tibo. Ellos le recibieron, le agasajaron y colocaron ambos objetos en un lugar seguro, pero se cuestionaban su utilidad.
¿Qué propósito o para que servirían? Nadie lo sabía. Era algo desconocido y por tanto, de gran alcance y trascendencia”.
El cuento de Delobsom es de particular interés debido a su mención del origen de las máscaras, el sacrificio de un perro, que es la práctica normal sólo en el suroeste, no en Yatenga, y la mención del nombre del grupo que utiliza las máscaras, las Nyonyose Sukwaba. Al igual que Marc, menciona el uso de un lenguaje secreto.

La economía de Burkina Faso
Un proverbio dice:
“El hombre es el guardían de su entorno, de su casa, del bosque y sus frutos”.
Burkina Faso está situada bajo el área desértica del Sahel y de norte a sur hay pocas diferencias climáticas, aunque se podrían apreciar tres zonas con pocas diferencias en cuanto a la pluviometría, casi nulas al norte, escasas en el centro y un poco mas acusadas al sur.
El área que habitan los Mossi consiste en pastizales abiertos con bosques desperdigados de nuez de Karité o ‘Butyrospermum parkii’, algarrobos de la variedad ‘Parkia biglobosa’ cuya semilla ellos llaman Néré, y la caoba de África Occidental, ‘Kaya senegalensis’, así como ocasionales baobabs ‘Adansonia digitata’ y la ceiba ‘Eriodendron anfranctuosum’.
El período de actividad de las máscaras Mossi
Una vez recolectadas las cosechas, la gente dispone de mucho tiempo libre que aprovecha para reparar áperos y hogares, tejer, hacer útiles cerámicos, preparar las fiestas religiosas y realizar las iniciaciones en las que las máscaras juegan un importante papel.
El período de actividad de las máscaras Mossi comienza en febrero, y más tarde, en abril entre los Bwa y Bobo, y continúa hasta el momento de la siembra.
Esta es la época más calurosa del año, en que la temperatura puede subir a más de 40º, y no hace mucho más fresco por la noche. El paisaje es desolador, polvorientos grises o rojos por doquier y la vegetación también cubierta de polvo hasta donde se pierde el horizonte.
Las familias se retiran a la sombra de las viviendas familiares, y el ganado se apiña en la escasa sombra de los pocos árboles chamuscados.
Las polvaredas suben bajan y bailan a través de los campos, movidas por el aire mas caliente y el nivel del agua de los pozos se reduce a gotas, mientras las mujeres tienen que caminar kilómetros para conseguir un cubo lleno de barro.
Con las primeras lluvias fuertes y frecuentes, de junio, el paisaje se transforma, las carreteras se convierten en lineas bien delimitadas por densas paredes verdes de mijo y sorgo, cuyos tallos parecen sumergir a las aldeas en un mar de vegetación.
Actividades económicas de Burkina Faso
Las principales actividades económicas son la agricultura y el pastoreo. Los cultivos tradicionales más importantes son el mijo y el sorgo rojo o blanco. Los campos de maíz han crecido desde su llegada desde el Nuevo Mundo, al igual que los cacahuetes y el tabaco.
El arroz se cultiva en las grandes y modernas plantacione del norte de Bobo Dioulasso. Aunque los ríos Volta han sido importantes para los fertiles suelos de los valles, la agricultura ha sido casi imposible hasta hace poco debido a la alta incidencia de la ‘oncocercosis’, un díptero cuyas larvas depositadas en los ríos, transmiten la llamada ‘ceguera de los ríos’.
El cultivo principal es el algodón, importante desde antes de la época colonial, cuando se tejían telas para el comercio con las culturas de los bosques del sur. Los franceses han fomentado el cultivo de algodón para alimentar las fábricas de textiles cerca de Bobo y Koudougou, a menudo a expensas de los cultivos de alimentos, lo que ha alterado los patrones económicos y sociales tradicionales.
La caza, la pesca y la recolección de hojas silvestres
En el sur de Yatenga, el papel de las máscaras como guardianes de los árboles frutales silvestres se llama Nanganega tongo ‘madurando en los árboles’.
La caza, la pesca y la recolección de hojas silvestres, bayas, frutas y otros comestibles siguen siendo muy importantes para los Mossi, y todos los demás entornos rurales de Burkina.
Cada año, en abril, mayo y junio, justo antes de la temporada de lluvias, las mujeres en todo Burkina Faso recogen las hojas, Twega, del baobab o ‘Adansonia digitata’, para hacer una salsa muy popular que se sirve con gachas de mijo el Sagabo.
El Dwaga, garrofín o Néré, que da algarrobas dulces con muchas utilidades, no está vigilado por las máscaras porque son propiedad privada y vigilada.
El resto de los árboles crecen en la selva profunda, donde se encuentran más allá del control del jefe político, el Tenganaba Nakomse.
Los árboles que crecen en el monte se consideran propiedad común del pueblo, y sus frutos pueden ser recogidos por cualquier persona.
Los árboles que crecen en los campos de cultivo, por otro lado, suelen pertenecer a familias individuales que controlan la recolección de sus frutos.
Durante los períodos de sequía, cuando la comida recogida es fundamental para la supervivencia, la autoridad de las máscaras de la aldea se extiende al bosque, donde la autoridad del jefe de la aldea no llega.
Las nueces de Karité
En cada pueblo se escoge un día para recoger las nueces de Karité, y todas las mujeres se unen a ello. Si se ve a una persona subir a un árbol para recoger los frutos antes del día señalado, las máscaras de la comunidad van a ir a su casa durante la noche, para exigir un pollo y una oveja.
El Sahel es el centro de la industria ganadera en Burkina, que desde hace mucho tiempo, proveía de ganado vacuno y otros animales a Costa de Marfil y Ghana, donde la mosca tse tse impedía la introducción de la ganadería.
Los medios de fumigación con nuevos insecticidas, han trastocado esta situación en detrimento de Burkina, cuya industria se ve postergada ante los proyectos de ganadería en los verdes pastizales del norte de Costa de Marfil.Aunque la zona carece de recursos minerales significativos, el valle del Volta Negro ha sido una fuente de oro durante siglos.
Depósitos de manganeso fueron descubiertos en la zona de Udalan, en el extremo norte, poco después de la independencia, pero los inversores extranjeros consideraron que las cantidades eran demasiado bajas para justificar la construcción de un ferrocarril para exportar el mineral.


Buscando oro |
Mano de obra de Burkina Faso
La mano de obra ha sido un importante recurso como producto de exportación desde Burkina, hacia la ahora próspera Costa de Marfíl. La línea férrea que sí construyeron de Abiyán en Costa de Marfíl va a Bobo Dioulasso y Uagadugú en Burkina, sirviendo para que los agricultores burkineses, ociosos durante la estación seca, llegaran a las plantaciones de cacao y los puertos de Costa de Marfíl necesitados de mano de obra.
Economías de subsistencia tradicionales, como la caza, la recolección y la pesca siguen siendo importantes para las poblaciones rurales, sobre todo durante la estación seca. Las mujeres recolectan frutas y ciertas hojas de árboles en el monte, como la pasa salvaje o ‘Lannea oleosa’, y el Karité y Néré.
En abril y mayo acuden todos aquellos que pueden con redes y enormes nasas, durante días, a las diversas lagunas y estanques a capturar peces. Aprovechando esa ociosidad en la estación seca, otra serie de hombres salen a cazar en un curioso sistema en que acorrolan a los anímales, cerrando paulatinamente el circulo hasta poder cobrar las presas.
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