
A pesar del absurdo y abrumador interés repentinode visitantes foráneos de otras pieles, los senufo, fuera del folklore que al menos alguna moneda les aporta, mantienen aún en la intimidad de sus vidas los variados y ricos rituales tradicionales aún hoy en día, pues nada de lo que les ha llegado, impuesto o aceptado en estos siglos, parece mejorarlos.
Entre ellos se encuentran los de iniciación, adivinación y funerales, con los que refuerzan los lazos de la comunidad fortaleciéndola, siendo no obstante conscientes y sin desdeñarlo, que el mundo de hoy, también requiere de escuelas y universidades.

Koulotyolo y creencias religiosas
Tradicionalmente son animistas. Sus creencias se centran en un dios omnímodo, ambivalente y dual, a saber, Koulotyolo, el ‘Creador’ y Maleeo o Katieleo, la ‘Madre Ancestral’, que tienen a Yiriigifolo o Nyehene como fundamentales intermediarios de estos con los humanos; se suman a estos los ancestros y los espíritus de la selva, en los que centran sus prácticas religiosas, como las oraciones, manifestaciones de adoración ante sus altares y los sacrificios, buscando complacerles, y manteniendo una relación permanente con ellos.
El senufo, también cree que se puede encontrar la ‘solución’, en cualquier accidente geográfico o natural, u objeto animado o inanimado, que siendo de carácter personal, puede alcanzar un alto grado de aceptación por otros miembros de la comunidad, si aprecian resultados, lo que exigirá los rituales pertinentes. Hasta aquí y si lo pensamos con criterio, nada que no se produzca incluso en una estación orbital.
Koulotyolo, distante e inalcanzable, es responsable de la creación original, mientras que Katieleo, cercana y protectora, vela por la comunidad y las sociedades de Poro. Sin olvidar que ambas fuerzas, aunque contrapuestas, son realmente un solo ser.
Los espíritus del bosque
Los espíritus del bosque habitan en este, que generalmente rodea la aldea y los campos desbrozados para la labranza y cultivo donde los senufo trabajan. Por lo que a menudo, molestos por ver constreñido su espacio, pueden molestar a aquellos que aún reverenciándoles hayan visto o sentido algo inadecuado.
Por lo que estos espíritus del bosque influencian a su criterio, que no siempre es el mismo que el del hombre, para bien o mal de este por tanto, en la vida cotidiana. Los venerados espíritus benefactores de los antepasados, completan la panoplia de fuerzas sobrenaturales.
El Islán, sincretizándose con sus creencias, ha ido implantándose, siendo cada vez más influyente en la sociedad senufo.
Imitando a la deidad, y en mayor medida que el hombre, la mujer senufo, asume roles como mediadora entre la humanidad y el mundo sobrenatural de la deidad y los espíritus. El Sakrobundi o Sandogoo Sadow, sandogo para abreviar,es una poderosa organización de mujeres que une el liderazgo espiritual femenino de las numerosas unidades familiares y clanes de la aldea.
Sólo hay una sociedad por aldea, cuya cabeza recibe el título de Sando Maleeo. No todas las mujeres están adscritas o son admitidas aunque cada katioula está representado por al menos una Sando, término que hace referencia a cualquier miembro de Sandogo incluso y preferentemente a aquellas que se especializan en la adivinación.
Sociedad Sandogo, los Senufo
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La mujer Senufo
La pertenencia o membresía a Sandogo tiene carácter hereditario, aunque cualquier otra mujer puede ser aceptada si una adivina lo percibe así. No hay un momento concreto para consagrar una mujer a Sandogo, y cualquiera puede ser propicio, sea tras su nacimiento o ya de adulta.
Ser sando comporta responsabilidades tanto sociales como religiosas. Creen que los espíritus del bosque son la fuente de poder principal de un sando y si es adivina, que son la causa principal de los problemas de su cliente. Sando se ocupa preferentemente de los vivos y sus necesidades por lo que actúa en prevención de accidentes y la muerte, realizando rituales con los que se comunica e interactúa con los espíritus. También protegen los compromisos matrimoniales y su sacralidad.
Como adivinas, actúan como intérpretes e intermediarias entre los aldeanos y su deidad, los antepasados, los espíritus de los gemelos solicitando el bien de los niños o fecundidad y, en particular, los espíritus del bosque.
Para ello, cada aspecto de la cultura senufo está impregnado de ceremonias, ya sean del Poro o Sandogo, los concursos agrícolas, bodas o funerales. En estas ceremonias son profusas las canciones, bailes y disfraces que muestran el orgullo masculino, la presencia vital femenina y el poder político.
Las sociedades Poro y Sandogo
Los senufo son reconocidos escultores, famosos por sus máscaras y figuras ancestrales de hombres y mujeres. Las sociedades Poro y Sandogo son los principales mecenas, aunque como en el resto de pueblos africanos, ellos tampoco representan a ninguna deidad; sólo los ancestros y espíritus menores se muestran en sus esculturas.
Madebele un ancestroo n’debele, espíritu silvestre o del bosque, son de hecho, los icónicos emblemas reflejados en esculturas, ornamentos y artes decorativas de los senufo.
Casi toda África comparte una serie de criterios místicos, como que existe un creador, que el agua limpia y que el cuerno de un carnero es un atributo de tesón y fuerza.
Bastó esto, más el hartazgo generalizado de las vicisitudes creadas por la colonización, el abuso de ese poder y sobre todo que los viejos, cansados de pelear sin conseguir estuvieran apáticos aceptando la situación, para que emergiera con fuerza, en un período de incertidumbre colosal como el de mediados del siglo XX para que se propagara como la marabunta la creencia en esos mismos conceptos de la nueva ideología de Massa primero y del Agua de Mousa después.
Bien diseminados en terreno bien abonado, lo que resultó en la ‘revolución de los jóvenes’, y su rápida implantación; pues estaba basada en algo muy común como antes hemos visto: que sólo hay un dios, se llame como se llame y huidizo, que su favor se conseguía a través del agua y su altar era algo tan común a lo anterior, y como elemento de poder, como el cuerno de un carnero; todo ello ya establecido en todas las culturas y no sólo en las africanas.
Kle fongho ‘Nuevo Dios
De tal manera se instaló que los senufo en concreto denominaron al dios, único, que presentaba, como Kle fongho ‘Nuevo Dios’ y aparte de lo dicho, lo que sus jóvenes acólitos pretendían era estar en contra de todo lo establecido.
Es verdad que luchar contra imponderables, como la realidad y sobre todo la corrupción de casi toda la jerarquía de estas creencias, hizo que ya mediados los años 70, las cosas retomaran el cauce de la sensatez retomando sus orígenes.

Sanadoras Nö kariga |
Existe una cierta confusión con este tema, dando pies a varios supuestos. Uno apuesta que aunque dado el amplio territorio y las concomitancias que se dan con otros pueblos que practican la misma sociedad femenina aunque el nombre o término varíe, sea Sakrobundi, Sandogo, Bundu u otro, se sabe que dentro de ellas hay un elegido y cerrado circulo de expertas en hierbas y preparación de pócimas y ungüentos destinados a curar heridas infecciones fracturas e incluso determinadas enfermedades víricas.
Otros que son ciertos subgrupos senufo, cercanos a los nafana y lobi, que poseen una sociedad antigua y ampliamente reconocida de especialistas en curación que utilizan la medicina tradicional para curar enfermedades. Sea como sea y quienes sean, si coinciden en que ese círculo o grupo son conocidos como Nö kariga.
El concepto muerte de los Senufo

Funeral de una Sando |
El concepto de la muerte de los senufo, se muestra como algo difuso o poco concreto desde perspectivas como las nuestras. Ellos no ven la muerte como algo natural e inherente al ser humano*3 vivo.
Para ellos es algo anormal derivado de la intervención sobrenatural o producto de la magia. Alguien que enferma y en el transcurso de ella muere, ha sido objeto de un maleficio producto de un grave acto de brujería, con la intervención de espíritus malévolos, algún ancestro o espíritu del bosque muy enojado, o que alguien cercano, casi nunca el fallecido*4, ha soliviantado algún tabú.
Y ante esta realidad anormal, el funeral se suprime y simplemente se entierra al fallecido. Esto quiere decir que la muerte, no siempre tiene que conllevar el que el fallecido tenga un tratamiento acorde a su estatus con la parafernalia que acompaña al funeral en esos casos. Incluso si la persona es extremadamente longeva y digna de ser reconocida como tal, el ritual encierra previamente prevenciones contra eso actos ocultos, sólo tras estos nada más morir y trascurrido tiempo, se le honra agradece y ayuda en su tránsito al otro lado.
Rito de Paso
Un funeral no deja de ser un ‘Rito de Paso’, el penúltimo como veremos, que le procura al individuo su conclusión en su experiencia y cocimiento sobre lo espiritual, lo intelectual y social, este pleno conocimiento es el que le otorga, en realidad le otorgan pues el funeral se lo hacen los vivos, la posibilidad de escindirse, separarse del mundo de los vivos y transitar y conocer aquello que estaba oculto.
Son estos vivos los que lloran la pérdida, sean parientes o la comunidad, y los que mediante las danzas, música, tonadas fúnebres y esculturas logran que el fallecido, ya pleno de sensibilidad y conocimiento, que agradezca tal cariño y esfuerzo mostrándose generoso con los que aquí ha dejado, entablando una relación dilatada y continua que aúne a los muertos con los vivos. Unos les honran y otros a cambio les benefician.
Decíamos antes que era el penúltimo rito de paso, sí, porque como todo africano creen en la reencarnación, es un círculo cerrado donde no se sabe qué es lo primero y qué lo último. El número mágico en África el 7, es también el que marca el tiempo, en años, en que el senufo fallecido tiene para optar, entre ser antepasado y honrado por siempre dadas sus generosas aportaciones a los vivos, o se reencarna en el nuevo cuerpo de alguien que provenga de su clan.
*Nota 3: No es lo mismo un humano que un animal al que la muerte sí entienden pone fin a su vida y que sí se puede sacrificar en beneficio de la comunidad.
*Nota 4: El que no sea el fallecido el causante, tiene que ver con que es más fácil controlar a un vivo que enfrentarse al hipotético poder obtenido más allá o ganas de venganza del muerto.
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