
escara Jaju
La escara Jaju consiste en una línea horizontal en cada mejilla, se practica en el estado de Ondo. Obviamente hay más nombres de escaras Yoruba que se pueden encontrar en algún artículo, aunque no académico o al menos no lo conozco, que tienen un carácter local y de los que no he encontrado soporte fotográfico. Sí tengo fotos atribuidas a personas Yoruba, sucede con todos los pueblos, que a mi entender no lo son, por lo que si merecen la pena les busco su ubicación y alojamiento, y si no pues las almaceno en ‘documentos inconclusos’ un decir.

Pero veamos, como ejemplo, el porqué de algunas escaras o marcas Yoruba, las Eyo:
“El mito Yoruba más difundido sobre el origen de las marcas tribales, relata que Sango, el antiguo rey de Oyo, posteriormente deificado, quería celebrar un sacrificio en honor de su madre, muerta cuando él era un bebé por lo que ni recordaba su nombre. Sí sabía que ella fue hija del Elempe o rey Nupe que había llegado a una alianza con los adeptos a Oro, la peculiar secta pseudoreligiosa.
Con tal motivo encargó a un Tetu, autoridad relevante que era a la vez juez policía y verdugo, que acompañado de un esclavo Hausa de confianza, hay quien dice que dos, fueran al reino de Tapa, el de los Nupe, ciudad natal de su madre, a que contribuyeran con un caballo y una vaca para el sacrificio.
Sango
El mayor interés de Sango, era que sus enviados prestaran atención al nombre que dijera su abuelo, padre de su madre y rey Nupe, referente a su madre, para poder así invocarlo durante el sacrifico. Cuando el abuelo de Sango, el Elempe Nupe, supo de los enviados de Sango quiso que a su llegada fueran bien agasajados, a lo que parece que el esclavo Hausa, poco acostumbrado, se excediera emborrachándose, aunque no el Tetu que fue morigerado.
Estando en el sacrificio y al invocar el sacerdote ritual la advocación: ¡¡Torosi, madre Gbodo escúchanos, tu hijo Sango está a aquí para honrarte!! Sango, henchido de emoción y sabedor del suceso, decidió que en cuanto volvieron a Oyo, se recompensara al Tetu, que sí había prestado atención al nombre memorizándolo, y se castigase al esclavo Hausa con un castigo adecuado a su imprudencia.
Una vez en Oyo, retribuyó al Tetu y mandó que se le desfigurara cara y cuerpo al Hausa produciéndole 122, hay quien dice 120, cortes con la misma cuchilla con que se recortaba la barba y el pelo.
Las Eyo
Parece que pasado el tiempo, cicatrizadas las heridas del esclavo, y vuelto a su servicio, seguro que era afable simpático y astuto y por eso Sango le había elegido para algo tan delicado, pero por inexperiencia y verse agasajado por primera vez cayó en la imprudencia, Sango advirtió que sus esposas , tres, solicitaban que fuera ese esclavo quien las sirviera.
Lo que llamó su atención y les preguntó, digo yo que enojado, a lo que parece que ellas le respondieron que no les resultaban repulsivas sino al contrario, atractivas y por eso le llamaban, que le favorecían, y que tal vez no sería mala idea embellecerse así. Y ya se sabe lo que consigue una mujer cuando se empeña e imaginémonos que encima eran tres.
A tal punto debieron ‘sugerirlo’, que llegaron a convencer a Sango de que fueran exclusivas de la realeza. Incluso se dice que Sango se prestó a hacérselas y que dispuso que fueran sus barberos, Babajegbe Osan y Babajegbe Oru, quienes se las hicieran, pero no queda claro por qué, o sí, pues parece que se corrió la voz de que no pudo soportar mas que los dos cortes que le dieron en cada brazo, y que es por eso que las marcas Yoruba de la familia real de Oyo sean las Eyo, las dos marcas que llevan en cada brazo”.
Oyo
Esto es un mito, mito que tiene más de seis siglos y que se puede ver y espero veamos, en algunas tallas con procedencia o atribución a Oyo, donde tal vez nadie se haya puesto a contar si hay 122 o 120 marcas, o se aprecien dos en los brazos sin saber si las muescas son de un mal golpe, producto de termitas o xilófagos o trabajo de la lezna o gubia de un artesano.
Y la talla, puede llegar a decir lo que el mito sugiere, que Sango es algo más que un rey y dios del trueno y el fuego, valeroso y formidable, pero también cercano, hombre, hijo y esposo y movido como todo ser humano o humanizado, por las emociones. A fin de cuentas, quién puede decir que Budha, Abraham, Jesús o Mahoma no se movieron e impulsaron por dichas emociones. Acaso de todos ellos no se pregona que fue por su amor a los hombres su entrega a su causa. Alguien conoce otro motor evolutivo mejor que ese? Pues si no es así, abramos un debate.
Y visto un recorrido por los Yoruba de Nigeria, con cierto detenimiento, no quiero dejar pasar una serie de fotos que creo merecen la pena ver, aunque se repita la escara. Permitídmelo:



Foto The Nigeria New | Foto perfil de Abetutu orgullosa de sus marcas Pèlè |
En la 1ª foto una hermosa sonrisa nos conduce a unas marcas Pèlè verticales, y Pèlè horizontales son las siguientes, en la que la conocida modelo nigeriana Abetutu O. J Alabi, ante la negativa a ser admitida en la universidad por sus escaras, inició una particular lucha a la que se fueron agregando no solo compatriotas, si no personajes mundialmente famosos como la cantante y diseñadora Rihana que le brindó su apoyo.
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