
El PVC , o cloruro de polivinilo, es un plástico industrial de uso generalizado en el mundo occidental y no tan conocido, y por tanto muy valorado, en zonas remotas de ciertos paises emergentes.
Sobre 1930, se registraron en varias publicaciones europeas, entre otros por ejemplo por el conocido etnógrafo Redinha, abalorios de mil formas y usos pero sobre todo en forma de pulseras o tobilleras de latón bellamente decoradas.
Fundidos in situ por los afamados herreros de la zona, sus bordes afilados sin embargo, producían frecuentes cortes, así como las ampollas que resultaban al calentarse con el ardiente sol, lo que las convertía en pequeñas torturas.

El PVC
Aguzaron el ingenio de manera que entre la piel y el metal se llegaban a interponer telas, rafias o cueros.
Pero no fue hasta que con la última generación de empresas colonizadoras llegó el PVC, que pasó a convertirse en el producto de moda. Mucho más ligero, versátil, fácil de decorar e inerte a la luz infrarroja o calor, además se pueden incorporar colores que destacan sobre el blanco inicial.
Además con el paso del tiempo adquiere una tonalidad marfileña que le da si cabe aún más carácter.
Por eso las típicas pulseras de pasta de cristal africano o cloruro de polivinilo, pvc, en la actualidad, son decoradas y usadas a lo largo de toda África .
Sobre todo en una vasta región que incluye a los pueblos Donguena, Evale, Hakawama, Himba, Humbe, Kwanyama, Mukubal, Mwila, Ndimba, Ngambwe, Ovamboy Zemba asentados al sur y este de Angola y a ambos lados de los limites con Bostwana y Zambia.
Hoy en día es difícil encontrar ya estas piezas en bronce.
Las imágenes que vemos fueron tomadas por Neil Munro en 2006 e incluyen tobilleras usadas por los pueblos Hakawana y Žemba.
Las tres mujeres se adornan con una multitud de pulseras de variados colores.
Las tobilleras angoleñas
El azul y el color marfil del PVC, son muy populares entre las tribus mencionadas en la región. Las tobilleras angoleñas del sur, son una continuación de una forma de arte tradicional.
El Dr. Alfred Schachtzabel viajó a Angola por primera vez durante 1913 y 1914. Allí investigó y recopiló artículos similares para el Museo de Etnología de Berlín.
Al instante nació su sensible apreciación, tanto para este como para el arte decorativo sobre calabazas de los angoleños. Los dibujos de varias obras maestras que se encontró y o recogió, se reprodujeron en sus dos publicaciones.
Esta pulsera está decorada con caracoles en miniatura, caurís, que representan fertilidad, riqueza y el poder.
Los Himba

Los Himba hacen y decoran cinturones más grandes igualmente en PVC, con la misma forma y tipología que las tobilleras.
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