
Como he comentado anteriormente, los primeros bronces africanos llegados a Europa a principios del siglo XX.
Descubiertos en el transcurso de las obras del primer ferrocarril, y puestos en valor por Bernard Fagg, hicieron pensar durante muchos años que se había descubierto la ubicación de la ciudad perdida de la Atlantida.
Y durante decenios se exhibieron como tales.
Los primeros bronces africanos
No se daba crédito a que los africanos fueran capaces de hacer fundiciones a la cera perdida del nivel que se exhibía. Indiscutiblemente fueron y son unos maestros en este medio.
Sea cual sea la zona y desde tiempo inmemorial, sus obras reflejan una maestría técnica que deslumbra.
De igual manera que fabrican objetos de prestigio o regalías de reyes o jefes, se ponen a fabricar útiles de uso cotidiano que perduren en el tiempo, como por ejemplo lo que se tomó durante largo tiempo como ampulosos adornos o temibles armas.
El africano no puede, como el resto del mundo tribal, acarrear nada en las manos dado lo abrupto de los terrenos donde se desenvuelven.
Necesita llevar las manos lo más libres posibles, por lo que acarrea colgado o sujeto al cuerpo todo aquello que cree necesitar.
Sus monedas
Por ejemplo el dinero o sus monedas de cambio, por eso todo lo que a nosotros nos parecen adornos, abalorios o cuchillos, no dejan de ser sus monedas.
Los pendientes, collares, brazaletes, manillas o tobilleras y cuchillos de formas aterradoras, por ejemplo.
Todo ello y sobre todo en la zona de influencia de los grandes ríos, son monedas.
Influencia económica
Es tal la influencia económica que se mueve alrededor de este sistema de cambio, que los portugueses, esos primeros europeos que llegan al continente africano en el transcurso del siglo XIV.
Adaptándose a las costumbres y normas de cada región africana, distribuyen estos artículos y sobre todo las manillas, que ya en el siglo XVII se fabrican en Inglaterra, gran aliado de Portugal.
Eso sí, copiando miméticamente el estilo y con el metal proveniente de la zona.
1ª gran guerra
Con ella inundan África y sus mercados, llegando a tal punto que ya durante la 1ª gran guerra contribuye fundamentalmente a que Inglaterra, asentada sobre enormes recursos de materias primas, en la zona de la actual Nigeria.
Mientras que Alemania sobre abruptos terrenos de la zona norte de Camerún, influya definitivamente en el desenlace del conflicto, según los expertos.
2º Guerra Mundial
Ya en la 2º Guerra Mundial, desde los tremendos y épicos combates de Erwin Rommel por Alemania y de Bernard Montgomery por Inglaterra.
Desarrollados en la zona norte y por la zona desértica del actual Sudán, intentado cortar las líneas de suministro.
Mientras que en los países negroafricanos de centro y sur África se atenían a una ‘entente cordiale’ porque ambos necesitaban no estorbarse, para poder abastecerse de las materias primas, metales y minerales necesarios para suministrar a las fabricas,.
Dado que la guerra en Europa imposibilitaba la extracción de ni tan siquiera, una piedra de carbón.
Famosas V1 y V2
Citan historiadores, que el bombardeo que sufre Londres en la 2ª guerra mundial con las famosas V1 y V2 sobre Londres, tenían como intención el destruir.
Y parece que lo consiguen, la fábrica de estas manillas-monedas, situada en Birmingan, para cortar el suministro de esas materias primas procedente de África, más que destruir en sí la ciudad.
Independencia de Nigeria
Tras la independencia de Nigeria y ya en la década de los 90, se hace un intercambio de esas manillas provenientes de Inglaterra, de las que esta recopila 36.000.000 de uds., para retirarlas sustituyéndolas por la libra esterlina.
Desde el siglo XV hasta el siglo XX y a lo largo de toda la costa de Guinea, con sus países adyacentes, estas pulseras como formato, se utilizaron como moneda o dinero.
Estaban realizadas en el llamado bronce africano y su clara intención era la de comprar exclusivamente seres vivos, fueran esclavos, ganado o una novia.
La palabra manilla deriva de la contracción de las palabras portuguesas mao anilho, o anillo para la mano.
Cultura del hierro
Se puede decir, sin incurrir en exageración, que en África existe una verdadera cultura del hierro.
En muchas comunidades, la fuerza simbólica de este metal lo elevó al rango de divinidad.
En Nigeria, a finales del siglo IX, la forja llegó a ser el símbolo de la realeza entre los yorubas, al mismo tiempo que la divinidad del hierro, Ogun se convertía en el dios tutelar del reino, al que todavía hoy invocan como patrón todos los que ejercen oficios metalúrgicos.
Bamogo
En las tradiciones africanas, los herreros desempeñan un papel fundamental. Al norte de Burkina Faso, en la región de Yatenga, al ancestro de los herreros, Bamogo, se le considera el salvador de la humanidad.
Fue él quien fabricó utensilios tan fundamentales para el hombre como la cuchilla, el hacha o la azada que sirven, respectivamente, para seccionar el cordón umbilical, cortar la madera y cultivar la tierra o cavar la tumba…
Pierre Maret
Pierre Maret, profesor de la Universidad Libre de Bruselas, dice que los bantúes se extendieron por África Central
“gracias a la superioridad que les confería la metalurgia tanto en las faenas agrícolas, al facilitarles el desbroce de la gran selva, como en el arte de la guerra, al dotarles de armas de hierro”.
Pierre Maret
Isaac Adeagbo Akinjogbin
A Isaac Adeagbo Akinjogbin de la Universidad Obafemi Awolowo, en Ile-Ife, Nigeria, le parece innegable que la unificación del país de los yorubas, realizada en el siglo X bajo la férula de los partidarios de Oduduwa, se debió en gran parte a la superioridad que les dio el dominio de la metalurgia.
En tiempos de la dinastía de Odudawa, cada reino poseía tantas fundiciones y forjas como necesitaba para asegurar su autosuficiencia.
Adeagbo dice también que “en los siglos XVII y XVIII, cuando la trata transatlántica de esclavos estaba en su apogeo, los yoruba seguían prefiriendo el hierro que ellos mismos producían y, desde un punto de vista religioso, consideraban que el metal importado era ‘sordo’ e impuro”.
Técnicas siderúrgicas
Las técnicas siderúrgicas, que llegaron a ser elementos integrantes de la espiritualidad y del bienestar material de los pueblos africanos, se han perpetuado hasta nuestros días.
Al igual que sus antepasados que, como explica Hamady Bocu :
“Solían hacer acopio de fragmentos metálicos de procedencia y composición muy diversas para fabricar nuevos objetos”,
Hamady Bocu
Medina de Bamako
Los artesanos de hoy han sabido adaptar los conocimientos prácticos tradicionales a la elaboración de productos modernos.
Las asociaciones de herreros, como la creada en la Medina de Bamako, están proliferando en el continente para dedicarse a producir toda clase de objetos prácticos para la vida cotidiana, utilizando esencialmente metales recuperados.
Artesanía del hierro
En África, la artesanía del hierro está cobrando un nuevo vigor, pese a que parecía condenada a desaparecer por no ser competitiva en el mercado.
Bien, este trabajo, podría extenderse incluyendo aquí el capítulo completo de la metalurgia de los pueblos cuyos textos hemos ido publicando, como los de los Dogón, los Mossi, Ashanti, Fon, Yoruba, Reino Kongo, Luba o Tshokwe entre otros, o los de ‘La Moneda Africana’ o ‘Armas Africanas’.
Cada uno con su peculiaridad o característica, lo que se iría a un libro, lo que no es nuestra intención, y que además, fuera de su contexto sería más complicado de entender para el aficionado, por eso casi mejor, al interesado, recurrir a esos textos donde se encontrará con datos más específicos.
África Subsahariana
Incidir por último, en que los trabajos arqueológicos en el África Subsahariana han ido en aumento, era fácil, desde los años 80 del siglo XX hasta la fecha.
En la actualidad, 2019, diversas alianzas de Universidades norteamericanas y europeas, conjuntamente con las africanas, siguen trabajando con interés, bien dirigidas coordinadas, con presupuestos serios.
Sobre todo comprometidos especialistas; ya han adelantado datos y conclusiones, pero creo que para alimentar el interés sin sobrecargar con más datos, este trabajo creo que es suficiente; obviamente, en su momento y cuando los distintos trabajos estén concluidos, los comentaremos.
Lo que hasta ahora hemos visto, son datos diversos de especialistas o universidades que se pueden consultar en la bibliografía, como por ejemplo el del trabajo titulado: “Aux origines de la métallurgie du fer en Afrique. Une ancienneté méconnue: Afrique de l’Ouest et Afrique Centrale”. “Los orígenes de la metalurgia del hierro en África.
Las Rutas del Hierro en África
Una antigüedad ignorada. África Occidental y Central”, que se ha publicado en el contexto del proyecto “Las Rutas del Hierro en África”.
Sus autores son eminentes arqueólogos, ingenieros, historiadores, antropólogos y sociólogos que describen los orígenes de la edad del hierro en África con abundante información técnica.
Y se preguntan por las consecuencias sociales, económicas y culturales de la metalurgia en el continente negro, al que han restituido ese ‘signo importante de la civilización que hasta ahora se le había negado’, como dice en el prólogo el ex Director de la División del Diálogo Intercultural de la UNESCO, Dudu Diene.
Hamady Bocum, Director del Patrimonio en Senegal, por su parte nos dice:
“África es el lugar donde el ingenio de los artesanos llegó al extremo de lograr la producción del hierro en hornos hechos con troncos de banano, y no se observan en ningún otro continente tantas variantes en el modo de realizar la cadena de operaciones de la reducción directa del hierro”,
Hamady Bocum
o sea la técnica que permite obtener el metal de una sola vez, sin tener que recurrir a la fundición.
Mohamed El Tusny
Este ingenio ya fue encomiado a principios del siglo XIX por el letrado tunecino Mohamed El Tusny, que en el diario de su viaje al Chad y al Sudán describió las lanzas y puñales templados ‘con una maestría inglesa, por decirlo de algún modo’, así como las pipas de hierro provistas de
‘canutos curvos y serpenteados como los de algunas pipas europeas, pero más elegantes y graciosas, y pulimentadas además con tanto brillo y nitidez que parecen de plata’ ”.
Mohamed El Tusny
hUELLAS HISPANAS
Con datos recopilados por el divulgador Gerardo Muñoz Lorente, dejadme exponeros este curioso trabajo sobre aquellos primeros inmigrantes que al igual que los de las pateras de ahora, realizaron una emigración similar pero a la inversa, desde la Península Ibérica, la antigua España a África.
Sahel
En el área occidental del Sahel hay muchos lugares con nombre español y familias con apellidos castellanos y valencianos, cuyos orígenes tienen en común la llegada de moriscos expulsados.
Hay quien lleva años reuniendo pruebas para demostrar que hubo moriscos expulsados del antiguo Sharq Al Andalus, luego reino de Valencia, que llegaron a afincarse incluso en el África subsahariana.
Es el caso del contestano Roberto Llorens Reig, residente en la actualidad en Barcelona, que ha vivido varios años en Benín, donde llegó a ser vicecónsul honorario de España.
Roberto Llorens Reig
Llorens recuerda que guerreros procedentes del Sahel, área africana que, como un cinturón, abarca desde el sur de Mauritania hasta Sudán.
Pasando por Senegal, Malí, norte de Guinea y Burkina Fasso, Níger, norte de Nigeria y Camerún, y Chad, llegaron a España a finales del siglo XI formando parte del ejército de Yusuf ibn Tashufin, quedándose muchos de ellos a vivir en Sharq Al Andalus y Al Andalus.
Asimismo recuerda que, en los archivos municipales de Alcoy y del Patriarca de Valencia, se han encontrado unos escritos que atestiguan la presencia, entre 1516 y 1521, de esclavos africanos negros en Cocentaina.
“Algunos eran Mandingas y Peulhs de Macina, Matina, ambos de Malí. Otros eran de etnia Ibo originarios de Nigeria, de los pueblos de Calabar, Omon u Ornon*1.
De Ghana eran los de Cape y Elmina (Ermina). Guineanos los de Terranova, parte oriental de la costa de Guinea, y Brafera. El resto de los conocidos que no he podido ubicar eran de Salminguo, Temin, Tierra Magno y Algarp (É) cambiaban su nombre indígena por uno cristiano y adoptaban el apellido de sus nuevos amos, “el de los Esteve, los Seguí (É)” ”.
Llorens
Los Orón
*Nota 1: Se refiere a los Orón.
Llorens
“Los descendientes de estos esclavos negros, así como los de aquellos guerreros del Sahel, debieron abandonar forzosamente Cocentaina, según Llorens, ‘formando parte de los más de 11.000 moriscos que el día 21 de octubre de 1609, salieron de Cocentaina y su condado para embarcarse en el puerto de Denia o de Moraira’, llevándose consigo sus apellidos cristianos, Esteve, Guerra, Seguí, o toponímicos, Ayelo, Alberic, Castella, Sylla, así como sus costumbres y formas de expresarse, hispanoárabe y valenciano, tan propias de sus familias, tras varias generaciones viviendo en estas tierras. Estos mandingas seguramente fueron ‘los que se llevaron a algunos de esos blancos, moriscos, hasta sus tierras de origen en Benín”.
Para los historiadores la hipótesis de Llorens es harto aventurada. Ciertamente el tráfico de esclavos negros en aquella época era algo cotidiano. Aunque su desembarco era obligatorio en el puerto de Valencia para el cobro de impuestos, muchos barcos negreros, sobre todo portugueses, preferían hacerlo ilegalmente en el puerto de Alicante, o en playas cercanas, donde eran entregados a los mercaderes que, a su vez, los vendían en diferentes poblaciones de la costa y del interior. Josep Lluis Santonja, archivero municipal de Alcoy, tiene bien estudiado este asunto, y confirma que, en efecto, fueron bastantes los negros, ‘mandingas y de otras tribus’, que sirvieron como esclavos durante aquella época. Pero en casas de cristianos. Conjeturar que los que vivían en Cocentaina fueron expulsados, todos o en parte, junto con los moriscos, a quienes acompañaron luego hasta la tierra de sus ancestros en el África subsahariana es ‘rizar el rizo’, en expresión de Santonja, quien añade: “Está documentado que todavía había esclavos negros en esta zona en el siglo XVIII”.
Sin embargo, es bien sabido que la dinastía de los Arma que gobernó Tombuctú, Mali, durante el siglo XVII fue fundada por moriscos y los datos que recogió Llorens en Benín no dejan lugar a duda sobre la huella hispana, castellana y valenciana, que todavía hoy pervive en esa parte de África.
Los Arma
Pero no fueron estos moriscos contestanos y posiblemente de otras localidades alicantinas los primeros en llegar a Benín, ya que al parecer otros lo habían hecho una década antes.
Se tiene por cierto que:
Pachá Yuder
“En octubre de 1590 un ejército que hablaba castellano y valenciano, compuesto por 4.000 granadinos, 500 europeos, 60 cristianos, 1.500 caballeros árabes y 1.000 auxiliares camelleros, partió de Marrakech y cruzó el desierto del Sáhara portando por primera vez cañones, arcabuces y caballos, en busca de un sueño: fundar un nuevo Al Andalus a orillas del río Níger. Iba al mando el Pachá Yuder, un hombre de ojos azules y nacido en el pueblo almeriense de Cuevas de Alamanzora con el nombre de Diego de Guevara. Expulsado de España, llegó a Marrakech, donde el sultán Al Manssur le nombró primero caíd de dicha ciudad y después pachá de su ejército gracias a su habilidad como militar. Tras un durísimo viaje, durante el que perecieron dos terceras partes de los hombres, Pachá Yuder y su mermado ejército vencieron a las huestes del reino Songhay el 13 de mazo de 1591 en Tondibi, Mali, muy cerca del río Níger”.
Los shongay
Algunos historiadores aseguran que los shongay llamaron a los invasores ‘alarma’ porque, cuando les atacaban, ellos gritaban ‘¡Al arma!’.
Otros opinan que el apodo procede del hecho de que fueran los primeros guerreros que usaban armas de fuego en esa parte de África.
Aunque intentaron proseguir su camino hacia el sur, Pachá Yuder y sus soldados se tropezaron con los terrenos pantanosos de lo que ahora es Burkina Faso, por lo que decidieron regresar a Tombuctú, donde se instalaron.
En esta ciudad los altos mandos se casaron con las princesas de la dinastía shongay y los soldados con las plebeyas, formando así la dinastía y la casta de los Arma.
Tombuctú
De 1591 a 1618 los Arma gobernaron aquellos territorios de la curva del Níger por delegación del sultán de Marrakech y con capital en Tombuctú. En 1618 lograron independizarse y gobernaron hasta 1737, en que fueron vencidos por los tuareg en la batalla de Taya.
El área de influencia de los arma irradió hacia lugares vecinos: Burkina Faso, Benín, Níger, Senegal, norte de Nigeria, Guinea y Ghana.
Este es, pues, el lugar al que llegaron los moriscos de Cocentaina y quizás de otras poblaciones alicantinas que, según Llorens, acompañaron a los esclavos mandingas en su viaje a las tierras de sus antepasados, tras ser expulsados de España en 1609.
Y, desde allí, algunos debieron incluso de continuar hacia el sur, hasta la bahía de Benín.
Ibi en Nigeria
En la zona occidental del Sahel existen muchos lugares con nombre español: las ciudades y pueblos de Manga, Mal, Lago, Sapo, Serena, Toma, en Burkina Faso; Baila, Domingos, Poder, en Senegal; Dominga, en Ghana; Morita, en Togo; Manta, Nata, Tampobre,Tia, Tio, Tuya, Suya, en Benín;
Las Hamadas, unas elevaciones rocosas cercanas a Tombuctú. O con nombre catalán o valenciano: las ciudades y pueblos de Ibi, en Nigeria, Ayelo, Gayá, Mahon, Sebba, donde se producen la mayor cantidad y mejores cebollas; los ríos benineses de Oli, Nano, Sarga, Sota.
Los Esteve
Donde hay familias que todavía hoy se apellidan Esteve, Seguí, Montcho, Gantcho, Bonagana, Massa, Amat, Ayelo, Castellá, Davo, Massia, Tormo, Mora, Bandera, Guerra, Gómez, Sastre, Abad, Mollá, Moya, Pereghi, Sap, Aguilar, Diaz, León, Mansilla, Médrid, Mena, Perez, Pina, Rodríguez, Toro-.
Y así hasta más de 300 apellidos que encontró Llorens en esa parte de África.
El jueves 27 de noviembre de 2003 apareció en el diario beninés Le Matin una noticia sobre una cantante llamada Ayelo Castalla.
Philipe, beninés
Y un miembro de la familia Esteve, Philipe, beninés, propietario de un taller de reparación de bombas de inyección de motores diesel, negro como el tizón.
Como sus hijos y nietos, como sus padres y abuelos, le contó una tarde a Llorens la leyenda que, transmitida oralmente de generación en generación, a él se la contó su padre, que se llamaba Salustiano, asegura que sus antepasados fueron un día blancos,
“venidos del norte, de más allá del desierto, del otro lado del mar”.
Salustiano
Las familias Arma
Las familias Arma tienen sus apellidos unidos al oficio o cargo político que desarrollan en la sociedad. Así, los Touré son jefes, los Mandés son los servidores, los mandados, los Konta son los pescadores del río Níger que nunca han pesado los peces, sino que los cuentan, los Karabenta se dedican a vender el pescado.
Además de los Kazaré, Marka, Bobos, otras estirpes armas con eco valenciano son los Barber y los Sembla.
Muchas costumbres de los actuales Arma, unas 10.000 familias, nos hablan de su pasado español y valenciano: su arroz, mucho más importante en su dieta y en su gastronomía que en las de los pueblos vecinos, es redondo y corto, del tipo bomba, típico de Valencia; sus panes tienen forma redonda y les hacen dos cortes en cruz.
No usan sables curvados sino espadas rectas de estilo toledano; marcan sus ganados al estilo hispano, al fuego; las puertas de sus casas tienen formas andalusíes y, en las señoriales de Gao y Tombuctú, con soportales de piedra, se pueden encontrar escudos heráldicos semejantes a los españoles, no siendo pocos los que tienen como fondo una cruz.
El castellano y el valenciano
El castellano y el valenciano se siguió hablando en Tombuctú y en el área de influencia de los arma durante muchos años.
La última referencia histórica se encuentra en una carta enviada por el sultán marroquí al pachá de Tombuctú escrita en español.
Todavía hoy muchos Armas hacen sus cuentas en castellano y tienen en su vocabulario palabras castellanas y valencianas con el mismo significado con el que las conocemos nosotros: alcalde, alfalfa, alpargata, albornoz, garrafa, ámbar, alfombra, bakora, bonet, dacsa, intelligentsia, net, sabata, sabó, saya, má,
Llorens apunta:
“Era costumbre valenciana decir a los niños pequeños sedientos: ‘Vols má? ¿Quieres agua?’. En la orilla del lago Faguibin se encuentra el poblado Arma de Ras el-Má, literalmente ‘A ras del agua’, habitado por las familias Abad y Tormoz”.
Entre las mujeres arma, informa el ex vicecónsul honorario español en Benín, abunda el apelativo cariñoso español Nena, Nana, y en algunos otros casos el de Enana.
Como dato a añadir a este, es aconsejable a los interesados, echar un vistazo al ‘Fondo Kati Tomboctú’, para averiguar muchas otras concomitancias españolas en África.
Bibliografía
– The Forge and the Crucible: The Origins and Structure of Alchemy. University of Chicago Press
– Mircea Eliade 1956: ‘Forgerons et alchimistes’. Flammarion, París.
– https://derblaueritter.de/casimir-zagourski-polnischer-fotograf-zentralafrikanischen-voelker-und-braeuche/ – https://www.archaeologie-online.de/nachrichten/projekt-zur-nok-kultur-geht-in-die-endrunde-3763/
– https://www.archaeologie-online.de/nachrichten/werte-im-widerstreit-von-braeuten-muscheln-geld-und-kupfer-2130/ conchas novias y bronces – https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000120220_spa
– http://www.unesco.org/whc/ “Las Rutas del Hierro en África”
La cultura en África
– http://www.unesco.org/culture. Rúbrica: La cultura en África
Peter R. Schmidt, R. Peter y S. Terry Childs; ‘Los altos hornos de maleza. África entró directamente en la Edad de Hierro con un saber hacer original’ de – https://unybook.com/apuntes/file-1318493d68eade57731b2318fb7c4d1b/prehistoria/trabajo-la-metalurgia-en-africa – https://www.webislam.com/articulos/39393 los_dogon_mito_y_realidad.html – https://www.artehistoria.com/es/contexto/bronce
https://www.diarioinformacion.com/dominical/2010/07/05/huellas-moriscas-africa-subsahariana/1022515.html – https://popular-archaeology.com/article/early-modern-humans-cooked-starchy-food-in-south-africa-170000-years-ago/ – https://www.researchgate.net/project/Peuplement-humain-et-paleoenvironnement-en-Afrique-Projet-Pays-dogon – https://www.arsgravis.com/el-alma-de-la-tierra-la-creacion-del-hombre/ – https://people.ucalgary.ca/~ndavid/Homepage/video.html – https://www.artehistoria.com/es/contexto/bronce – https://www.diarioinformacion.com/dominical/2010/07/05/huellas-moriscas-africa-subsahariana/1022515.html
Textos académicos
– Las Rutas del Hierro en África
http://www.unesco.org/whc/
– “Las Rutas del Hierro en África”:
http://www.unesco.org/culture (rúbrica : La cultura en África)
– «Los altos hornos de maleza. África entró directamente en la Edad de Hierro con un saber hacer original» de Peter R. Schmidt y S. Terry Childs
– https://unybook.com/apuntes/file-1318493d68eade57731b2318fb7c4d1b/prehistoria/trabajo-la-metalurgia-en-africa
– https://www.webislam.com/articulos/39393-los_dogon_mito_y_realidad.html
https://www.escepticos.es/repositorio/elesceptico/articulos_pdf/ee_08/ee_08_dogon_un_misterio_inexistente.pdf
-Black Hephaistos, 1995: explorando la cultura y la ciencia en el trabajo del hierro africano. (48 minutos.) Calgary: Universidad de Calgary, Departamento de Medios de Comunicación.
La tecnología tradicional africana
El video presenta la tecnología tradicional africana de fundición de hierro. Al unir aspectos rituales, mágicos y técnicos, esta tecnología está metafóricamente vinculada a la procreación.
El espectador luego participa en el trabajo de laboratorio metalúrgico, incluida la microscopía óptica y electrónica que revela el funcionamiento de esa tecnología.
Las imágenes de video, filmadas en 1989 y 1993 en las tierras altas del Mandara de Camerún y Nigeria, registran el proceso de fundición de hierro por Ajokfa, un maestro de hierro de Plata Kapa, y la multa y forja por Hundu, un herrero de Sukur.
La escena cambia de un lado a otro entre África y el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad de Arizona, donde el Dr. David Killick demuestra cómo se obtiene la comprensión científica de estos procesos a través de análisis metalúrgicos de su s productos y subproductos.
– Datos extraidos del laboratorio de metalografía, de Philippe Fluzin en Belfort (Francia),
– Datos tomados en conjunto de trabajos de los profesores:
Allen F. Roberts, profesor de Arte y Culturas / Danzas del mundo en la UCLA
Marla C. Berns, Shirley & Ralph Shapiro, Director, Fowler Museum at UCLA
William J. Dewey, profesor adjunto de historia del arte africano en la Universidad Estatal de Pensilvania
Henry John Drewal, profesor Evjue-Bascom de historia del arte y estudios afroamericanos en la Universidad de Wisconsin de Madison
El arqueólogo suizo Eric Huysecom
-El arqueólogo suizo Eric Huysecom y el camarógrafo Bernard Augustoni trabajan con 13 fundidores maestros para recrear la construcción de un horno tradicional para fundir hierro en Mali.
No ha habido ninguna fundición de hierro tradicional en África desde la década de 1960, en parte debido a la importación de sustitutos más baratos.
La construcción de los hornos y el trabajo involucrado en la producción real está profundamente entrelazada con el ritual, el simbolismo y el género.
Esta película describe con gran detalle cada aspecto del evento, desde la selección del sitio de la reconstrucción, que es el sitio de horno más antiguo que queda en la región, activo por última vez en 1961, hasta el resultado final.
Esta es una película importante para Estudios Africanos, Arqueología, Religión, Ritual, Tecnología y Género.
El Festival de la Mostra
Inagina se proyectó en el Festival de la Mostra en Brasil, en el Congreso Internacional de la Sociedad de Arqueólogos Africanos y recibió el reconocimiento de la Sociedad de Antropología Visual en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Antropología en 1998.
Los cineastas han creado un sitio web para la película en: http://anthro.unige.ch/galerie/inagina/index.gb.html
-Muñoz Lorente, Gerardo, 2010: Huellas Hispanas en África. Web.

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