
En las aldeas alrededor de Kumasi, los artesanos se especializan en diversos oficios como la orfebrería, el tallado en madera, tejer y la impresión de telas. Bonwire es una de esas aldeas y el lugar idóneo para observar como se realiza un kente, Pankrono es la mejor para la alfarería, Ahwiaa para el tallado en madera y Ntonso para el tejido adincra.

Un santuario o Abosamfie. La UNESCO los considera Patrimonio de la Humanidad y un recorrido en busca de algunos de ellos es una inmersión en una cultura singular. |
La arquitectura tradicional asante
Abosomfie, son los santuarios tradicionales en los que habitan los espíritus que sirven de intermediarios entre los hombres y Nyame, el dios supremo. Estos templos son construcciones modestas levantadas en su mayoría en el siglo XIX, pero mantienen su importancia espiritual y son los escasos ejemplos que se conservan de la arquitectura tradicional asante.
Los abosonfie, santuarios, en singular obosonfie, son la residencia de un obosom o espíritu que se manifiesta a través del sacerdote, al que ha poseído.
El de Ejisu es de los más venerados y por tanto conocido; en él, como en los demás, el sacerdote realiza sesiones periódicas a las que acuden los vecinos para consultarle todas sus tribulaciones, dudas y zozobras.
Casi todos los santuarios se construyen bajo un mismo patrón arquitectónico: sobre un recinto rectangular abierto a modo de patio, se adosan cuatro estancias; tres de ellas están abiertas a dicho patio y están dedicadas cada una a una actividad diferente: la cocina, la música y el canto.
La cuarta está cerrada y es el lugar sagrado y solo accesible al sacerdote o quien él indique. En el centro del patio se sitúa el altar y suelen colocarse fetiches en cualquier lado sustentados sobre montículos de tierra para estabilizarlos.
Arquitectura precolonial de los santuarios
Además de la propia arquitectura precolonial de los santuarios, lo más interesante es la decoración de los muros, que está realizada en relieve. Uno de las más caracteristicos es el de Atia Kusia Kwame, que se encuentra en la aldea de Edwenase, a pocos kilómetros de Ejisu, y en la que aparece un gran cocodrilo sobre dos figuras humanas.
Todos estos abosomfie son verdaderos templos y no lugares turísticos. Aunque la masificación y falta de tacto, se suple con la bonhomía de los lugareños que a veces permiten el acceso si no hay una ceremonia especifica de duelo o similar, eso sí previa ofrenda de una botella de licor, de las que, te cuentan, utiliza el sacerdote en sus ceremonias.
En el dialecto Twi de los asante, los sacerdotes son los Asantefo; el masculino singular Asantenibarima; el femenino singular Asantenibaa.
En una leyenda de los tambores parlantes, los fontomfron, se cuenta que Okomfoo Anokye era además de omán, sumo sacerdote y uno de los principales fundadores de la Confederación Asante, e hizo que el escabel o taburete descendiera del cielo y se depositara en brazos de Osei Tutu, el primer rey asante.
El santuario de la aldea de Edwenase
El santuario de la aldea de Edwenase es el único que está restaurado y, aunque sigue funcionando como santuario, tiene también mucho de museo.
Lo importante es que permite hacerse a la idea del tipo de construcción tradicional de la zona en los tiempos que precedieron a la llegada de los ingleses.
Las descripciones que se conservan de los viajeros del XVIII y XIX refieren que Kumasi era una ciudad construida enteramente en ese estilo arquitectónico, con paredes de adobe pintadas de dos colores, ocre en un friso inferior que muestra bajo relieves y enlucido en blanco en la parte superior, con una cubierta muy inclinada, formada por un entramado de ramas sobre la que se adosaban capas de hojas de palmera.
Nana Osei Tutu el primer asanthene
La tradición dice que Kumasi se fundó a finales del siglo XVII por Nana Osei Tutu, el primer asanthene, como se ha dicho, y que durante el siglo XVIII creció al controlar la principal ruta del tráfico de esclavos que abastecía los puestos comerciales europeos instalados en la costa.
Nada se conserva de esa época ya que los ingleses arrasaron completamente la ciudad en 1873 durante la guerra que mantuvieron por el control de esta región.
Allí se encuentra el Barril Real, que se remonta a los tiempos del primer asanthene y cuyo contenido nadie conoce ya que la tradición afirma que su apertura significará la desaparición de los asante.
A poca distancia se encuentra la espada de Okomfoo Anokye que está clavada en el suelo desde hace más de 300 años y marca el lugar en el que el Sika dwa Kofi o Escabel Dorado descendió de los cielos.
Este escabel o taburete, es la versión modesta y local de un trono europeo que, en cuanto asiento del rey, también representa a la monarquía.
Símbolos de la unidad Asante
Todos estos elementos, el barril, la espada, y el escabel, son importantes símbolos de la unidad asante, el orgullo de uno de los escasos pueblos africanos que hizo frente a la invasión británica.
En el centro de Kumasi, en los alrededores de la estación del ferrocarril y del fuerte, aun se mantienen en pie algunos edificios levantados durante el periodo colonial inglés, que añaden un poco de personalidad a la ciudad.
El fuerte es el edificio más antiguo de la ciudad, construido después del gran incendio de 1873 y su ocupación definitiva en 1896, y el centro de uno de los episodios más famosos de la llamada guerra de Yaa Asantewaa de 1900, cuando los rebeldes asante sitiaron la fortaleza con la guarnición de ingleses en el interior, que resistieron el asedio durante semanas.
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