

*3 Nota: Extracto traducido al castellano, entresacado de un texto discrepante, aunque parece manifestar ideas actuales contra algo que se manifestó sobre los años 30 del siglo XX. Me remito a colocar en la foto de arriba la piedra, ovoide, que se atribuye a los dogón, con una explicación de qué querían hacer ver o demostrar.

Cada sesenta años los Dogon celebran una ceremonia de renovación del mundo, llamada Sigi, asociada a la invisible Sirio B o Po tolo.
Sirio y el Sigi
En el Sigi se emplean unas elaboradas máscaras, llamadas ‘sirige’, confeccionadas especialmente para esa ocasión, que posteriormente son cuidadosamente guardadas en refugios protegidos.
Las máscaras conservadas son una prueba física de que las ceremonias Sigi y los asombrosos conocimientos de los Dogón acerca del sistema estelar de Sirio o estrella Sirio tiene una antigüedad de al menos 700 años, sobre el año 1300 d.C”*10.
*10 Nota: En estos textos se entremezclan cosas conocidas y verificadas, con otras, a mi entender tomadas por los pelos, a las que creo que se hace coincidir.

Otra versión, distinta pero muy similar a la anterior, de cómo veían los Dogón a los Nommos
Los nommo
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Los Nommos
“La leyenda Dogón cuenta que la fuente primigenia de este insólito saber en astronomía fueron los ‘Nommos’, seres que llegaron a la Tierra procedentes del satélite de Emme Ya*11, aproximadamente hacia el año 3000 a.C.
Significativamente, el término ‘nommo’ en la lengua Dogón se relaciona con el agua.
También suelen referirse a ellos como ‘Maestros del Agua’ e ‘Instructores’.
Los describen como seres anfibios, con más forma de pez que de hombres; localizan su recalada en algún punto ubicado al nordeste del territorio en el que actualmente se asientan”.
*11 Nota: Siempre he leído “… los Nommos, seres que llegaron a la tierra procedentes del cielo”.
No sé si por que los traductores ponen cielo, lo que leen en el original, o se arriesgan a poner cielo donde pone lo otro o porque realmente esto es pura especulación.
Leyenda sumeria
“Esto establece inquietantes paralelismos con la leyenda sumeria de los Oannes, recogida por el historiador babilónico Beroso”.
Según el mito sumerio, los Oannes ‘tenían forma de pez mezclada con la de hombre’, y surgieron del Mar Rojo.
Si bien la ‘sabiduría secreta’ de los Dogón sobre Sirio y el sistema solar era conocida por los antropólogos, y sobre todo comentada por otros muchos amantes del misterio desde finales de los años cuarenta, no fue sino hasta 1975 cuando fue objeto de una amplia divulgación.
Y sorprendentemente a la par, de un enfebrecido seguimiento y secretismo por parte de los incondicionales de la hipótesis de los antiguos astronautas.
Ese año vieron la luz, de forma independiente, dos hipótesis que conectaban los conocimientos en astronomía de los Dogón con presuntos viajeros espaciales que habrían visitado la Tierra en un pasado remoto.
Los padres de las mismas fueron el arquitecto francés Eric Guerrier y el orientalista norteamericano, asentado en Inglaterra, Robert K. G. Temple, quien es definido en una entrevista reciente como:
“…a highly respected classical scholar and Fellow of the Royal Astronomical Society”.
Entrevista
Guerrier y Temple
En líneas generales, Guerrier y Temple coinciden en postular que:
Guerrier y Temple
“El saber secreto de los Dogón procede de una tradición oculta milenaria, rastreable en última instancia hasta las antiguas civilizaciones de Egipto y Sumeria.
Los sumerios, en particular, habrían sido los beneficiarios originales de ese conocimiento misterioso, recibido directamente de seres extraterrestres procedentes de un planeta del sistema estelar de Sirio.
Esto quedaría demostrado por el mito sumerio de Oannes, que se refiere a unos seres anfibios, con rasgos mezclados de pez y hombre, relatan y plasman personajes que parecen llevar escafandra, que surgieron del mar para actuar como héroes civilizadores”.
Carl Sagan y Iosif S. Shklovskiy
Sin embargo, es de hacer notar que la idea de que pudiera haber alguna relación entre el mito de Oannes y seres provenientes del espacio exterior no es en modo alguno original de nuestros dos autores.
Pues ya había sido enunciada en 1966 nada menos que por Carl Sagan y Iosif S. Shklovskiy, en su libro “Intelligent Life in the Universe”.
Caldeo Beroso
Por otra parte, también debe tomarse en cuenta un hecho que suele olvidarse con excesiva frecuencia, conocemos la leyenda de Oannes no a partir de fuentes sumerias, sino a través del historiador y sacerdote caldeo Beroso.
Vivió en una época tan tardía como el siglo III a.C. donde dedica al rey helenístico Antioco I Soter su historia sobre Babilonia.
Aunque la mayor parte de su obra se ha perdido, y sólo nos han llegado fragmentos preservados por historiadores y escritores griegos como Alejandro Polyhistor, Abideno y Apolodoro.
No existe igual unanimidad entre Guerrier y Temple respecto a la vía por la cual las informaciones impartidas por los Oannes a los sumerios habrían llegado hasta los Dogón.
Eric Guerrier
Eric Guerrier, el menos original de los dos, las hace pasar de los sumerios a los babilonios.
En Babilonia, la información sería conocida por una de las Diez Tribus Perdidas de Israel, que al final del exilio en lugar de regresar a Palestina optó por realizar un incómodo viaje de varios miles de kilómetros hasta el África Occidental.
Idea que en perspectiva resulta muy poco innovadora, pues a las famosas Tribus Perdidas se les ha hecho colonizar desde la América Precolombina hasta la Francia merovingia.
Por no hablar de Inglaterra, de modo que no tiene nada de extraordinario que alguna haya ido a parar a las riberas del Níger; otros apuntan incluso a Benín y Ghana.
Robert Temple, por su parte, resulta bastante más creativo.
De Sumer el conocimiento secreto habría pasado a Egipto, en donde fue asimilado por los griegos de Lemnos, descendientes de los Argonautas.
Posteriormente, estos griegos emigrarían a Libia, y al penetrar hacia el oeste se transformaron en los famosos Garamantes.
Siglos más tarde se dirigirían hacia el sur, hacia las riberas del Níger, donde acabarían mezclándose con la población local de raza negra.
Dogón helénicos
Para Temple, los Dogón vendrían a ser,
‘cultural y quizás físicamente, descendientes de los griegos de Lemnos’.
Temple
Estos Dogón helénicos habrían preservado por siglos las sagradas tradiciones llevadas desde el Egipto predinástico a Grecia por los ‘Danaos’.
Quizás no sea ocioso recordar aquí que dentro de la bibliografía de este ilustre polígrafo, no hay que olvidar que es:
‘Fellow of the Royal Astronomical Society, the Society for the Promotion of Hellenic Studies, the Egyptian Exploration Society, the Royal Historical Society, the Institute of Classical Studies, and the Institute of Historical Research’.
Fábulas de Esopo
A lo que habría que añadir también una edición, realizada junto con su esposa, de las fábulas completas de Esopo.
Un eminente e ilustre ilustrado.
En cualquier caso, la leyenda moderna acerca del ‘misterio de Sirio le debe mucho a Temple, y muy poco, o nada, a Guerrier.
Al punto que el primero puede ser considerado virtualmente como la fuente principal o única de la gran mayoría de las historias que circulan al respecto.
A esto sin duda ha contribuido decisivamente su aura de erudición, de investigador serio, que lo distancia, por ejemplo, de un von Daeniken.
También la polémica alrededor de su libro, en la que jugaron un papel importante de controversia Carl Sagan, y Ian Ridpath, entre otros.

Pared del cortado donde se pueden apreciar parte de los pictogramas en que se basan para estos mitos.
En el estudio “Pueblo Dogón” se explica realmente cómo los utilizan y para qué.
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