

La mascara Sirige se realiza una vez cada 60 años, de los de ellos, entre 53 o 54 años nuestros, con ocasión del Sigi. Este ritual dura siete años.
Se inicia en YouGo Dogorou y se mueve por la escarpadura hacia el suroeste. Desde hace mucho tiempo el Sigi termina en la meseta, en la aldea de Songo.
Esto quedó certificado en 1972, cuando Jean Rouch, a propósito de su documental sobre:
Jean Rouch
‘Amadingue Dolo, el final del jefe de las máscaras y de Diangouno Dolo, elfinal del jefe de Sangha’, que observó y filmó, documentando cómo el ritual terminaba en Songo.
La gran máscara, Sirige, suele estar tallada en una sola pieza de madera y tiene una medidas de varios metros de longitud. Se parece a una tabla con una máscara esculpida en su extremo inferior.

Sirige la Gran Máscara Dogón
Aunque muchos creen que a través de ella Amma envió los dones a los hombres para instalarse en la tierra, los historiadores y expertos mantienen que, como antes recordábamos, de acuerdo con los mitos dogón, la muerte no existía, solo sucedía que los hombres se transformaban en serpientes.
Sin embargo, tras la ruptura de un precepto, los dogón fueron castigados y expuestos a la muerte. La gran máscara representa el primer antepasado que murió con dicha forma.
Es el receptáculo del alma del ancestro. Su forma alargada representa a esa serpiente. El trabajo de calados y dibujos, representan escamas que en la vida de los fallecidos se le presentaron y cual camisa, ellos también supieron soslayar.
Cada 50 años una nueva gran máscara Sirige se talla en sustitución de la anterior.
El lenguaje secreto del Sigi
En esta ocasión, los dignatarios de la Sociedad de las Máscaras, enseñan a unos cuantos jóvenes elegidos previamente, los secretos de su sociedad.
Ellos están presentes durante el tallado de la gran máscara y tienen que aprender Sigi Así, el lenguaje secreto del Sigi. Después de haber completado su iniciación, sustituirán a los iniciados que les precedieron.
Los dogón que siguen los rituales de la Sociedad de las Máscaras poseen un refugio cerca de su pueblo, donde se almacenan las Grandes Máscaras, tanto las antiguas como la última realizada hasta la fecha.
En 1930 Marcel Griaule contó nueve Grandes Máscaras en el pueblo de Ibi. Esto significa que los inicios del culto Sigi en este pueblo en particular se remontan al siglo XIV.
Pues 9 máscaras cada 60 años son 540 años, sea su calendario o el nuestro alrededor de 500 años al menos.
Olubaru
Tweet
Se hace un orificio en el techo de la casa del difunto y la máscara se coloca a través de él. La parte superior de la máscara se puede ver desde muy lejos.
La máscara corresponde a la que fue tallada en presencia de la persona fallecida cuando él era todavía un olubaru en el último Sigi.
Máscara Imina Na
En gran parte de la literatura etnográfica, se traduce ‘Gran Máscara’ como máscara Imina Na.
Sin embargo, Imina Na es el nombre dado a la ‘voz’ de la gran máscara y no a la propia estructura de madera.
La voz de la máscara se consigue mediante una cuerda sujeta por un extremo a dos piezas de madera o de metal, por lo que parece el silbido de un torbellino de los de aquella zona, sobre la cabeza.
“Dependiendo de la región, el nombre dado es o Wara o Dannu. Originalmente el Dannu, palo de madera, y el Buguduru, cono de arcilla, forman la base contra la cual el Wara se inclina”.
Masques Dogons’. M.Griaule – página 745.
Con el transcurrir del tiempo, una serie de pueblos abandonó la talla tipo Wara y lo reemplazó por la Dannu. Aunque en la actualidad es conocida por todos como máscara Sirige.
Ginna la casa de la gran familia
Otros testimonios recogidos en otras zonas, hablan que la Gran Máscara representa además un Ginna, la casa de la gran familia.
La máscara mide varios metros de longitud y se necesita un hombre, joven o adulto pero muy fuerte para maniobrar con este tipo de máscara. Aunque parece que en su origen no estaban destinadas a ser bailadas, hace ya un par de siglos que se sabe de sus evoluciones.
Los bailarines son capaces de saltar y hacer movimientos giratorios con la cabeza hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados, rozando el suelo y marcando surcos, sin romperlas.
Estos movimientos requieren una fuerza física que no todos los bailarines poseen.
Un esposo que tenga a su esposa embarazada nunca usará un traje con las fibras rojas habituales, pues traería un gran peligro, dado que para los dogón el color rojo representa la sangre menstrual.
En determinados círculos, casi siempre mercantiles, a esta máscara se la denomina ‘de pisos’, pues ciertamente se necesitan varios para mostrarla, y en ellos se suele decir que es por la que Ammá trasladó los dones a los hombres desde el cielo.

Sociedad de las Máscaras
Si una máscara se rompiera mientras se realiza el baile, los bailarines y los dignatarios de la Sociedad de las Máscaras, tratarán de ocultar la reparación de la vista de los espectadores. Las máscaras son objetos mágicos y cualquier intervención necesita del secreto.
[…] Siguiente capítulo Capítulo anterior […]