
Es conocido que los ‘primitivos’ trabajaron el hierro meteórico mucho tiempo antes de aprender a utilizar los minerales férricos terrestres.
No insistiré sobre la sacralidad que otorgan al hierro, sus creaciones, ámbito y su oficiante.
Provenga de la bóveda celeste, o extraído de las entrañas de la tierra, está cargado de potencia sagrada.

El herrero señor del fuego
El herrero, y antes que él el alfarero, es un ‘señor del fuego’, pues mediante el fuego es como se produce el milagro de intervenir sobre una materia para sustanciar otra.
El primer herrero que consiguió gracias a brasas transformar y endurecer considerablemente una ‘piedra del trueno’ debió sentirse embriagado.
El fuego se tornaba en el medio de conseguir hacer algo distinto de lo que existía en la Naturaleza, y adecuado a lo imaginado o pretendido, era, por tanto, la consecución del permiso para regular una fuerza misticoreligiosa, por tanto, sobrenatural.
Otorgaba así al herrero el carácter de ser privilegiado. Las herramientas del herrero participan asimismo de ese carácter sagrado.
En tiempos remotos cuentan que el duro mineral negro, se encontraba casi paseando, sobresaliendo en la superficie de la tierra, era el hierro macho, mientras que el mineral hembra, blando y rojizo, se encontraba escarbando, en oquedades; la mezcla de ambos era indispensable para conseguir una fusión fructífera.
Eso cuentan pero lo que sí parece importaba era la visión global de la realidad, pues era lo que justificaba el rito, es decir, el alquímico matrimonio de los minerales, y que éste hiciese factible un nacimiento.
Es comentado el caso de un ‘Maestro del Cuchillo’ dogón, del la región de Pignari, el entorno del Bandiagara, que un día mintió para salvar la vida de una mujer perseguida a la que compadecido había escondido en su casa.
Maestro del Cuchillo Dogón
Tras quedar la mujer a salvo y consciente de la mentira, dimitió espontáneamente de su cargo, considerando que no reunía las condiciones rituales para ejercerlo de una manera válida.
Si a quien promulga la tradición, conocedor de ella, se le respeta tanto en África es porque él, primero, se respeta a sí mismo.
Si interiormente la persona mantiene el criterio, que le impide mentir, él es un hombre cabal, dueño de las fuerzas que en él habitan.
En torno suyo reina el orden y la tranquilidad.
Esto muestra la idea de la importancia que se le da en la educación tradicional africana al dominio de uno mismo. Hablar poco es señal de buena educación y de nobleza.
El muchacho aprenderá muy pronto a dominar la expresión de sus emociones, incluso su sufrimiento, y contener las fuerzas que le afloran, siguiendo el ejemplo del ancestro primordial que contenía en sí mismo, las fuerzas del universo.
Los Dieli o griots
No hay que confundir a los relatores de los orígenes, que saben enseñar en función de quien les escucha, con los trovadores, narradores y animadores públicos, que en general son de la casta de los Dieli o griots y sólo entretienen.
La metalurgia de estos pueblos me ha llamado siempre la atención y he procurado buscar la de cada una de los pueblos sobre los que he trabajado y algunos conocéis.
Pero hay innumerables trabajos técnicos, ilustrativos, didácticos o simplemente relacionados, sobre la metalurgia entre los dogón, tan impresionante como el número en cuanto a otros pueblos de África. Aquí he preferido relatar lo que de atractivo entiendo pueda resultarle a un neófito.
Me limitaré a exponer en articulo a parte el que creo puede interesar a los entendidos o expertos. También la referencia de alguno que me ha parecido especialmente interesante.
Entre otras cuestiones interpretar el término o concepto Inagina.
El bronce
Es en la zona ribereña del Mediterráneo, parece que producto de contacto con los habitantes de la Península Ibérica, que se encuentran y documentan objetos de cobre en el período comprendido entre el tercer y segundo milenio de nuestra era, que se observan en grabados al occidente del Magreb y en enclaves de la cordillera del Atlas.
La metalurgia local se manifiesta por la fundición y uso del cobre en Tigidit en el Níger, donde la presencia de hornos indican su fabricación local, así como en Guelb Moghrein en Mauritania, aunque ya en el primer milenio, y a partir de mineral de cobre autóctono.
El bronce no es conocido en África hasta época histórica, incluido el Egipto faraónico, a pesar de usarse el cobre desde la época predinástica. Otro hecho interesante es que en determinadas zonas la aparición de la metalurgia del hierro es anterior a la del cobre y por tanto del bronce.
La aparición de la metalurgia en África se remonta a los albores del 1.300 a.C., y a diferencia de otros continentes, se empezó a trabajar antes el hierro que el bronce. Parece claro que el origen de las fundiciones proviene del llamado Creciente Fértil y que a África llega a través de la península del Sinaí.
Cuando siglos más tarde, en el 375 aC., Alejandro Magno llega a Egipto y funda la Alejandría que nos lega, revestido de brillante casco y peto tachonados con medallones de bronce, no impresiona por ello, algo ya conocido, sino por su concepto táctico y social, que sí asombra por donde va.
La primera cruzada
Permitidme recordar que romanos más tarde y durante siglos; o los europeos en 1096 cuando se promulga la primera cruzada por la que los guerreros cristianos penetran en África armados y protegidos con refulgentes armaduras; o españoles, valencianos y levantinos en el XII que llegan hasta las hoy Burkina o Nigeria huyendo *de almorávides*.
Pero como dato definitorio exponer que alrededor del primer milenio antes de nuestra era se conoce de la existencia de aleaciones de cobre arsenical primero y siglos más tarde con estaño, bronces de uno u otro tipo y dureza, en la zona de Tigidit, en el Níger.
No es complicado entender, sabiendo de estos y otros numerosos datos existentes, que en África se trabaje el metal, que del hierro ya sabían de mucho antes, con el mismo método que en las otras culturas para su modelado, el de la cera perdida, que retocaban con afilados útiles metálicos a modo de cinceles y pulían con piedras de arenisca y o arena suelta.
El oro
El metal más preciado era el oro, pero era algo potestativo de las monarquías y por ejemplo los dogón para nada lo utilizan en figuras. O yo no las conozco.
Es el latón o bronce de adjetivo africano, pues son aleaciones distintas a las europeas, con las que este pueblo realiza magnificas obras, propias, en figuras de todo tipo como representaciones de ancestros o altares y brazaletes, pulseras o colgantes.
Pero sea cual sea su función o utilidad, sin dejar de mostrar su simbología mística y o religiosa.
Es mucho lo que se sabe sobre la metalurgia en África y la de los dogón en particular, como de las de muchos otros pueblos africanos.
Pero eso lo podéis encontrar más pormenorizado en el artículo sobre ‘Alquimistas y Herreros de África’ .
El latón o bronce de adjetivo africano

La aparición del bronce en Edo Benín que los caballeros usaban de diversas maneras en sus corazas, cubriendose de pies a cabeza, parece probar que la metalurgia estaba al servicio de todo tipo de uso, una vez que esas armaduras, sin duda alguna, eran de fabricación local.
Desde temprano se ha hecho todo el esfuerzo para fabricar esos accesorios con otro material que no sea el hierro, debido al clima, manteniendo la misma forma, y preocupándose en hacerlos seguros y protectores.
Es por eso que esas armaduras han demostrado, al final del período histórico de Benín, ser elementos puramente decorativos.
Recordemos que muchos de los caballeros medievales, que sucumbieron bajo sus armaduras en el camino de la Tierra Santa, durante las cruzadas, no soportaron el calor y los rigores del clima.
La técnica de moldear el bronce por el proceso de cera perdida, responsable de las bellas obras de arte de Benín, fue compartida entre la región atlántica del Golfo de Guinea y la antigua Meroë.
La orfebrería
La orfebrería, la fabricación de filigrana de oro, y la manipulación del cobre, estaño y de las aleaciones metálicas, habían sido bastante difundidas durante el África precolonial.
Proporciones: Ifé 85% cobre; 10% estaño; 5% oro. Europeo, entre 75 a 80% cobre; 5% estaño; 3 a 5% plomo; 12 a 15% cinz.
Recordemos que Samory Touré poseía copias de rifles europeos, durante su lucha de resistencia contra los franceses, hechos por los herreros locales. Hay que admitir que su eficiencia no era la misma, debido a la calidad inferior del metal. El oficio de llavero también era conocido en ese tiempo en África
Las repetidas victorias de los guerreros de Nubia contra las legiones romanas de Cornelius Gallus en agosto del año 29 aC., puede darnos una idea de lo que era el nivel tecnológico de ese país en ese período.
Egipto conoce ya plenamente el Eneolítico, es decir, la utilización metalúrgica del cobre, que muy posiblemente llegó al valle del Nilo, y en consecuencia al continente africano, a través de la península de Sinaí desde el Creciente Fértil, Mesopotamia y Persia, como se ha dicho.
Parece, poco probable la invención independiente de la metalurgia en Egipto, por falta de recursos o incentivos.
Aun cuando sabemos de técnicas afines como las utilizadas ya por los badarienses, para la obtención de un subproducto de la calcinación de fragmentos de azurita, carbonato de cobre azul, y de malaquita, carbonato de cobre verde, cuya utilidad aprendieron tempranamente para preservar sus ojos de la reverberación solar.
Fundición de minerales
Esta se obtenía fundiendo uno u otro carbonato sobre las piedras del hogar mediante carbón de madera.
El esmalte logrado fue utilizado asimismo para decorar perlas de esteatita, con magníficas obras y paso previo al llamado cristal africano. No es de extrañar que en este ambiente se difundiera muy pronto el uso del cobre autóctono, aunque limitado a pequeños objetos obtenidos mediante la técnica de martillado, que precede a otras, posiblemente importado desde Anatolia.
Estas hicieron realidad el conocimiento del bronce en todo el Creciente Fértil a la vez que de un extremo a otro del Mediterráneo, y la transmisión al África de unas operaciones de fabricación que en un principio requerían concretos comportamientos rituales.
Es posible que junto a tales conocimientos se presente el Megalitismo en sus primeras manifestaciones, que pronto se difunde por numerosas regiones africanas.

Primeros barruntos del hierro
Cuando ya desde el Asia occidental empiezan a llegar los primeros barruntos del hierro, que los asirios exportarán a Egipto, de donde llega remontando el Nilo a Meroë antigua capital del reino sudanés de Kush.
Desde aquí se expande al resto del continente africano, a la vez que el conocimiento de su metalurgia.
No se descarta que el hierro pudiera llegar al Sahara llevado por nómadas, o incluso que fuese reinventado localmente. Los primeros africanos que al parecer utilizaron la metalurgia al sur del Sahara fueron melanodermos artífices de la cultura nigeriana de Nok, que se manifestó entre el 500 al 200 d.C.
La Cultura Nok fue desvelada en 1943, a raíz de reanudarse la explotación de una vieja mina de estaño y dio ocasión, al arqueólogo inglés Bernard Fagg, de identificar un particular complejo cultural que se manifestaba a lo largo de unos 500 kilómetros de este a oeste y 300 kilómetros de norte a sur durante el último período pluvial.
Del mismo modo, se caracterizó por un extraordinario arte en terracota, a la vez naturalista y dinámico, del que se encontrarán notables muestras en Jemaa, Wamba y Nok.
La Cultura Nok
Ésta se desarrolló en el seno del ámbito nigeriano sin aparente influencia exterior, en un entorno en el que conviven agricultores y cazadores que practican el culto a los antepasados, que hacen gala de un realismo figurativo que no volverá a manifestarse hasta la emergencia, milenio y medio después, del arte de Ife, Benin.
Por otra parte, la metalurgia del hierro aparece en los primeros siglos de nuestra
Era asociada a cerámicas de base ahuecada utilizada en Kenya, Ruanda, Uganda y Tanzania, así como vasos de decoración en estrías que se presentan en Zambia y en la actual República de Zimbawe.
En África del sur, los primeros usuarios del hierro datan del siglo IX o X. Aquí agricultura y metalurgia parece que llegaron coetáneamente y, muy posiblemente, su conocimiento permitió la fabricación de aperos agrícolas que impusieron la agricultura como género de vida sobre la caza y la recolección.
No obstante, los cazadores recolectores seguirian viviendo junto a los agricultores hasta épocas ya históricas, caracterizándose por su dominio del llamado arte rupestre.
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