
Mgbedike o Agaba
Mgbedike o Agaba son los nombres que se dan a estas mascaradas que simbolizan a espíritus masculinos. Las máscaras podían llamarse igual que la mascarada: Agaba el más conocido entre ellos, Mgbedike el mas usado por los blancos y Agu neche Enyi por ejemplo, cuando ellos dicen que para recrearla han simbiotizado al leopardo y el elefante, y por tanto pudiendo tener tantos nombres como imaginación. Dicen que el significado metafórico sería ‘Momento para valientes’
Eran portadas por hombres maduros o incluso a veces ancianos. Aunque las máscaras presentan algunos rasgos humanos, ponen énfasis en denotar fuerza, poder, físico y místico.

De la misma importancia que la máscara es el traje, a través del cual hacen referencia al mundo del bosque y lo que este encierra, como medicinas que solo el sanador conoce, adosando al traje algunas muestras. Las máscaras y trajes de los Mgbedike presentan a menudo materiales de sacrificio, libaciones o misteriosas excreciones y resultaban ennegrecidos con el hollín de la hoguera de media tarde, previa a su actuación.
Los rasgos faciales de la máscara pueden ser simétricos, pero agresivos e intimidatorios, a veces con ojos desencajados, boca y nariz desestructuradas intentando semejar la idea que se tiene del mal. De la frente nacen amenazadores cuernos y otras protuberancias orgánicas; y la boca, desmesurada, presenta numerosos y enormes caninos.

Agu neche Enyi
Se les otorgan nombres concretos que describen su peculiaridad como el ‘maléfico’, ‘violento’ o ‘ávido de sangre’; concretamente Agu neche Enyi significa, “el leopardo se crece con su amigo”, con los que de entrada provocaban recelo si no miedo. Su representación trataba de causar pavor arremetiendo contra los asistentes; armados de cimbreantes varas o látigos e incluso a veces con cuchillos, había unos asistentes cuya única función era controlar su ardor en sus embestidas contra el público, pues para amedrentar las Mgbedike no requerían de refuerzos.



Agaba o Mgbedike en fotos de William Buller Fagg 1946 | Foto Edward Duckworth 1949 |
Por lo general, no tenían una máscarada propia, si no que podían presentarse en cualquier festival pues su objetivo era amedrentar a aquellos que se mostraban antisociales, indicando con su agresiva apariencia que siempre aparecería él que les superaría.
En realidad era una curiosa manera de controlar a los indisciplinados, rebeldes o excesivamente bulliciosos. Aunque ante una posible batalla salía a enardecer los ánimos, hasta el punto de exaltar a los concurrentes que con sus alaridos, atemorizaban ya de paso a los enemigos, si ya con tan solo ver a tan temible espíritu no lo estaban. Aunque parece que esta no fue su principal función y sí la otra.
En el festival de Imoka en Awk


Mgbedike a finales del s XX En el festival de Imoka en Awka. Foto The Guardian | Fotógrafo desconocido |
“Las criaturas con cuernos encarnan, además, la tenacidad, resistencia y resilencia”
Y ahora veamos las influencias. Hace casi 30 años tuve oportunidad de ver un curioso carnaval en Madrid un fin de semana de mediados de Agosto, ese día, luego estuve en varios más, se cerraba al tráfico una calle muy típica la de Bravo Murillo, desde Cuatro Caminos hasta Estrecho.
El Carnaval, que ellos celebran el 27 de Febrero en su tierra, era una ‘fiesta mayor’ para mis numeroso amigos dominicanos, pero lo que más me llamó la atención fue que aunque todos, ellas y ellos se esmeraron, fue otro amigo, español, el único que se había traido un traje y máscara desde la Isla. Se me quedó grabado. Ellos llaman a esta mascarada la del ‘Diablo Cojuelo’, relatada ya así desde 1520 por fray Bartolomé de las Casas, personaje extraido del Quijote, descrito por Cervantes:
“…con espejos, cascabeles, cuernos y vejigas”.

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