
La escasez de agua es una causa frecuente de conflictos.
Grupos de guerreros son asignados para vigilar los rebaños y los pozos de agua, dando cabida tanto a hombres como a mujeres para salvaguardar algo tan preciado como necesario.
La riqueza patrimonial de los afar
Es importante entender que al margen de los oasis, ya de por sí masificados, los pozos escavados con profundidades de mas de treinta metros, requieren una laboriosa mano de obra.
Tanto del grupo de hombres que descienden al fondo como de las mujeres y hombres que acarrean tan preciado liquido hasta los poblados.

Al margen de estos conceptos sobre salvaguardar su territorio, bienes o familia, los Afar son de naturaleza hostil y propensos a la acción más que al dialogo y su belicosidad les lleva por ejemplo, a no considerar a un joven como adulto mientras no haya matado a un hombre.
Curiosamente y sin otros distingos, les es indiferente si ese hombre es de otra etnia o si es Afar, pero eso sí de otro clan.
Musulmanes sunitas

Son musulmanes sunitas de confesión religiosa, pero siguen muchas de las prácticas y conceptos animistas tradicionales.

Los hombres Afar son fácilmente identificables por sus curiosos peinados llamados butter.

Son de difícil acceso geográfico y remisos a admitir cambios en sus reglas y cultura.
La nación Afar tiene una extraordinaria riqueza patrimonial de proverbios, historias, canciones y adivinanzas.

Derecho consuetudinario de los Afar
El derecho consuetudinario de los Afar esta muy arraigado entre sus sus diversas costumbres como las reglas relativas al matrimonio, la paternidad, la vestimenta, etc …
Tienen prescripciones muy elaboradas y todo ese compendio cultural les dota de un peculiar enriquecimiento como pueblo.
Tienen un elaborado vademécum autóctono con los nombres de plantas y animales, muy completo.
Aunque más predispuestos en la actualidad a la presencia extranjera, no es de extrañar su animadversión.
Ellos se consideran desde su origen como una nación, la Nación Afar, y ya desde tiempos del colonialismo se opusieron a la intromisión de las potencias extranjeras como tales, pues estas pretendían dominar el estratégico Mar Rojo y para ello ocupar militarmente la zona costera de Dahlack a Zeila, a lo que se opusieron con coraje los Afar.
Djibouti, Eritrea y Etiopía
El resultado final fue la ocupación a pesar de la resistencia denodada y ello se tradujo en la actual segmentación de la Nación Afar, dispersa en la actualidad por tres estados Djibouti, Eritrea y Etiopía.
La hostilidad legendaria del pueblo Afar debe considerarse en un contexto cultural.
No son más hostiles hacia los extranjeros que cruzan sus tierras, de lo que sería un extraño cuando pasa a través de la puerta de nuestro jardín y caminara por el sin nuestro permiso.
Un visitante de las tierras Afar siempre se encontrará en territorio de la tribu o familia que lo considera como propio y no debe ser visto como público, ese territorio.
Aunque lo recorran carreteras o senderos, siempre estará considerado aún en la lejanía como propio.
El hecho de presentar una orden oficial del gobierno que permita viajar a través del país Afar no siempre es suficiente.
El jefe de la tribu

La tradición dictamina que el jefe de la tribu es personalmente responsable, de todo lo que sucede en sus tierras, inclusive sobre la seguridad de los visitantes.
Por lo tanto, no le gustará que crucen su territorio sin hacerle una visita y pedirle permiso.
La hospitalidad Afar es una característica esencial de su cultura, pero el que desafía las reglas tradicionales de su sociedad puede esperar problemas.
[…] Siguiente capítulo Capítulo anterior […]