

LLAMÉMOSLO CULTURA QUE NO ARTE |
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Mascarada Wabele con cascos Wanyugo |
Este pueblo es buen ejemplo de que la filosofía, la antropología y el concepto arte no se pueden deslindar, forman un todo.
Vistas las obras expuestas y lo escrito hasta ahora, espero se haya comprendido lo complicado que es el hablar de ‘arte’ sin antes haber conocido lo hasta hora observado, me temo que no me queda más que seguir el camino iniciado.
Por este motivo, quiero por eso traer aquí varias publicaciones que creo necesarias, la primera es la publicada en 2010 por la actual conservadora del Museo Metropolitano de Nueva York, más conocido como Metmuseum, la doctora Susan Elizabeth Gagliardi, tal vez una de las máximas especialistas de este pueblo y sus obras.
El arte en las asociaciones Poro Senufo
Lo he entrecomillado y espero haberlo traducido e interpretado adecuadamente:
“Las máscaras usadas por los iniciados al poro en ceremonias similares no siempre se asemejan. Durante su estancia en el norte de Costa de Marfil en los años 1920 y principios de 1930, el misionero Pierre Knops fotografió a jóvenes iniciados con tocados del kworo rectangulares, pintados con patrones de tablero de ajedrez.
Los iniciados llevaban cimeras kworo durante una actuación pública en la víspera de su entrada en el bosque sagrado.
La forma redondeada y el diseño calado del tocado kworo del Museo Metropolitano difiere de los tocados fotografiados por Knops.
* Ver figura 1 del Metmuseum tocado Kworo 1978.412.457.
La producción de máscaras proliferó en toda la región definida por las actuales fronteras de Costa de Marfil, Malí y Burkina Faso y cruzó las fronteras culturales y lingüísticas. No todas las máscaras eran propiedad de las asociaciones poro a pesar de ciertas similitudes en la forma.
Los artistas de la región tallaron máscaras casco de madera en una amplia gama de composiciones. Muchos ejemplos combinan características de animales tan diferentes como camaleones, aves, hienas y antílopes. Todas muestran bocas abiertas llenas de dientes
- * Ver figura 2 del Metmuseum Casco Wanyugo 1978.412.311.
- * Ver figura 3 del Metmuseum Casco Kponyugo 1979.206.71.
Las máscaras faciales más pequeñas y más finamente talladas del norte de Costa de Marfil muestran características antropomorfas prominentes, y una pátina brillante hace que las máscaras sean más delicadas .
- * Ver figura 4 del Metmuseum Máscara Kepeliye’e 1978.412.489.
- * Ver figura 5 del Metmuseum Máscara Kepeliye’e o Kulié 1979.206.216.
Las asociaciones poro de los Senufo
Los detalles tallados en y alrededor de las delicadas caras y los materiales añadidos a ellos, presumiblemente para la ceremonia, desafían la formula de un sólo tipo estandarizado.
Las máscaras faciales no eran del dominio exclusivo de las asociaciones poro de los Senufo, aunque algunos miembros de poro pudieron haber usado tales máscaras faciales y trajes de rafia para entretener al final de las ceremonias funerarias o en otras ocasiones fuera de la sociedad.
Durante el siglo XX, comunidades Dyula o Jula en zonas del norte de Costa de Marfil realizaron y se presentaron en ceremonias y manifestaciones con máscaras faciales similares.
Los artistas, quienes las encargaban y el público local, han identificado y han interpretado imágenes de la máscara ligadas al poro en numerosas maneras.
Las máscaras casco y los tocados desafían cualquier interpretación singular. Sin embargo, su presencia llamativa y a veces amenazadora, sobre las cabezas de los artistas, que también estaban envueltos en trajes de cuerpo entero, probablemente llamaran la atención en las ceremonias de los ancianos difuntos y otros eventos en los que aparecieron.
Esculturas figurativas
Los eruditos también han identificado muchas esculturas figurativas grandes con conexiones a las asociaciones del poro en el norte de Costa de Marfil.
- *Ver Figura 6 Metmuseum Pombia 1978.412.315.
- * Ver Figura 7 Metmuseum Sejen 1978.412.382.
- *Ver Figura 8 Metmuseum Ndeo masculino 1979.206.193.
- * Ver Figura 9 Metmuseum Ndeo femenino 1979.206.194
Los miembros mayores del poro, adiestrados en la adivinación, podían obtener esculturas para sus altares. En algunas comunidades, las asociaciones de poro adquirieron figuras más grandes conocidas como pombibele en plural, en singular pombia, ‘los niños del poro’.
A mediados del siglo XX, las comunidades mostraban los pombibele como obras estáticas de escultura pero durante las ceremonias públicas en las danzas las animaban insuflándoles vida.
Las figuras pombibele
Las figuras a veces se paraban en el suelo durante una ceremonia por un anciano difunto del poro o durante las grandes ceremonias funerarias dedicadas a todos los ancianos fallecidos de una comunidad.
En otras ocasiones, los iniciados poro llevaban los pombibele mientras caminaban, golpeando con las grandes figuras en el suelo.
Las esculturas más raras incluyen a los grandes y admirados pájaros, cuyas reproducciones llenan hoy los mercados turísticos del oeste africano.
Cuando las artes de los Senufo captaron la atención de los eruditos en Occidente a principios del siglo XX, artistas y mecenas ya habían creado una gran cantidad de formas para afirmar diversas identidades locales.
Hoy no todas las comunidades Senufo en el norte de Costa de Marfil, el suroeste de Burkina Faso y el sureste de Malí apoyan asociaciones de iniciación poro , ni han patrocinado necesariamente las instituciones en el pasado.
Sin embargo, el poro históricamente ha sido responsable de la transmisión de historias, genealogías y otros conocimientos y ha contribuido a la producción artística diversa y dinámica en el norte de Costa de Marfil”.
Hasta aquí el texto del Susan E. Gagliardi y el MetMuseum.

*Figura 1 |
Tocado Kworo del Poro Senufo
Las sociedades de iniciación del poro en el norte de Costa de Marfil fueron las que impulsaron con sus encargos la creación de tallas y otros objetos durante el siglo veinte.
Adquirieron diversos tipos de máscaras, cascos y tocados para que sus miembros los usaran en funerales y otros actos, incluidos los de la graduación en cada etapa del ciclo final del poro, en la que tras el aprendizaje se realizaban los ritos correspondientes. A los portadores de estas cimeras se les llamaba Kwombele.
El casco de cestería aseguraba la cimera de madera a la parte superior de la cabeza del iniciado. Los artistas realizaron diseños calados en la tabla, pintándolos con patrones geométricos similares a los que se encuentran en los textiles.
El padre Pierre Knops fotografió una ceremonia kworo en el norte de Costa de Marfil entre 1920 e inicios de 1930, y el historiador de arte Albert Maesen adquirió un tocado del Kworo pintado en la misma zona a finales de 1930.

*Figura 2 |
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Casco Janus Wanyugo |
Cascos zoomorfos
Estos cascos zoomorfos son usados por miembros del Poro en funerales de importantes ancianos y otras ceremonias relevantes. Pretenden ser visualizaciones del mal y el medio para controlarlo. Incorporan sustancias naturales y aspectos representativos de los poderes agresivos de las peligrosas criaturas del bosque.
Los atributos virulentos de esta máscara, con mandíbulas y dientes como los del cocodrilo, cuernos como los de grandes antílopes y colmillos como los jabalíes, son sólo algunos de los elementos que aluden al conocimiento, el poder, el peligro y la muerte. Predominan en el casco wanyugo los colmillos de jabalí que brotan de la parte superior y los lados de los hocicos.
El jabalí acosado, es errático y violento, una fuerza imprevisible, lo opuesto a los principios que el Poro enfatiza. Esa daga que es el colmillo, es una metáfora visual del desorden y daño que produce la maldad, sea humana o sobrenatural y sus actos en la sociedad Senufo.
Labor del escultor Senufo
El escultor contrapone los ángulos agudos de los muchos dientes y colmillos con las armoniosas formas de los camaleones de la parte superior del casco, donde sujetan un pequeño cuenco diseñado para contener determinadas mágicas sustancias.
El camaleón es un potente icono con referencias a los poderes de transformación, así como al conocimiento primordial. Creen que la doble cara de este casco le proporciona doble visión y potencia dotándole de efectividad, doble fuerza y compromiso, para combatir el mal venga del ángulo que venga.
Los varios elementos tallados, los movimientos de los danzantes y la música, confluyen creando poderosas y complejas imágenes que protegen a la comunidad contra el mal provenga este de humanos o espíritus.
Las ceremonias de graduación, caracterizadas por mascaradas extenuantes, son momentos de gran alegría y orgullo, ya que con ellas los iniciados asumen posiciones de mayor respeto y autoridad dentro de su comunidad.

*Figura 3. |
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Casco Kponyug |
Casco Kponyug en el Poro Senufo
El casco Kponyugo presenta las mismas características estéticas que el anterior pero con solo una cara y cuernos. Este casco pretende causar miedo incertidumbre y aprensión. Con sus agresivas mandíbulas entreabiertas y los agudos y amenazadores dientes parece que quisiera devorar de inmediato al espectador.
Los miembros del Poro y de asociaciones paralelas los bailan cubiertos de arriba abajo e irreconocibles, como todos los danzantes senufo, en los funerales y cualquier otra ceremonia donde sea necesario castigar a los ladrones, borrachos, indeseables, o cualquiera que haya alterado las reglas de la comunidad, así como disuadir a los espíritus que les inducen.
Dada la agresividad y la violencia que se produce durante sus actuaciones, tanto mujeres como niños tienen terminantemente prohibida su asistencia con idea de preservarles de daños y emociones, pues no es para nada agradable presenciar las consecuencias que conllevan estas transgresiones.

* Figura 4 |
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Máscara Kepeliye’e |
Lás máscaras emblema de la iniciación al Poro
A lo largo del siglo XX, los Senufo miembros de la asociación de iniciación del Poro, usaron como emblema unas pequeñas mascaras delicadamente talladas.
Conocidas como Kpeliye’e, presentan sutiles caras ovaladas enmarcadas en alveolos y formas geométricas en los lados. Los patrones en relieve de incisiones y escarificaciones adornan sus lisas y brillantes superficies.
De carácter femenino, con la muestra plástica de su gracia y belleza que los bailarines también imprimen a sus movimientos, se honra con ellas a los ancianos senufo fallecidos.
Sirven a su vez de contrapunto a los agresivos cascos que también patrocinan otras hermandades en la región. Las plumas y los cuernos de animales adjuntos a este ejemplo son inusuales, y pueden simbolizar el poder o interés de su propietario para contrarrestar las fuerzas negativas en la comunidad.

*Figura 5 |
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Máscara. Kepeliye’e Kulié |
La región de Korhogo y el norte de Costa de Marfil
Estas máscaras finamente talladas eran habituales en la región de Korhogo y el norte de Costa de Marfil a principios del siglo XX.
El historiador de arte belga Albert Maesen recolectó una máscara similar a ésta cuando realizó un trabajo de campo sobre el arte Senufo en el norte de Costa de Marfil, justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Maesen identificó esta máscara como Kulié, o ‘cara de muerto’. Observó que las familias poseían máscaras de kulié y las usaban en bailes públicos durante celebraciones agrícolas y ceremonias fúnebres.
Las asociaciones del Poro también usaban en actuaciones restringidas a los hombres, máscaras similares para honrar a los miembros fallecidos. Maesen pudo observar y así lo cuenta, que los movimientos de los danzantes en acontecimientos públicos, eran mucho más moderados que los más enervantes que realizaban en el Poro.
El término Kpeliye’e, o ‘cara del bailarín’, tiene que ver con los alardes acrobáticos de los que son capaces estos especializados danzantes. A menudo, en los acontecimientos de lugares públicos, cascos y máscaras salen a la vez para atemperar la sensación de temor que producen estos cascos zoomorfos.

*Figura 6 Pombia |
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Fechada entre el siglo XIX a mediados del siglo XX. Se encontró en Lataha, Región de Savanes, en Costa de Marfil. Pertenece al estilo Senufo Tyebara. |
Pombia las principales tallas del Poro Senufo
Esta figura masculina fue tallada por un maestro escultor en el norte de Costa de Marfil como parte de una pareja idealizada. Son conocidas como pombibele, en singular pombia, o ‘hijos de poro’; estas imponentes figuras masculinas y femeninas fueron las principales tallas encargadas por el poro senufo.
Presentes y emparejadas evocaban a la pareja primordial durante los funerales y las ceremonias conmemorativas de miembros de la asociación distinguidos. Se honraban con ellas al difunto cuando este adquiría el rango de espíritu ancestral y se recordaba que su linaje remontaba a sus primeros ancestros.
Dependiendo de cada ocasión, pueden mostrarse estáticas o al unísono con los tambores, ser utilizadas como mazos que golpeando sobre la madre tierra la despierten para solicitar fecundidad.
La matrilínea fundadora del Poro
Aunque el poro es esencialmente una institución masculina, el antepasado más importante invocado es una mujer, pues es la cabeza de la matrilínea fundadora del Poro, por lo que lo habitual era que las tallas femeninas fueran ligeramente más altas que las masculinas, enfatizando ese latente valor otorgado como generadoras de vida.
Esta figura masculina parece ser que perteneció a un santuario poro de Lataha, donde el coleccionista de arte suizo Emil Storrer informó haberlo visto antes de 1953 y recolectado en la cercana ciudad de Korhogo en ese mismo año. Storrer le vendió la figura a Nelson Rockefeller en 1958.
La figura pareja de esta, recogida al mismo tiempo, se encuentra actualmente en El Museo Rietberg en Zürich. Parece que el Movimiento Iconoclasta Massa, produjo que las comunidades locales se desprendieran de estas y otras obras de la región.

*Figura 7 |
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Sejen |
El territorio del sinzanga
Según relatos estas enormes figuras se destinaban a marcar el territorio del sinzanga que sólo el iniciado podía traspasar. Una especie de señal de prohibido el paso a todo aquel que no fuera iniciado.
Eran por tanto raras, podía decirse que contadas, y un encargo especifico de la asociación del poro de cada aldea o barrio de pueblo.
El concepto acabó siendo utilizado por todas las corrientes y pueblos de África Occidental que asumieron sociedades concomitantes con el poro. Normalmente cercanas a los dos metros necesitaban de bases sólidas y pesadas para que quedaran bien estabilizadas.
Con eso no quiero contradecir las opiniones, muy relevantes, que hablan exclusivamente de piezas del norte de Costa de Marfil, me imagino que más pequeñas, esta del Metmuseum concretamente mide 121.2 x 45.7 x 38.1 cm, con bases huecas de manera que los iniciados podían colárselas sobre la cabeza en algunas de las ceremonias del poro.
Sejen o Pájaro en Senufo
Parece ser que en general no identifican a un ave concreta, al menos en su orígen, sino que es simplemente un sejen, un pájaro en idioma senufo. Con lo que concuerda Jean Paul Barbier el editor de ‘Arte de Costa de Marfil’ de las colecciones del Museo Barbier-Mueller de Ginebra, editado en 1993. Volumen 2, página 31.
Y aquí hago un inciso para recordar que dependiendo del idioma del experto, francés, inglés, alemán, o, este término escuchado en directo el experto lo transcribía en su idioma, siendo por eso que lo podemos encontrar escrito de varias maneras.
Sí son comunes el largo pico, al que atribuyen connotaciones de fecundidad y las alas extendidas, protección. Algunos lo llaman Kalao por cierta semejanza con esta ave.
Otros Kasinge en referencia al primer antepasado, vinculándolo con ese antepasado mitológico de la humanidad o con el creador primigenio de la arboleda sagrada donde está la figura.
Cuando se le atribuye el carácter de ‘madre del niño del poro’, se pretende con ello honrar a los ancianos maestros en su concepto metafórico de guardianes o madres de los jóvenes iniciados al poro, reconociendo su sabiduría y otorgándoles con ello autoridad y poder de decisión.
Es por tanto la figura sagrada que protege lo sagrado, el recinto y los que en él están.
*Figura 8 | *Figura 9 |
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Ndeo figura masculina de altar, del Poro. 59,7 x 13,6 x 11,4 cm. | Ndeo figura femenina de altar, del Poro. 60.2 x 14 x 11.8 cm |
La región de Korhogo del Río Bandama
Figuras recolectadas en la región de Korhogo del Río Bandama. Costa de Marfil. El poro de los hombres y el sandogo de las mujeres, establecen como prioridad el bienestar espiritual y físico de la comunidad senufo.
Que determinadas mujeres del sandogo sean las más aceptadas y tituladas como propiciatorias de la adivinación, no quiere decir que no haya otras y otros que también lo sean y que no pertenezcan a dicha sociedad.
Es habitual que los más ancianos miembros del poro se dediquen a ello y que ciertos hombres, y mujeres, se arriesguen a intentarlo siendo su habilidad la que al final dictamine su aceptación.
El tamaño de esta pareja de esculturas concuerda con las que se colocaban en los altares que los miembros de más relevancia del poro situaban como propiciatorias de bienestar espiritual.
Estatus de las esculturas en los altares de adivinación
En los altares de adivinación, estas esculturas hablaban del estatus, prestigio y conocimiento de sus dueños, apelando a los intermediarios espirituales.
Conocidas como Ndebele en singular Ndeo, este par de figuras espirituales, difieren de las más altas Pombibele, singular Pombia, que se llevan en procesión y se presentan en el funeral o ceremonias conmemorativas de los ancianos del poro fallecidos.
La figura femenina vemos que es ligeramente más alta que la masculina, lo que refleja un hecho común no sólo estético en la escultura senufo, pues con ello se pretende honrar y valorar a las mujeres, en sus aptitudes como garantes de continuidad y valores maternales reconocidos en el poro, el ciclo de iniciación que transforma a los niños en adultos consecuentes.
La pertenencia al poro es básicamente masculina como la sandogolo es femenina. Tanto la imaginería como la liturgia de ámbas instituciones demuestran la interdependencia de ambos.
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