
Introducción a los Fang
Los blancos nunca entendieron, ni entendemos, que los negros fijaran sus pensamientos en una sola idea:
“La comunidad es lo único que importa. El individuo es nada, se realiza cuando se integra”
Este texto no encierra nada nuevo, recopila datos de gente que sí sabe, y los intenta presentar de manera cercana, pretendiendo añadir a quienes lo lean en un mundo peculiar en el que ir adentrándose y, como tantos, quedar atrapados por sus maneras modos y porqués, su sentido común y coherencia, donde priman soluciones a la orografía y a las distintas presiones a las que sucesivos invasores les iban imponiendo. Aunque humanos al fin, también tienen debilidades.
Al contrario que ellos casi nunca vemos las cosas como son, sino como queremos o, peor, nos han acostumbrado a verlas.
Tienen su propia interpretación del individuo y la individualidad. Se debe ser consciente del propio yo, pero el yo no es nada sin el tú y el él. Siendo valorado en función de que tu valioso yo sea útil para él y cuantos más ellos, mejor. Por tanto no eres nadie, si en función de tus posibilidades, no aportas.
Señalar el problema es fácil, no tanto resolverlo. Y es prioritario para ello que toda la comunidad se involucre. Ciertamente las sociedades evolucionan, para nada somos hoy los de ayer. Pero nuestro pensamiento no es más profundo ni más sensato o ecuánime.
Arte
Respecto a sus obras, no es porque ahora no crean, es que, como ayer, dudan. Pero siguen siendo sus libros de madera donde están encerrados sus conocimientos y sus historias. Ven la muerte como una reencarnación, pero no como hecho físico, sino de manera similar a como nosotros aquí ponemos al recién nacido el mismo nombre que el de su padre o abuelo. Para no perder lo que aquellos enseñaron e ir mejorándolo en todo caso.
En antropología se habla de pensamiento mágico: como el de los cazadores recolectores en que la necesidad de una solución pasaba por asumir que fuera de lo habitual se podían conseguir objetivos probando. Necesitar es inherente a la condición humana y conseguir a experimentar y así evolucionar.
Del mismo modo, el pensamiento científico es la demostración empírica de que toda causa concreta produce un efecto concreto, y lo demuestra de igual modo las veces que se repita. Lo que conduce al pensamiento práctico: no repetir lo concreto sino evolucionar y por eso, probar nuevas fórmulas.
Progreso
Solo la incertidumbre nos mueve. El mundo no avanza cuando está feliz. Para qué pensar si estás entre algodonosas nubes de felicidad. Es el malestar, el dolor, tribulaciones o problemas, cuando se piensa en cómo solucionarlo. Para saber a dónde ir y cómo ir debes saber de dónde y cómo llegaste. Se puede tardar un minuto o un siglo en ir de un punto a una meta u otro punto, pero mientras aquí el tiempo se mide en cuánto se consigue, ellos creen que lo importante es el qué.
Y algo de cosecha propia: para los que entráis a leer esto porque os gusta lo que hacen, más que el por qué lo hacen. Mis muchos años me han dejado ver infinidad de cosas, entre otras que en los años 60 del siglo 20, exultantes muchos seminaristas por ir a misiones y necesitadas las congregaciones por conseguir fondos, se recogían multitud de obras en dichas misiones, en cualquier continente y país, para mediante subastas, ventas directas, exposiciones o sencillamente conmover desde un púlpito, recabar esos fondos.
Y a lo que entiendo importante, y que me consta por verlo directamente, muchas de esas obras fuera del gusto europeo se ‘repasaban’ por excelentes artesanos para adaptarlas a corrientes más al gusto de aquellos a quienes se proponían vender o convencer para que practicaran solidaridad mediante una donación.

Los Fang
“En el principio sólo existía Nzame, con sus tres facetas divinas*1 : Kzane, Mebere, y Nkwa. Nzame y sus tres potestades Kzane, Mebere, y Nkwa, las facetas que componían la deidad, contemplaban su creación y pensaron que faltaba alguien que estableciera orden. Respetando sus propias diferentes opiniones, las facetas de la deidad crearon sucesivamente al elefante, el leopardo, el antílope y el mono que tan solo pudieron encauzar partes del desorden por lo que decidieron que quien gobernara debía reunir los valores de estos. Coincidentes entonces crearon el ‘Poder’ o Fam, otorgándole la función de poner orden gobernando la Tierra. …”
Nzame es un dios creador de origen Mitshogo, al que conocen por tanto tras su salida de su origen ancestral en las orillas del Nilo Blanco, al que adoptan el resto de pueblos de la región; está compuesto por tres potestades como se ha dicho, que son: Kzane, Mebere y Nkwa. Los Fang, no obstante, tenían su propio mito sobre la Creación.
Cuando ambos relatos se transcribieron, ya de mano de misioneros en época colonial, estos relatos se desarrollaron, con el aroma, de aquiescencia obligada a los postulados de aquellos que lo escribían. Veamos una versión de su mito primigenio sobre:
Mito de la Creación
En los tiempos originales, del cielo se dejó caer un hilo hasta las aguas que formaban el horizonte. Por él descendió la araña depositando una bolsa con huevos. Las diligentes termitas rompieron la bolsa, extendiendo los huevos por la superficie de las aguas formándose la tierra. Entonces Mebere, la lejana deidad creadora, inmaterial y sin querencias de padres mujer o hijos, ser sin presencia y único, origen de la generación de todas las cosas y prescriptor de su orden, modeló un lagarto de arcilla y lo depositó en un estanque.
A los siete días, de las aguas surgió Nsamá, ancestro primordial y padre de todos los humanos, de cuyo dedo gordo del pie, Mebere, substanció a Nyingono, primera mujer y madre de todos los humanos.
Exentos de morir, enfermar o trabajar, su abulia propició el que se saltaran la única prohibición que Mebere les había impuesto, copular, pero Nyingono se insinuó provocando a Nsamá que se saltó la prohibición cometiendo Nsem, incesto, por lo que Mebere,sintiéndose enormemente agraviado, les expulsó del paraíso condenándolos a ellos y sus descendientes, los Fang, a las mismas vicisitudes que al resto de los seres vivos.

Nyingono
Nyingono*2, con su proceder propició que sobre los humanos recayera todo lo que la vida encierra, muerte, enfermedades, trabajo, pero también los diferentes linajes de los Fang, los blancos, los pigmeos y las ‘gentes del bosque’ los gorilas. Pero benevolente al fin, Mebere, no pudo por menos que ocuparse de su más querida creación, de manera que cuando Nsamá perece y se presenta ante él, antes de enviarlo a la Tierra, le enseñó a cazar, a cultivar y el poder de dominar el fuego, con la cerámica y la forja, la escarificación y a tallar. Y le mostró el lugar donde él y sus descendientes, tras la muerte terrena, quedarían alojados y reunidos con sus antepasados, sin temer a ‘la sombra’ o espíritu del sueño, y el alma perturbada o ‘inquietante ente’ que aparece tras consumir Elan*3.
Cuando Nsamá muere una segunda vez, ya en la Tierra concebida, los Fang son un pueblo integrado y dotado del conocimiento y cultura que les hace humanos. Pero en el reparto de lo considerado material, los blancos, taimados y ladrones, se hacen con todo. No quedando a los Fang más alternativa que abandonar su poblado original, Odzamboga,y migrar buscando otras tierras donde acogerse.
En su deambular todo son penalidades: Sin costumbre deben atravesar un gran río de enorme caudal*4 y, sobre todo, el gigantesco árbol Adzap*5. Su tamaño es de tal desmesura, que su interior debe ser ahuecado para abrir un túnel y poder atravesarlo. Solo les sonríe la fortuna cuando se encuentran con los pigmeos, antiguos pobladores del bosque, que solícitos les ayudan guiando a los errantes Fang hasta sus nuevos territorios”.
Notas
Traducción libre de un extracto del texto de Nguema Obam, Paulin. En: ‘Mythes et legendes fang’. L’Harmattan, París 2009.
- Nota 1: Principio metafísico, para ellos entonces concepto, que originó la materia.
- Nota 2: Tenida cual Pandora africana, habría abierto la caja de todo lo que la vida contiene.
- Nota 3: Elan es el ritual iniciático en que se consume la Ibogaína entre otros alucinógenos.
- Nota 4: Iconográficamente para ellos “Una enorme pitón”
- Nota 5: La alusión a Adzap, este ‘gran árbol’ simboliza el Bosque Ecuatorial que deben atravesar y al que los Fang, gentes de sabana, no están habituados.
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