

Los yoruba dicen que cuentan con 401 deidades diferentes, curiosa la unidad que veremos luego porqué, imaginemos el más extraordinario diamante, al que el experto tallista ha conseguido sacar 401 facetas o caras, con brillo propio, pero que concita en cada una el de todos, resultando el más perfecto brillante.
La complejidad de su cosmogonía ha llevado a los estudiosos occidentales a comparar la sociedad Yoruba con la Grecia Antigua.
Entre los Orishas o deidades yoruba el dios principal es Olodumare u Olorun, Señor del Cielo.
No existe ningún tipo de sacerdocio organizado o templos en honor de Olodumare, aunque se le invoca y pide su bendición.
Oòrùn, el Sol en yoruba, es su ‘destello o brillo’ más deslumbrante, y en su gama están Olofin quien cohesiona el cielo, Òrunn, con la tierra Ayè.
Alguna más de entre sus múltiples irisaciones impresiona, como la de Oshumare, el Arco Iris, mientras que la luz y claridad es Obatala que propicia la creatividad.
Las 401 deidades Yoruba
La religión y el mito aquí se funden y confunden, pues dependiendo la zona, los nombres, de seguro, cambian, aunque las atribuciones sean las mismas.
Como nos hemos centrado en hablar de los yorubas permitidme tomar los términos que ellos mayoritariamente utilizan aunque ciertamente entre ellos también haya variedad.
Itan es el compendio delas creencias religiosas yoruba. Reúne las historias, canciones, alabanzas, tradiciones y otros marcos culturales que conforman la sociedad yorùbá.
Uno de sus vocablos religiosos tradicionales más comunes es el de Orisa, Orisha u Orixa, término religioso de concepto similar a nuestro ‘santos’ que reflejan manifestaciones o facetas de Dios en la cosmogonía religiosa yoruba.
Orisa, Orisha u Orixa
A medida que ha ido creciendo el interés por las religiones con origen africano y sobre todo esta, se pueden encontrar comunidades y linajes de Orishas no solo en África o América si no en zonas de Europa y Asia.
Y los datos apuntalan que más de cien millones de personas siguen esta corriente espiritual en el mundo.
Según la religión Yoruba cuando una persona muere, su alma, el brillo del que hablamos, se suma y entra en la gama o reino de los antepasados desde donde ellos continúan alumbrando y teniendo influencia sobre las cosas de la tierra.
Es por eso que periódicamente hay que honrarles, y anualmente, los jefes de cada linaje entre sus obligaciones, tienen la responsabilidad de honrar a los antepasados en aquellos lugares creados con este fin.
Los Orishas
Otros Orishas importantes son Shango, el dios de trueno; Eshu, el embaucador; y Ogun, el dios de hierro y la tecnología moderna.
La religión yoruba varía significativamente de una región a otra.
La misma deidad puede ser masculina en un pueblo y femenina en el de al lado.
Y hasta en un tercero resulta que confluyen en uno los dos géneros; en la ciudad de Ile Ifè solo a Eshu, el dios embaucador, se le venera bajo tres nombres diferentes.
Aunque tiene un núcleo propio, es una religión permeable, que absorbe lo que de positivo encuentra allá donde esté, por lo que no es difícil, por ejemplo, percibir influencias cristianas o musulmanas en esos ambientes.
Creencia monoteísta
A pesar de tanta deidad, se considera a la religión yoruba como monoteísta, con un solo dios creador omnipotente que gobierna todo el universo, que creó deidades menores a las que dotó de un poder específico.
Religión Yoruba
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Ya vimos el mito de la creación de nuestro mundo según su tradición oral en la que se cuenta cómo Dios descolgó mediante una cadena, desde el cielo hasta Ile Ifè a Oduduwa, el antepasado del pueblo Yoruba, trayendo con él un gallo, tierra y una semilla en la palma de la mano.
La tierra cayó en el agua, el gallo la esparció para convertirla en el territorio Yoruba y de la semilla creció un árbol con dieciséis ramas que representan el orígen de los dieciséis reinos.
El Pattaki Olodumare
Otro mito habla de las características de Olodumare u Olorun como creador omnipotente, pero que al no tener culto de ningún tipo, se ha llegado a pensar que tal vez se originara después de la llegada del islán y el cristianismo asumiendo idéntico rol que el Dios de estas.
Algunas leyendas Yoruba hablan de un par de dioses, Orishala,conocido también como Obatala u Orisa nla y su esposa Odudua, como deidades creadoras supremas, no estando claro si independientes del Olorun omnipotente o precediéndolo.
En cambio, otra leyenda presenta a Olorun creando el mundo y dejando a Obatala y Odudua para ‘terminar los detalles’.
Otros intérpretes han considerado a Olorun y Obatala uno y el mismo.
En lo que parece no haber discusión es en que Olorun, otorga la capacidad de respirar, de dar la vida.
Shokpona o Sakpata
Shokpona o Sakpata el dios de la viruela, fue en otro tiempo, un Orisha importante.
Shokpona aterraba tanto que se temía decir su nombre, nombrándosele de forma indirecta, como Elegbana, ‘tierra caliente’, o Asoro, ‘uno cuyo nombre no es propicio llamar durante la estación seca’.
Los sacerdotes de Shokpona contaban con un inmenso poder; en tanto que se les consideraba capaces de llevar la enfermedad a sus enemigos
De hecho, se sabe que hubo sacerdotes que preparaban una poción con las postillas y la piel seca de enfermos que morían de viruela para luego tirarla en la casa de un enemigo o un pueblo vecino para extender la enfermedad.
Hoy, sin embargo, en que la viruela ha sido erradicada, los sacerdotes de Shokpona han perdido poder y el culto ha desaparecido.
El Pattaki Olokun
Algunos dioses, como Olokun, sólo aparecen en ciertas regiones. Olokun, ‘Señor del mar’, es dios o diosa según la zona; es responsable de la vida en el mar con sus seres, delfines y sirenas.
Una leyenda popular cuenta que Olokun intenta constantemente conquistar la tierra por medio de un gran diluvio.
El culto a Olokun solo se da en las regiones costeras y eventualmente en las orillas de grandes ríos o lagos.
Cuando un niño nace, un adivino, el babalawo, determina qué Orisha le corresponde y al que debe seguir y servir el niño .
Como consecuencia del tráfico de esclavos de mediados del siglo XVIII que afectó de forma especial al pueblo Yoruba, hoy se encuentran muchos elementos de la cultura, la religión y el idioma Yoruba extendidos por países como Cuba y Brasil.
El cetro de danza u Osé Shango

Todas las culturas antiguas guardan en sus tradiciones a seres humanos que por sus alardes físicos inteligencia o belleza, pasan de mortales a héroes y de ahí a ser idealizados y deificados.
Esto es lo que hemos visto sucedió con Arabambi tras ayudar heroicamente y suceder a su hermano Ajaka *11, al que por sus hazañas trasmutaron en Shango.
Su símbolo es una doble hacha colocada sobre la cabeza de las esculturas dedicadas a su culto.
Ceremonias anuales
Durante sus ceremonias anuales, los presentes cantan y bailan alrededor del que lleva el cetro de danza u Osé Shango.
En este culto se venera a su vez un cierto número de grandes esculturas genuflexas como signo de devoción, que suelen llevar a veces un recipiente, otras se presentan de pie pero con un instrumento musical, y por descontado las del emblema u Oshè Shango.
Arabambi |
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* Nota 11: Al principio vimos, cómo Oranmiyan, Alaafin de Oyo, tuvo dos hijos, Ajuwon Ajaka y Arabambi; a su muerte, Ajaka, el mayor, accedió al poder, pero al poco fue destituido por su ineptitud, le entregaron entonces el reino a Arabambi, haciéndose cargo de él. |
Fue un héroe que defendió Oyo contra todos aquellos que intentaron conquistarlo.
A su muerte, Ajaka enardecido y con la lección de su hermano aprendida volvió a tomar el poder.
Arabambi fue recordado, cantado, idealizado y finalmente deificado, otorgándole el nombre de Shango.
La enorme difusión de esta religión ha propiciado que Shango esté entre los cinco dioses más venerados a nivel mundial.
La mitología yoruba, otorga a Shango un sobrenombre, el de Jakuta, pasa por ser el Orisha más popular.
Las fuerzas naturales asociadas con Shango son el fuego, el trueno y los rayos.
Su símbolo ritual más destacado es el oshè que simula un hacha con doble filo, pues él defiende la integridad de la justicia, que no debe decantarse.
Altares o Ojubo Shango
Los altares Shango, conocidos con el nombre de Ojubo Shango, están siempre encuadrados entre dos cariátides antropomorfas.
Shango, dependiendo la zona puede ser llamado y escrito como Chango, es la principal deidad yoruba del suroeste de Nigeria.
La expansión de la religión yoruba hace que también la practiquen los Edo Bini, vecinos al sureste de Nigeria, al que llaman Esango, los Fon de Benín al que se refieren como Ebioso o Sogbo.
Expansión de la religión yoruba
Y en el continente americano cuando está sincretizado con el catolicismo puede encontrase como santa Bárbara, patrona de las tormentas, y san Jerónimo, el políglota.
Como suele suceder con estos mitos, con más fábula que realidad, donde un humano puede escupir fuego o subir y bajar de cielos ultranaturales, se abusa de la credulidad o necesidad del pueblo, que necesita de ilusiones para seguir adelante día a día.
Y como esos diversos y múltiples mitos están a mano fácilmente, permitidme que no entre en ellos y me remita a lo que sí parece contrastado y he comentado.
Sí reconocer la amplia difusión de su culto y que como todo culto necesita de rituales, sacerdotes y liturgia.



Tercer rey de Oyo
Al margen de lo que se acepta como histórico, que es su árbol genealógico, donde se le ubica como tercer rey de Oyo, como ya vimos, se dice que tras siete años de reinado, su palacio, recordemos la foto nº 7, de ramajes y adobe con gruesa cubierta de paja, fue destruido por un rayo, lo cual no es descabellado.
El suceso parece que inició su decadencia, lo sorprendente es que como a continuación veremos, se le atribuya el poder sobre este fenómeno atmosférico.
También se le atribuye la facultad de dominar el viento, pudiendo ocasionar vendavales, siendo así la de mayor cercanía a Shango, y a la que se reverencia en algunas obras, casi todas guardadas en el santuario de este.
Ojo Jakuta
En Nigeria en el Territorio Yoruba, a Shango se le dedica el quinto día de la semana, u Ojo Jakuta, que saluda el día al son del tambor sagrado Bata, al igual que en Europa resonaban las campanas el día de fiesta.
La liturgia ordena que sus sacerdotes vistan de rojo como dice la tradición gustaba él vestir.
Ese día debe consumirse àmàlà un puré de ñame o plátano verde, guguru, a base de una nuez amarga y gbegiri la sopa que sale de la agüilla de los dos anteriores productos hervida con alguna leguminosa y que se toma en primer lugar.
Y como hemos visto antes en otros, estos nunca comerían caupí, una variedad de frijol.
Pues además de lo mal que puede sentarles, ‘caería sobre ellos la ira del dios del hierro’.
Recrear estos conceptos hace replantearme determinados supuestos, como la fe:
La fe, es creer por un convencimiento que escapa a la razón. ¿Miguel Ángel hizo La Piedad por su fe en la Virgen o tal vez le motivó el ver de repente el dolor de una mujer ante el cadáver de su hijo?
¿Que incita hacer el Camino de Santiago, la fe en los beneficios que el santo va a otorgar, o buscar un por qué existencial y encontrarse?
Y si podemos plantearnos mil supuestos, ¿por qué otros no en lo que les motive?



137145 Oshé Shàngó. Emblema de Shango. Pueblos yoruba, Nigeria. Mediados del siglo XX. Madera, cuentas de vidrio, pigmento. Museo Nacional de Arte Africano. Donación del Dr. y señora. Albert E. Henn. Nº rg: 71-31-2 Cuando llega la inspiración a la imaginación le pone límites la maestría. | 138 Oshé Shàngó. Varita de danza Shango. Pueblo Yorùbá. Siglo XIX o XX. Madera. 37,5 cm. Brooklyn Museum. Donación del Dr. y señora Renato Almansi. Nº rf: 70.86. Foto del Museo | 139 Oshe Shango. Región de Oyo. Principios del siglo XX. Madera y pigmento. Medidas: 39 x 14 x 6.5 cm. Donación de Walt Disney World Co., una subsidiaria de The Walt Disney Company al Smithsoniam National Museum of African Art. Nº rg: 2005-6-67. |
Oshé Shàngó
El museo nos dice:
“En las ceremonias en honor a Shango o Sàngó, el dios yoruba del trueno y el rayo, los devotos bailan con bastones de madera que simbolizan hachas de doble filo. Se decía que la deidad, de temperamento ardiente, arrojaba a la tierra cuchillas de piedra neolíticas, como rayos durante las tormentas. Y el hacha de Shango puede verse como una afilada proyección del pelo o como los elementos facetados de un bastón con múltiples cabezas. El emblema de danza dedicado a Shango ocasionalmente incluye representaciones de la serpiente arcoíris, una poderosa fuerza espiritual y un símbolo de fertilidad, perpetuidad y prosperidad”.
Museo Nacional de Arte Africano
139 Oshe Shango. Que nos dice:
“Este bastón es un emblema de Shango, el dios del trueno yoruba. Combina aspectos aparentemente contradictorios de Shango: la idea de que es Shango quien lanza rayos para castigar a los malhechores con la creencia de que es generoso, otorgando niños y protegiendo gemelos. Una devota debe arrodillarse en adoración mientras balancea sobre su cabeza el motivo de la doble hacha que simboliza los rayos del dios. En los filos han sido talladas cabezas gemelas”.
Museum of African Art
Sacerdote de Shango

Shango, según el mito dios de las tormentas, cuando era humano y gobernaba como cuarto rey del antiguo reino de Oyo, ya tenía el poder de enviar rayos entre truenos y relámpagos y por descuido envió un rayo que sin pretenderlo mató a toda su familia.
A esto se sumaron las desavenencias con Gbonka, otro héroe, en ese momento con más poder, con el que se enfrentó y que le derrotó y desterró de Oyo.
Tan afligido como avergonzado, Shango se ahorcó en el bosque, pero en vez de morir se le compensó por la desdicha del mal causado a su familia, otorgándosele un lugar en el firmamento convirtiendose en un Orisha.
Los Yoruba suelen decir que cuentan con entre 401 a 601 Orisha y se dice que es Shango, al ser el más reciente el que añade esa unidad a lo redondo de la cifra.
Desde su privilegiada posición en el firmamento, vigila a la humanidad y le sigue enviando tormentas.
Representación de Shango
A Shango se lo representa con cabeza y cuernos de carnero. Se dice que el sonido del trueno lo hace su voz de carnero al bramar.
Se le tiene como dios de la justicia y la honradez, que castiga a quien transgrede estos principios golpeándole con un rayo.
Shango, Sango o Sagoe, al margen de rayos, truenos o relámpagos, se dice que cuando está contrariado arroja a la tierra ‘piedras del trueno’.
Los sacerdotes se acercan al sitio siguiendo los fogonazos del relámpago buscando la piedra arrojada por Shango.
Creen que estas piedras, que no está claro si son pedazos calcinados tras la caída de un rayo, o si meteoritos, que en unas partes se tienen como sagrados y en otros utilizados como monedas, sokpè.
oduarà
En el área de Nigeria, Benín, Togo, Ghana y Sierra Leona y que los yoruba llaman oduarà, tienen poderes especiales, dándoseles incluso rituales propios y guardándolas en los templos de Shango.
A Shango se le venera y representa con una estatuilla muy conocida del arte Yoruba coronada por una doble hacha y vestida con la indumentaria del sacerdote del trueno.
Este, vestido de rojo, sobre su atuendo debe llevar unos collares rojos, o que alternen cuentas rojas y blancas agrupadas en cuatro o seis unidades, una más o menos que los dedos de una mano, y que son distintivo sagrado de Shango.
Como suele ocurrir en África, a estas figuras se las teme y considera portadoras de suerte si se cumplen los deberes rituales convenientemente.
De las cuatro esposas que tuvo, deificadas tres como hemos visto, se dice que Oya, su esposa principal, goza de la capacidad de transmutarse en su río, el Niger, y que es introduciéndose en este río donde Shango busca descanso.
Altar con recipiente y figuras
141 Altar con recipiente y figuras. 147 Creador: Olowe de Ise. Ca. 1875 a 1938. Realizado sobre 1925 Medio: madera, pigmento. Medidas: 63.7 x 33.8 x 39 cm. Legado de William A. McCarty-Cooper al Museo Nacional de Arte Africano. Nº rg: 95-10-1. | 142.Santuario atribuido a Bamgboye con figura ecuestre. Yoruba, Odo-Owa, Nigeria. Madera, pigmento. Inicios siglo XX. Donación de Charles B. Benenson en 1933 a la Galería de Arte de la Universidad de Yale. Nº rg: 2006.51.86. | 143 Recipiente con figuras. 149 Creador: Olowe de Ise. Ca. 1875-1938. |
141 El Museo nos dice:
“Olowe de Ise nació alrededor de 1875 en Efon-Alaiye, una ciudad en el este de los Yoruba que alguna vez fue un reino y uno de los centros más importantes de talla de los Yoruba. Olowe se mudó a Ise a una edad temprana para servir al Arinjale o rey, como mensajero de la corte. Se desconocen los detalles de su vida temprana y su formación escultórica.
Sus descendientes afirman que fue autodidacta, pero es probable que aprendiera los arquetipos yoruba perfeccionando sus habilidades de tallado durante un aprendizaje.
Eventualmente se convirtió en un maestro en el palacio del Arinjale, y a medida que su fama creció, otros reyes yoruba y familias adineradas le encargaron tallar esculturas arquitectónicas, máscaras, tambores y otros objetos para sus palacios. Es probable que Olowe tallara este cuenco con tapa y figuras, para un rey u otra persona de alto estatus social o para un santuario.
El artista Olowe
Entre los yoruba, tales cuencos elaboradamente tallados y decorados eran objetos de prestigio, utilizados para ofrecer nueces de cola a los invitados o a las deidades durante el culto religioso. Que Olowe fue un artista innovador y virtuoso, incluso atrevido, se demuestra en esta escultura.
La imagen de cuatro bailarinas en la tapa, por ejemplo, es la primera representación de este tipo en el arte yoruba. La elección de bailarines de Olowe plantea preguntas sobre su inspiración. ¿Habría visto una foto de las Tres Gracias de la antigua Grecia o, tal como se reproduce en ‘Notre colonie: Le Congo Belge’ de 1909, p. 55, o una fotografía de mujeres con faldas de hierba que se presentan de manera similar en un círculo?
Olowe también representó a hombres desnudos, uno de los cuales está arrodillado, en este cuenco. Tales representaciones son excepcionales y desafían los cánones Yoruba.
Finalmente, a excepción de la tapa, toda la escultura, incluyendo la cabeza con barba que se muestra descansando sobre la base, fue tallada en una sola pieza de madera. Si bien la cabeza se puede mover dentro de la ‘jaula’ formada por las figuras masculinas y femeninas, no se puede quitar.
Se cree que el cuenco es una versión posterior de un cuenco de la Colección de Arte Africano Walt Disney-Tishman que se recolectó a principios de siglo. Aunque similar en diseño y decoración, este trabajo posterior es una escultura más dinámica”.
Museo Nacional de Arte Africano.
Museo Nacional de Arte Africano
“Cuenco de madera compuesto por una figura femenina arrodillada sosteniendo el cuenco apoyado por figuras femeninas y masculinas. Cuatro figuras femeninas cruzan los brazos sobre la tapa del cuenco. Una cabeza masculina con barba rueda debajo del cuenco detrás de las figuras de apoyo. El cuenco tiene una pátina oscura general con pigmentos subyacentes de rojo, blanco y verde”.
Museo Nacional de Arte Africano.
142 La Universidad de Yale dice sobre esto:
La Universidad de Yale
“Esta figura ecuestre bellamente tallada habría sido colocada en un santuario dedicado a Oya, el tornado yoruba o la deidad de las tempestades y esposa de Shango, el popular dios del trueno de temperamento feroz.
Numerosas esculturas están dedicadas a Shango debido a su asociación con la prosperidad y la promesa de niños, pero pocas están dedicadas a su esposa Oya”.
Olowe de Ise
“Escultor de reyes, Olowe de Ise todavía es honrado entre los yoruba. Su canción de alabanza dice que podía tallar madera de iroko como si fuera tan suave como una calabaza.
La delicadeza y la composición dramática de este cuenco ejemplifican su talento, que encarna los estándares del arte yoruba en iconografía y proporciones, pero los empuja a sus límites y redefine las reglas.
Este prestigioso cuenco, propiedad de alguien de alto estatus, probablemente contenía nueces de cola, un gesto tradicional de hospitalidad presentado a los invitados y ofrecido a las deidades durante los rituales”

Pattaki de Shangó
Ṣàngó sigue estando presente en las ceremonias de coronación en Nigeria.
El Imperio Oyo declinó en el siglo XIX, lo que condujo a la esclavización de su gente por los fulani y los fon que los vendían al mejor postor, casi siempre ingleses o franceses, divulgando por el mundo sus creencias y la cultura derivada de ello.
Las estatuas que representan a Shango a menudo muestran al oshe emergiendo directamente de la parte superior de su cabeza, lo que indica que la guerra y el asesinato de enemigos son sus atributos esenciales.
El oshe
El oshe también es utilizado por el sacerdocio de Shango.
Mientras bailan, los sacerdotes sostienen un oshe de madera cerca del pecho como protección o lo balancean en un amplio arco a la altura del pecho.
Durante el reinado de Shango, seleccionó el tambor bata como el tipo específico de tambor que se tocaría para él.
Se dice que Shango tocó tambores bata para convocar tormentas; continúan siendo utilizados por sus devotos para ese propósito.
Yoruba peoples
145.Bastón ceremonial. Finales del siglo XIX principios del siglo XX . Madera, añil, cuentas de vidrio. Medidas: 41.4 x 9 x 11.9 cm. Fondos del Programa Smithsoniam de Adquisición de Colecciones. Nº re: 88-1-1 | 146 Figura maternal dedicada al dios Shango. Pueblo Yoruba, Nigeria. Finales siglo XIX a principios del XX. Madera. Medidas: 42 x 15.5 x 12.5 cm. Donación de Helena y Joseph Adler al Museo de Israel en Jerusalén. Nº rg: B08.0337. | 147 Recipiente ceremonial. Pueblo Yoruba de Efon Alaye, región de Ekiti, Nigeria. Obra de Oberon de Alaye 1939. Madera. Medidas: 29. 21cm. Colección Leonor Kahan |
145 El museo referencia así esta figura:
Smithsoniam
“Este bastón fue llevado en ceremonias y bailes para honrar a Shango, el orisha, dios, del trueno y un legendario rey deificado de Oyo Ile, Viejo Oyo.
La mujer con niño es un tema arquetípico yoruba que se considera particularmente adecuado para las imágenes relacionadas con Shango.
Su desnudez y su postura arrodillada sugieren humildad ante una deidad en un ambiente ritual. Siguiendo la imaginería artística yoruba, es retratada como una mujer físicamente madura pero joven, capaz de tener hijos y contrarrestar la virilidad de Shango.
Los niños, como el que lleva en la espalda, se consideran bendiciones del dios a cambio de la devoción. El maestro artista que talló este bastón en particular logró una integración sutil y sofisticada de la iconografía de culto específica requerida en una obra de arte coherente.
La virilidad de Shango
Este bastón, u Oshe Shango, consta de tres secciones: un asa, una figura femenina y la desmesura de los peinados que representan dos piedras. De estos bastones, muchos solo tienen un eje y las hachas, que representan los rayos lanzados por el dios para castigar a los malhechores que han despertado su ira.
Llevar mercancías en la cabeza es común en África, y las sacerdotisas literalmente llevan imágenes de la deidad en sus cabezas.
Para evitar la incomodidad compositiva de la superestructura de la hoja del hacha habitual, el innovador tallador de este bastón lo reemplazó con un peinado distintivo que alude a Shango. Los yoruba piensan que el poder espiritual brota casi literalmente de la cabeza.
El nacimiento del cabello recortado de la mujer enfatiza la cabeza como un canal para la posesión del dios y permite en el bucle final la inserción de medicamentos, sustancias mágicas asociadas con Shango. La frente despejada sugiere la posesión espiritual o un estado de trance.
Los cuernos del carnero
Los dos peinados simbolizan los cuernos del carnero, que está específicamente asociado con la naturaleza agresiva masculina de Shango. El sonido de dos carneros luchando, el impacto de sus cuernos, corresponde al trueno del dios.
El escultor no proporciona una referencia de culto final, sino que lo hace el propietario del bastón, que agregó las cuentas rojas y blancas, en el collar que lleva el niño, que son los colores de Shango.
Este bastón ha sido aclamado a menudo como una obra maestra por un artista cuyo trabajo da definición al arte yoruba mientras expande sus límites.
Se ha sugerido que fue tallada a principios de siglo por un miembro del Taller de la Familia Igbuke de Oyo, pero se sabe poco más sobre la vida y el trabajo del artista.
Ha empleado proporciones clásicas yoruba que enfatizan la cabeza y los ojos, y la estilización de detalles como las orejas y los dedos de los pies dentro de un cuerpo redondeado naturalista se ajusta a los cánones estilísticos yoruba.
Equilibrando formas lisas y detalles superficiales, madera cálida y pigmento índigo, el artista controló el volumen y el espacio para hacer una escultura excepcional. Bastón de madera en forma de una figura femenina arrodillada con un niño sobre su espalda sobre un eje cilíndrico. La figura más grande tiene pigmento azul en el peinado.
Efon Alaye
147. Que nos dice:
“Este magnífico ejemplo tallado en el estilo característico de la mano de Oberon Alaye, el jefe u Ologun de Efon-Alaye y famoso tallador que murió en 1939, representa una figura femenina con niño a la espalda y arrodillada, con rasgos redondeados, ojos grandes, sensuales labios y escarificaciones elaboradas; sosteniendo un cuenco con tapa, tallado de manera similar con motivos geométricos repetitivos. La superficie se ve usada pero fina aunque muestra restos de libaciones. Un ejemplo finamente tallado y excepcionalmente raro creado por uno de los pocos yoruba conocidos y reconocido como tallador del período clásico”. Leonor Kahan.
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