
a Foto Anthony Pappome
a Foto Anthony Pappome | b Foto Witold Orko |
En la foto a vemos algo peculiar, esta mujer muestra serpientes en su vientre, incluso para que no haya dudas tiene una incisión, que no botones de queloides, que muestran así mismo un ofidio en el que no sé cómo, han remarcado en blanco sus ojos.
En la b, como antes vimos, los curiosos ‘encordados’ que hablan de su origen celestial, pero también las ‘herraduras’, dos en su brazo izquierdo, que nos dicen que ha matado a dos ‘enemigas’ o peligrosas betias salvajes.
El lógico dolor y la efusión de sangre, son prueba real de la determinación y coraje de los niños, que demuestran en el proceso estar preparados para saber afrontar lo que les depare la vida adulta, sea esfuerzo en el trabajo o su valentía en la batalla para arrostrar las lesiones e incluso la muerte si hiciera falta.
Dicho proceso se vincula a una liberación de endorfinas que produce desconcertantes y cambiantes momentos de euforia a la par que estados de introspección.
Los Surma
Por último, su nombre original es Surma y lo componen tres clanes, los Suri, Chai y Tirm, siendo Kachipo, un topónimo de la región donde viven algunos. Tienen de vecinos a los Dizi.

Ayudándose con una espina y una hoja de afeitar, a esta muchacha Surma acaban de realizarle unas incisiones ornamentales que remarcan el contorno de sus seno, las heridas de la joven cicatrizarán dibujando un motivo similar al que se aprecia en el otro pecho.
Para los Surma, estas cicatrices resultan muy atractivas, y son muchas la chicas que desan lucir un dibujo similar.
También se da entre los hombres, aunque por otros motivos, pues ellos, aparte de las tribales, les gustan más que se vean sus heroicidades y enemigos eliminados.
Escaras de los Surma de Sudán del Sur
Como se ha dicho, en Etiopía, los Surma , no los Kachipo que son los Surma de Sudán del Sur, muestran en sus escaras de manera precisa y peculiar los enemigos muertos, si era un hombre las llevará en su brazo derecho en forma de herradura, si en el izquierdo una mujer.
Hay que pensar, y ver, que unos y otras no tienen remilgo en coger el kalasnikov y disparar a cualquier desconocido.

foto de Eric Lafforgue |
Por el tejido de su falda yo díria que no es Surma, aunque sí del Omo; pero la foto de Eric Lafforgue, si es ilustrativa de cómo hacen las escaras; primero dibujan superficialmente la piel, para luego ir con una espina levantándo y cortándola ligeramente con una cuchilla de afeitar para incorporar a continuación el barro o la ceniza que forme la escara enfatizada.
Abocados a desaparecer, por el desvarío y codicia de gobiernos de etnias mayoritorias instalados en Adis Abeba, la capital, y, que puede que ni conozcan la zona del Omo donde habitan, nos encontramos a los Mursi.
No llegan a los nueve mil individuos, instalados en Debub Omo entre la sabana de Jinka y las estribaciones montañosas de Omo Park, cerca de los Surma de Sudán del Sur y en la frontera norte con Kenya, y secularmente enfrentados a vecinos como los Bodi y Nyangaton por conflictos con el ganado, también su principal recurso.
Escarificaciones de los Mursi
Son más conocidos por las fotos que nos llegan donde los hombres lucen pinturas con ceniza blanca y decoraciones sobre la cabeza similares a las más arriesgadas ‘naturalezas muertas’ que uno pueda encontrar en un museo y casi siempre mostrando orgullosos su ‘ak47’, el fusil del que no se desprenden.
Ellas, ver la foto, lucen escarificaciones similares a las de todos los pueblos de la zona pero también los discos labiales o Dhebinya, que se van colocando desde la pubertad, y ampliándolo según van creciendo y dilatando el labio, y a veces también en las orejas.
Esta práctica, extendida entre los Mursi, la realiza en Etiopia todo el grupo de lengua Surma, al que el idioma Mursi pertenece, también los Sara del Congo, o los Makonde en Tanzania.
Para realizar las escaras y abrir los labios cuentan con los Nana, expertos ‘cirujanos’ que también curan las heridas que se producen con las varas Dunga, con las que los muchachos pelean por demostrar su virilidad.
Los Mursi, a veces se hacen en el cuerpo agrupaciones de escaras, parece ser que por simple gusto, sin otro motivo que no sea resultar atractivo al sexo opuesto y algunas por el supuesto placer que producen al contacto con otra piel durante las relaciones sexuales.
Poco diferencia estéticamente a los Mursi de los Surma si acaso el tocado que les gusta llevar a las mujeres, que perfilan de anillas, y tan llamativo, que la astragante avalancha turistica ha hecho que otros copien, tal masificación de cámaras hace ahora difícil diferenciar unos de otros
Tocados
Los tocados parece que son privativos de las mujeres casadas, y no está o tengo claro si con hijos.
Como curiosidad, vemos que se distiguen por las escaras del antebrazo, que a veces quedan ocultas tras las muñequeras de metal.
Vemos las del abdomen de la niña y las de la mujer en los hombros, que recordemos, tienen mucho que ver con haber matado a seres humanos o determinados animales peligrosos.
Escaras en sus senos y abdomen

Esta mujer luce todo aquello que prestigia a un Mursi, sea del sexo que sea. Navajas, colmillos, de jabalí; largo collar de tanzanita, la preciosa y especial piedra verde de la buena suerte; un badajo que la comunica con sus vacas; orejas dilatadas al igual que el colgante labio; incisivos inferiores ectraídos; el hombro izdo decorado con pintura de ceniza blanca; escaras en sus senos y abdomen. Sin duda una especial y seguro que aguerrida mujer.
Intimidantes personas Mursi. ¿No? | Intimidantes personas Mursi. ¿No? |
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Foto Mario Gerth | Foto Jan C. Schlegel |
Foto Jim Zuckerman | Foto Erikc Lafforgue | Desconozco el fotógrafo |
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