

Foto de Jean Rouch |
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Hogón de Sangha |
Uno de entre los hombres más viejo del pueblo asumirá el cargo de Hogón, excepto en Arou. El viajero de paso se lo encontrará muy pronto, pues debe observar tantos tabúes que será fácilmente identificable su casa.
Después de su elección tiene que seguir un período de iniciación de seis meses, durante el cual no se le permite afeitarse o lavarse, llevará ropa blanca y nadie está autorizado a tocarlo.
El Hogón
Después de su iniciación, él se cubre con la pugla, un fez rojo y luce un brazalete 0 colgante con una piedra sagrada que simboliza su función.
Se prohíbe terminantemente darle la mano. Una vez elegido, está obligado a ser célibe y ya no tiene el derecho a tener contacto físico con nadie, incluyendo a sus esposas e hijos.
Su primera esposa preparará sus comidas y una muchacha virgen, que aún no haya tenido el periodo, le atenderá y aseará la casa durante el día, pero volverá al atardecer, donde la primera esposa del Hogón comprobará su virginidad, pues a partir de su nombramiento, la castidad, le es obligada hasta la muerte.
Posteriormente una de sus esposas se ocupará de el, pero asimismo, esta, dormirá en casa distinta. Pues se establece que la casa del Hogón es lugar sagrado y puro.
Tampoco, se le permitirá salir de su recinto. Las reuniones necesarias se celebrarán en su casa, donde recibirá a la gente que le precise. Es el encargado de administrar el justo intercambio en el trueque y gestiones comerciales.
También preside las ceremonias agrarias, asomado a su terraza desde donde es visto por la comitiva y la concurrencia, asistido por el herrero.
El Hogón de los Arou
A diferencia de las otras tribus, los Arou no repartieron su parte del altar de Lebé, y en su lugar optaron por erigir un solo altar entre Arou e Ibi.
El Hogón de Arou es elegido para el cargo por los principales miembros de la tribu Arou. No es un puesto que pueda codiciar cualquier persona. Uno no elige ser candidato y solo algunos miembros son susceptibles de ser elegidos como el próximo Hogón.
Él elegido será informado del hecho consumado. Varios rituales se llevarán a cabo antes de su entrada en funciones. Por ejemplo, el recién elegido debe dejar de existir como un ser humano ordinario y consecuentemente se celebrarán unos funerales simbólicos por su tránsito.
Durante este tiempo él se retirará unos diez días a una gran cueva no muy lejos de Arou.
La cueva de Komo Sese
El lugar se llama Komo Sese. Después de este período de aislamiento es cuando volverá a Arou. Es en este momento en el que su nominación como Hogón se hará efectiva.

Tienen un altar de ritos propiciatorio para lluvias, el Andugo, sobre el que efectúan sacrificios. Este altar está compuesto de fragmentos de cerámica y las llamadas ‘piedras del trueno’, meteoritos que buscan tras las tormentas, y que ellos dicen que encuentran tras los truenos y relámpagos.
Varios linajes paternos constituyen un clan cuyo liderazgo ejerce el sacerdote del Binu, el Binukedidne. Su misión consiste en mantener la armonía entre las fuerzas del bosque y los miembros del clan.
Estos le llamaran para cualquier problema de orden místico o desconocido, enfermedades extrañas o adivinaciones por ejemplo. Al contrario que la sucesión del Ginna Banga que se trasmite por orden sucesorio, la del Binukedidne se traspasa de forma muy diferente.

El Binu ente sobrenatural
El Binu, es un ente sobrenatural pero protector, que se manifiesta a un individuo bajo la forma de un animal. Este animal, un tótem, no puede ser cazado ni comido y no puede ser imitado en máscaras ni en sus ceremonias.
La tradición cuenta que caminando un hombre por el monte, le llamó la atención algo que destacaba entre los hierbajos, se agachó y reconoció una extraña piedra, en la que percibió un signo de alianza, le llamó Dugé, amuleto, pero no uno cualquiera, este semejaba un animal, aunque él, en ese momento no sabría definir cual.
La referencia al animal, es para ellos, un recordatorio visual de la simbiosis entre el mundo sobrenatural, y la relación con los antepasados, y los miembros del clan.
La literatura etnográfica
La literatura etnográfica dice que el Dugé se dejará descubrir por la persona elegida, y verá en él un animal concreto, siendo la prueba de su capacidad para comunicarse con el mundo espiritual y que por lo tanto deberá asumir su deber y aceptar la responsabilidad de ser sacerdote del Binu, ser el Binukedidne.
A partir de ahí, el nuevo sacerdote llevará el Dugé, esa alianza en forma de piedra, en un collar, también un espantamoscas y un bastón distintivos de su estatus. Ese es el origen.
En realidad, ahora, el Dugé no es sólo una piedra que se encuentran en el bosque por una persona en un estado de trance. Es el mismo collar que a la muerte del sacerdote, ocultarán los miembros de la familia hasta el día en que vuelva a ser descubierto por su sucesor.
Se dice que el Binu ‘duerme’ hasta el día que el Dugé es redescubierto. Sólo uno de los tres existentes, el Binu de Ogol Dah estaba activo a principios de 2006.
El tótem del Clan Karambe
Determinados miembros del clan tienen una estrecha relación con un animal o planta totémicos, es el ba binu. En el pueblo de Sibi Sibi, el tótem del clan Karambe es una serpiente.
Un día, un habitante de Sibi Sibi se salvó de morir ahogado gracias a una serpiente de agua que le arrastro hasta la orilla. Fue a través de la intermediación de dicho ofidio que el Binu manifestó su alianza con el clan Karambe.
Desde aquel día, quedó terminantemente prohibido para los Karambe cazar, matar y menos aún consumir serpientes.
El tótem de Ogol Leye
En Sangha, el antílope ‘hippotracus’, Walu, es el tótem de Ogol Leye y la pantera es el tótem de Ogol Da.
Estos animales son considerados como los protectores de los clanes y no se cazan ni se comen, tampoco los miembros del clan bailaran con máscaras que les representen. Cuando un dogón viaja y duerme entre las zarzas, sabe que su tótem se ocupará de él protegiéndole.
Sin embargo, hay una particularidad que señalar entre las dos Ogol. En el de Ogol Leye se respeta tanto al Walu como a la pantera, es una señal de respeto a los animales y también a sus vecinos.
En Ogol Leye consideran a la pantera como su segundo tótem. Por lo que respecta a Ogol Dah, estos no consideran al Walu como su segundo tótem. Así en Ogol Leye no se baila ni con máscaras Walu ni con máscaras pantera.
Pero para los Ogol Dah sólo la máscara de pantera sigue siendo tabú y sí se permiten bailar con Walu.

Foto de la Universidad de Chicago
Foto de la Universidad de Chicago |
Los Santuarios Binu
Foto de la Universidad de Chicago, cuyo original creo es del equipo de Marcel Griaule, donde se ve un santuario Binu.
Hoy el culto Binu está perdiendo parte de su influencia. Otras religiones, la ciencia y el mundo de la medicina, en particular, dan respuestas alternativas a la función protectora que ejercía el Binu.
Los santuarios Binu son construcciones de una sola recámara, donde a veces parece reconocerse una cara; muestran decoraciones con relieves y diseños geométricos. Las marcas blancas que se aprecian en las fachadas son libaciones hechas con gachas de mijo y efectuadas durante los ritos agrarios.
Estos ritos son para solicitar la llegada de la lluvia, la regeneración de la naturaleza y las cosechas abundantes. Exceptuando las herrerías, a menudo adornadas con símbolos de fertilidad una de las principales preocupaciones de las creencias dogón, las demás construcciones no tienen ninguna función religiosa.
En la fundación de un pueblo, la togu Na y la cabaña de la menstruación punulu, se erigen en primer lugar.

La togu Na y la cabaña de la menstruación punulu
Es un refugio abierto por los cuatro lados y que con el apoyo de pilares de piedra o de madera, soporta un techo muy bajo y característico, cubierto de hasta cinco capas de paja de mijo, pues se utiliza como almacén de forraje del ganado, por lo que va menguando a medida que avanza la estación seca.
El techo es demasiado bajo para que una persona se mantenga en pie y se tiene que entrar casi gateando. Es un lugar sombreado donde se discute sobre los asuntos de la aldea.
A veces estos debates pueden llegar a ser animados pues cualquiera puede expresarse libremente, pero en el que no caben exaltaciones, pues si la ira o el entusiasmo lleva a alguien a intentar ponerse en pie, golpeará su cabeza contra las vigas de la togu Na, con el consiguiente perjuicio para su cabeza y la inmediata pérdida de pasión, lo que hará que reine de nuevo la calma.
Es aquí donde los ancianos toman decisiones que luego trasmiten al hogón y donde a posteriori, trasmiten al resto aquello que el hogón haya decidido.
En la togu Na, también se puede descansar, fumar en pipa, contar chismes o mantener el ‘silencio que es garantía de sabiduría’, como ellos dicen.
Ciertos oficios manuales, tales como trenzar cuerdas o tejer cestas, se pueden realizar allí también. Tanto la togu Na como el ginna pertenecen a los hombres que forman parte del mismo linaje familiar.
En teoría, en un pueblo puede haber varias togu Na, al igual que hay otros tantos ginna, por ejemplo, los que detenta cada uno de los linajes patriarcales. Las mujeres no tienen acceso a ellas.
La llanura del SenoGondo
En la llanura del SenoGondo los pilares están hechos de madera y son a menudo adornados con representaciones de máscaras y símbolos de la fecundidad.
Los hombres y las mujeres se muestran con órganos sexuales desproporcionados. Los pilares mayores son de un estilo arcaico e irradian un poder que los más nuevos parecen haber perdido.
Muchos han sido robados y todavía seguirán alimentando el mercado de antigüedades de África. Tal fue el desmán, que los hombres de muchos poblados pensaron que podrían preservar lo que quedaba, desfigurando las caras y cortando los pechos.
Pero todo fue en vano. Entre las antiguas, solo la togu Na de Madougou sigue intacta en su lugar. Algunas otras se han reconstruido con nuevos pilares, pero muchas otras, como las de Youdiou, reiteradamente robadas y o devastadas han acabado por desaparecer.

Los saqueadores aprovechan la temporada de lluvias para sustraer estas peculiares obras de arte, pues el barro y lo dificultoso de los trabajos en el campo, hace que los aldeanos lleguen exhaustos por la noche y se acuesten enseguida, es entonces cuando al amparo de la noche y entre viento y tormentas ahogando cualquier otro ruido, los ladrones entran en acción.
En la meseta y a lo largo de la escarpa, las togu Na ya se levantan sobre pilares de piedras o cemento. Incluso a veces se apoyan sobre paredes circulares de piedra.
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