

Representación de una reina |
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Foto.14 Representación de una reina. Arcilla cocida. H. 25 cm. Museo Nacional, Lagos, Nigeria |
Tras la piedra y por antigüedad de la lógica factura veamos las terracota. Aún con muchas dudas, lo que no las tiene es que en las orillas del Niger, la cultura Nok empieza a cocer tierra cerca del año mil antes de nuestra era.
Los restos cerámicos encontrados en hornos que en principio se creyeron diseñados para fundir hierro, parece que muy al contrario, su origen fue la cerámica y fue muy posterior su utilización metalúrgica.
Terracota escultura cerámica Yoruba
Antes hablabamos del útil y si junto al fuego se coloco alguna pella de barro y vieron que endurecía, seguro que a alguien se le ocurrió darle una forma de cuenco y de ahí y por lo que estamos, a Ife y los yoruba.
Ile Ife, como hemos visto, está ubicada en la actual Nigeria a lo largo de la costa, al sur del Golfo de Guinea, donde a su vez se encuentran los golfos de Benín y de Biafra que bañan sus costas.
Ife fundada sobre el siglo Vi por los yoruba, controlaba el bosque tropical al oeste del delta del río Níger.
Y las evidencias muestran que mantuvo algún tipo de conexión con el reino Igbo Ukwu, a su vez con exquisitos y preciosistas fundidores, que a su vez despuntó en el siglo IX en la misma latitud pero al otro lado del río Níger.
río Níger, Yoruba
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También hemos visto que las excavaciones arqueológicas han revelado las varias vicisitudes que alternaron tiempos florecientes con otros de ocupación.
Y incluso devastación de las que siempre emergía, lo que explica los lapsus temporales de evidencias de sus primeras prácticas culturales, de lo que no queda recuerdo ni en sus tradiciones orales.
Los artistas de Ife
Marcel Griaule en su ‘Folk Art of Black África’, 1950, p. 16, escribió que:
“… está más allá de nuestros horizontes. Está inmerso en un clima en el que no tenemos experiencia, y sobre el cual, a pesar de las apariencias, solo tenemos datos fácticos mínimos… ”
Marcel Griaule
Es importante recordar siempre las improntas de los pueblos y los artistas de Ife también sabían sacar lo mejor de sus gustos estéticos.
Perfilaban sobre elevando el borde de los labios mejor que hoy lo hace un maquillador de la pasarela de Milán; en las comisuras de los ojos, el párpado superior se superpone sobre el inferior al modo que lo hacen las pestañas.
Como también gusta hoy en día alargando ‘el rabillo del ojo’; se remarca una línea paralela sobre el párpado superior; se destaca el arco ciliar pero no así las cejas que no se muestran; gustan de mostrar el cabello que lo peinan con exquisito gusto y bien delimitado.
Llegan al extremo de mostrar, los normalmente tres pliegues del cuello que se les forma a los africanos cuando están bien cuidados, aunque el número exagerado es también símbolo de estatus..
Retrato de una reina Yoruba
Figura de la foto nº 14: Esta cabeza, por estar adornada con cinco coronas, según los expertos y el propio rey actual de Ife simboliza el retrato de una reina.
Desde luego con solo verla se acepta tal conclusión. Junto con otras, esta magnífica pieza de terracota, fue recuperada del sitio de excavación de Ita Yemoo por el profesor Frank Willett. Parece que pudo ser que perteneciera a un cuerpo entero.
Las huellas de pintura que se mantienen en la cara y la corona parecen prueba evidente de que si no todas, sí algunas terracotas pudieran estar pintadas, como hoy las máscaras de madera. Mientras que vemos la enorme profusión de adornos sobre la cabeza, apenas vemos un delicado colgante sobre la frente.
Sí es a considerar la finura con que se delimitan los rasgos, en mi opinión un retrato, y hasta las estrías naturales de los carnosos labios. Respecto a los tocados o coronas sobre la cabeza, cuanto más altos mejor.
No es lo mismo una tiara papal que un bonete, o un bombín que una chistera, que si ahora son objeto de bromas, en su momento, finales del XI inicios del XX, diferenciaban a las claras la alcurnia del sujeto.
Producción artística Yoruba
Pero recordemos que hablamos de entre los siglos XII al XIV, por lo que desde luego esta cabeza por sí sola, es un excelente relato sobre la sensibilidad y emociones que eran capaces de proyectar unos pueblos tildados de salvajes o como poco de primitivos.
No es de extrañar que en la industriosa Europa de 1938, no se diera crédito a que fueran obra de ellos y que de inmediato se sacaran a relucir mitos cercanos y de blancos, pues cómo compararlos con nosotros.
El tocado sobre la cabeza lo forman cinco diademas o coronas y los expertos estiman que el número tanto de diademas como de las cuentas que lo componen dan una idea del rango y la posición del personaje dentro de él.
Los diseños con forma de roseta parece ser que eran exclusivos de los individuos pertenecientes a la primera dinastía.
“Estas rosetas sugieren la importancia de las plantas y sus flores, y la antigua primacía de los dioses sobre la propiedad de la tierra para los del linaje de Obatala”.
Frank Willett
Y como si de botánicos se tratara el número de pétalos que componían las rosetas, era concluyente para diferenciar ante quién se estaba.
Linaje de Obatala
Las de 8 ocho pétalos, eran las de más alto grado que se otorgaba a un humano. Si se componía de 16, dieciséis pétalos, estaba referenciándose a un dios.
Como conclusión a esto, los ocho pétalos se asocian a los líderes de mayor rango del linaje de Obatala, pero aquellos compuestos de rosetas de dieciséis pétalos quedaban reservados a la esfera de los dioses.
En algunas cabezas se observan diademas de círculos concéntricos y parece que tal accesorio hace referencia a personajes políticos relevantes de la nueva dinastía de Odudua.
De hecho, a día de hoy se muestra un gran diseño con un círculo concéntrico en las puertas de hierro fuera del palacio de Ife.
Esta cabeza junto a otros objetos se encontraron entre los restos de un santuario destruido en un incendio, construido con entramado de ramas y enlucidas las paredes con adobe y techo de paja.
Willett encontró próximo a este otro santuario construido sobre un extenso pavimento cerámico.
Escultura de terracota y metal fundido
Los pavimentos de cerámica son una característica distintiva de la antigua Ife que coincide con el período de mayor esplendor de la escultura de terracota y metal fundido, entre el año 1000 al 1400 de nuestra era.
El sistema de pavimentación consistía en colocar hiladas de baldosas cerámicas con un formato determinado, que a su vez nielaban tramos de dibujos que formaban espigas realizadas con cantos rodados insertados.
Fotos Dirk Bakker | Fotos Dirk Bakker |
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15:Jefe Lajuwa. Arcilla cocida. H. 32.8 cm. Museo Nacional, Lagos, Nigeria, 20-79.R.10 | 16: Ife. Arcilla cocida. H. 16 cm. Museum Nacional, Lagos, Nigeria, 79.R.6 – Ife 305. Fotos Dirk Bakker |
15: Según Eyo y Willett 1980, p, 103: “Se dice que la cabeza que estás viendo se mantuvo en el palacio del rey. Se llama Lajuwa*4, a quien se recuerda como el usurpador que se convirtió en rey cuando murió Oni Aworokolokin” |
16: Vemos en la foto nº 9 que abre este apartado de arte, al Oba Adesoji Aderemi, Ooni de Ife, que se dedicó desde 1938 a recuperar los objetos antiguos que la gente había descubierto haciendo caminos o cimientos, incluida esta cabeza, que custodió desde entonces, dando pie al Museo de Ife y los Nacionales de Nigeria en Lagos. |
El patrón de los cortesanos de Emese
* Nota 4: Cuenta la historia que: “Después de la desaparición del Ooni su señor y maestro, Lajuwa escondió o enterró su cuerpo y fingió ser el Ooni. Cuando se descubrió su engaño, Lajuwa fue decapitado, con todos los artistas y escultores por el Ooni siguiente. Y así, Lajuwa se escribió a sí mismo en la historia, porque hoy es el patrón de los cortesanos de Emese, el palacio”.
Willett, 2004 afirma que:
“Entre los objetos encontrados los más numerosos son la terracotas seguidas del metal, y lo que sí se ve en ellos es la diversidad de estilos y temas”.
Willett,
Cabezas como estas no pertenecían a figuras enteras sino que eran retratos sueltos. Otra casualidad, que no es exclusiva, resulta de la manera en que estos objetos antiguos desaparecen y aparecen.
Función primigenia de la Terracota
En este caso los aldeanos, recuperando piedras u otros materiales para construcción o removiendo antiguos solados o cimientos para otros nuevos, daban con estas piezas que guardaban entre lo excepcional, milagroso o tesoro personal sin saber qué habían encontrado.
Pero también temerosos, que encontraron siglos más tarde de cuando se produjeron y abandonaron.
De manera que a lo mejor reverenciados atribuyéndoles a saber qué, o por si acaso, los guardaban o enterraban en lugares sacralizados, para exhibirlos, honrándoles si hacía el caso en ceremonias normalmente anuales.
Estos nuevos usos y honras de seguro nada tienen que ver con su primera función y posiblemente tampoco se hayan encontrado de nuevo en su primitivo lugar de orígen.
Cabezas con marcas de gato
Foto 17 | foto 18 |
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17 H: 127 mm. nº reg. 67/16 S. Reenumerado IF 67.1.5. | 18. Inicios del siglo XIV. Terracota |
Susan Preston Blier
Susan Preston Blier en su ‘Art in Ancient Ife, Birthplace of the Yoruba’, p. 77, hace referencia a estas piezas asegurando que:
“Varias cabezas de terracota de la Era Floreciente de Ife, aproximadamente el 5 por ciento del total, muestran tres marcas faciales elípticas de ‘bigote de gato’ en las comisuras de la boca, similares a las que se asocian con los Yagba Yoruba, un grupo que hace tiempo se asentó al noreste, y que más tarde se asimiló con los Nupe. “
Susan Preston Blier
En una de esas esculturas, las marcas se extienden hacia las mejillas de una manera similar a las marcas faciales posteriores de los Yoruba Abaja, lo que indica una conexión histórica entre las dos”.
Obayemi 1992, p. 73 y 74, pone en boca de Andrew Apter que:
“Un grupo de Yagba Yoruba ocupa un espacio en Ife donde el dialecto Iyagba todavía se habla a veces. Más comunidades históricas de Yagba se encuentran en la región Yoruba de Ekiti donde se han encontrado los primeros emplazamientos de trabajo de hierro. Es posible que la población Yagba de Ife estuviera involucrada en actividades complementarias de fundición en este lugar”.
Andrew Apter
Figuras de Benín
Al observar algunas figuras de Benín con las mismas marcas faciales, sosteniendo herramientas de herreros en sus manos, tanto Preston Blier como otros expertos, apuntan a que era tradición que los herreros a parte de acudir como tales al Reino de Edo Benin, fueran a su vez remitidos como embajadores de Ife.
Foto cortesía del Hunterian Museum. Universidad de Glasgow | Foto de Dirk Bakker |
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21: Se dice que representa a Osangangan Obamaquin. Se encontró en el santuario en su honor en Ile Ife. Terracota. Siglo XIV. H: 140 mm. Nº reg. 30. Reenumerado con el 49. 1. 18. Foto cortesía del Hunterian Museum. Universidad de Glasgow. | 22: Cabeza, pueblo Òwò. Siglo XIV. Terracota. H: 17, 4 cm. Museo Nacional. Lagos. Nigeria. Nº reg. 73.2.7. Foto de Dirk Bakker. |
El profesor Ekpo Eyo
En 1969, el profesor Ekpo Eyo dirigió la excavación de un recinto arqueológico en las inmediaciones de la ciudad yoruba de Owo, encontrando una serie de esculturas de terracota que se dataron en el siglo XV.
Dado que Òwò se encuentra a mitad de camino de Ife y Benin, no es de extrañar que sus artistas absorbieran formas de hacer de ambas culturas que se muestran en sus obras. Si observamos la foto 22 es clara la influencia Ife en esta cabeza de terracota Òwò.
El profesor Wiliam Dewely, de la Universidad de Pensilvania nos remite a Eyo y Willett, 1980, p. 16 que nos dicen:
“Las estrías paralelas en la cara, la superposición en las esquinas de los ojos, el borde elevado de los labios y la línea paralela en los párpados superiores son todos rasgos de Ife. Las cejas están, sin embargo, más claramente delineadas que en Ife. Curiosamente, ninguna de las terracotas Òwò lleva coronas”.
Eyo y Willett
Y continúa él diciendo: “Recientemente, un sacerdote en Òwò le mostró a Eyo dos cabezas antiguas redescubiertas, con agujeros perforados en ellas para que pudieran usarse como cabezas colgantes a la manera de Benin”.
Wiliam Dewely,
Escarificaciones verticales
He querido traer aquí dos cabezas donde observamos en su faz las conocidas escarificaciones verticales, solo que si la de la derecha está dentro de lo que consideraríamos más común, en la de la izquierda se ven más profundas y gruesas. Recordad esto porque de igual manera lo veremos en el metal.
Las estrías paralelas en la cara probablemente representan la escarificación real que se hacían. Y como sucedería entre la gente, no todas las cabezas, sean de terracota o de latón tienen estas marcas.
Hasta hace poco estas estrías eran el signo identitario yoruba. Se cree que en el pasado, cada linaje real disponía de su patrón específico. Sí es sabido, que las más finas eran un distintivo que utilizaba la élite.
Las tallas más antiguas
Las más gruesas se constata que dado que solo aparecen en las caras de las tallas más antiguas, debía ser algo de los componentes de la primera dinastía monárquica.
Puesto que delgadas y gruesas las marcas se daban entre las mismas gentes, se cree y lo lógico es pensar que las gruesas identificaban a determinados componentes de algunas sociedades, que en su rituales utilizaban ciertas plantas urticantes o un tipo de escarabajo o insecto que también lo fuera, de manera que con su contacto, se inflamara la piel y carne al menos durante la duración de las ceremonias.
No se sabe a ciencia cierta, pero si hay indicios suficientes para pensar que si las estrías verticales eran cosa de la élite, las gruesas también eran cosa suya y de la hermandad o sociedad y rituales que realizaban entre ellos, que al parecer tenían algo que ver si no específicamente, si ocasionalmente con rituales mortuorios.
Pueblo Igbo
Estas peculiaridades las aportan varios eruditos en trabajos desde el primer tercio del siglo XX, pero confirman haberlo visto aún casi a finales del mismo siglo algunos amigos yoruba e incluso igbo in situ. Obayemi, Apter, Drewal, Eyo, Willet, Preston Blier, o Dewely entre otros aportan datos de lo anterior e incluso puntualizan lo siguiente:
“Curiosamente, las esculturas que representan estas gruesas líneas, característicamente muestran fosas nasales ensanchadas y cejas fruncidas, lo que sugiere el dolor que debía acompañar a las prácticas que provocaban ampollas faciales como estas”.
Obayemi, Apter, Drewal, Eyo, Willet, Preston Blier, o Dewely
Seguro que todos conocemos dos pintores de nuestra ciudad, de la misma época, y que en nada se parecen sus obras aunque hayan comido juntos, como pasaba con Van Gogh y Gaugin por ejemplo.
Terracota de Owo
Pues eso pasa aquí con este busto de la foto 23 de procedencia Òwò, que refleja una manera concreta sin influencias de nadie, ni de Ife ni de Benin.
Foto 23 | Foto 24 |
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Òwò. Siglo XV. Terracota. H. 25 cm. Museo Nacional, Lagos. Nº reg. 73.2.1. Foto Dirk Bakker. | Personage masculino de un artista Yoruba. Sudoeste de Nigeria. Terracota. Sin datación. Dimensiones: 76. 5 x 29.7 x 24.5 cm. Antigua colección Thisman. Donación de Walt Disney Word Co., una subsidiaria de The Walt Disney Company, con nº reg. 2005 -6-73. |
En el mismo tiempo en que Ife entra en decadencia, la ciudad de Oyo,situada más al norte se afianza, adquiriendo su mayor preeminencia entre los yoruba.
Esta circunstancia parece que dio pie a que surgieran o profundizaran otros contactos, sobre todo con la cercana y pujante Benin, de lo que según parece Òwò supo aprovecharse.
Estilo de Benin
Es clara la influencia del estilo de Benin en las manufacturas de los objetos realizados por los artistas Òwò, lo que no quiere decir como se ha adelantado, que tenga que suceder siempre así, como no sucede con pintores de la misma época y ciudad como también se ha dicho.
Y eso sucede con este torso de la foto 23 que como vemos muestra unas características propias, que dado el lugar donde se encontró junto a otras piezas y que este lugar está dentro de la demarcación territorial de Òwò, como a cualquier otro lugar de excavación se le da el nombre de la ciudad o región donde se encuentra.
Eyo y Willett 1980, p. 14 nos dicen a este respecto:
“El collar con borlas, por ejemplo, parece singularmente Òwò. Benin en el siglo XV estaba expandiendo su influencia tanto al este como al oeste y debió haber afectado a Òwò. Òwò afirma que Benin nunca lo conquistó, pero hay muchos elementos de la cultura de Òwò claramente tomados de Benin, como los títulos de jefatura y las coronas y las insignias reales contemporáneas. Las insignias de Òwò están hechas de coral, como las de Benin, en lugar de los abalorios de cristal de otros miembros de la realeza yoruba. El santuario donde se habían almacenado estas terracotas fue destruido, tal vez cuando Benin intentaba someter a Òwò en el siglo XV”.
Eyo y Willett
Terracota Òṣùgbó u Ògbón
La espectacular figura de la foto 24 impresiona nada más verla. Es de una terracota más refinada, por tanto aunque el museo no aporta datación posiblemente sea de entre los siglos XVI o XVII, pero es mi opinión.
Los expertos la adscriben como figura esencial de una hermandad de ancianos dentro de la sociedad Òṣùgbó u Ògbóni. Se la emparejó con una figura femenina actualmente en la colección del Museo Berg en Dal, de los Países Bajos donde es exhibida.
La figura muestra a un varón sin duda con alto rango, que viste una rica túnica sujeta sobre el hombro izquierdo que parece recamada o bordada, que le da dos vueltas y recoge posiblemente en la cintura y le cubre por completo.
Se enriquece con un collar de cinco vueltas, en el que yo imagino aparte de abalorios a modo de cuentas de bronce, otras de cristal que ahora conocemos como del tipo ‘awalé chevrón’.
Tocado cónico al estilo frigio
Asoma por encima una gargantilla de dos vueltas. Su tocado cónico al estilo frigio, tipo ‘pico de pollo’, es similar a los que se ven entre los obas de Benin actualmente o en los bronces de sus reinas, e incluso parece querer incorpora la idea de las alas que estos lucen.
Asoma en el costado derecho una escarificación o herida muy remarcada. Vemos que lleva el cuchillo desenfundado y sujeto hacia arriba y aunque no amenazante si parece hacerlo palpable, aunque es recurrente.
El volumen de sus ojos no solo aporta datos sobre un estilo, parece percibir todo lo que sucede a su alrededor; pero junto al resto de la composición lo que yo percibo es decisión y seguridad,
veo más a alguien que gobierna o dirige que a un sacerdote. Aunque otros, que sin duda saben más, evocan una presencia ritual llena de espiritualidad. Sea como sea lo cierto es que una figura de tan importante tamaño y cantidad de detalles, necesita de un artesano que sepa modelar y llevarla a cabo, y también de cochuras y sus mermas y fracasos, lo que no es fácil.
La figura del Museo de Berg
El artesano dominaba la exquisitez y una maestría técnica indudable. Aparte de esta y la figura del Museo de Berg en Dal, no se conocen otras piezas de terracota similares que se puedan atribuir a la sociedad Òṣùgbó.
Parece que utilizar tierra cocida, cuando podían haber hecho lo mismo con metal, tiene que ver con el poder atribuido a la sacralidad de la tierra que aporta discernimiento a los miembros de la sociedad Òṣùgbó a la hora de tomar decisiones de relevancia sobre procedimientos judiciales.
Y sobreponerse ante determinadas cuestiones frente al rey para equilibrar su poder.
25 y 26: Cabezas Ori
foto 25 | foto 26 Frank Willett. |
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:Cabezas Ori, una normal y otra con la cara arrugada. Yoruba, Ife. Terracota. Izda | 15,24 cm. Siglos entre XIII al XIV. Obafemi Awolowo University Collection. |
Terracota de Cabezas Ori
Respecto a las cabezas 25 y 26, podríamos decir que son Ori, cuyo significado es ‘el que ocupa el cargo’.
Parece que cuando el rey no podía estar físicamente en un acto público, un funcionario de la corte llamado Osiefa era el especialista encargado de substituirle a todos los efectos, utilizando la corona y recibiendo los mismos honores que el rey.
Si bien no hay evidencias de que hubiera un funcionario concreto con estas características o se hiciera alguna vez alguien pasar por el rey en la antigua Ifè, sí parece que uno de los primeros reyes, el Oòni Giesi.
Y encontrándose ya anciano y enfermo como para acudir a determinadas ceremonias, era sustituido en algunas de ellas por su hija, Debooye, que le representaba. Y aquí es donde numerosos especialistas se plantean la duda:
cabezas de Ifè, Yoruba
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¿Es posible que algunas de estas cabezas de Ifè de tamaño natural que hemos visto, se hubieran realizado a la entronización de un nuevo rey con esta idea predeterminada?
A lo que ellos mismos se responden diciendo que esta idea es posible, pero necesita de más investigación. No obstante, dada la singular y sutil manera en que el africano se expresa visualmente, conociendo el protagonismo que se otorga a los objetos de la regalía real.
Y recordando esos retratos de tamaño inferior a lo real en el corpus ifè, se puede entrever que el arte de la corte se preocupaba por dar igual relevancia a la apariencia personal de los vivos, como a la memoria colectiva de los muertos.
Frank Willet
Frank Willet, tras estudiar todas estas obras a la par que otros académicos durante más de cuatro décadas, ha observado que muchas de las cabezas de tamaño natural de Ife comparten ciertas ‘semejanzas familiares’ tanto en forma como en estilo.
No obstante no han conseguido establecer si son producto de un mismo artista, de un taller con artesanos diferentes pero un mismo estilo, o producto de una manera de hacer generalizada mantenida en ‘el tiempo y el espacio’, tenido este como el ámbito de implantación del pueblo yoruba.
La conclusión sobre la semejanza de estas cabezas, podría estar en que tal vez los artistas no realizaban estas obras con el personaje reflejado delante, e incluso lo hicieran posiblemente tras su muerte y solo por referencias de otros o su propio recuerdo, a lo que podríamos llamar también un estilo adquirido tradicionalmente para representar el rostro humano.
Y Willet dice:
“Téngase en cuenta que una buena parte de las cabezas tienen un aspecto digno, con los músculos del rostro relajados; hay poco o ningún intento de expresar emoción. Esta idealización recuerda el premio otorgado por los yoruba a la compostura, lo que sugiere, al mismo tiempo, que los artistas podrían haber estado trabajando dentro de un lenguaje estilístico presumiblemente destinado a relacionar a todos los individuos retratados como Omo Odùdùwa o miembros con la misma ‘semblanza familiar’ ”.
Willet
Queriendo reflejar el concepto de familia extendida o clan familiar.
Jean Borgatti ha observado una tendencia semejante en otras partes de África, en las que al primar la colectividad frente al ‘individuo’, este se difumina en función de reseñar la ‘identidad social’.
Y explica:
“Esto sucede cuando un artista simplifica la cara para conformar los arquetipos asimilados desde tiempos atrás del pasado, no estando suficientemente habilitado para invenciones artísticas dentro de una determinada convención estilística”.
Jean Borgatti
Aunque habituados a un primer sepelio con las honras y parafernalia a que en cada caso, estatus o disponibilidad, se pueda y, otro posterior donde definitivamente se depositen los restos del difunto. El alma se supone que ya ha hecho su tránsito, en el lugar escogido con aquellas cosas que le pertenecieron o que le honran.
No todas las figuras naturalistas de Ife y Òwò habrían funcionado en el contexto de esa segunda sepultura.
Esto se confirma por el hecho de que algunas no son de tamaño natural, mientras que otras tienen la boca amordazada, como veremos en los bronces, recordando la costumbre Èdì. Y los rituales y sortilegios consiguientes,de amordazar a las víctimas de sacrificio humano y así evitar que maldigan al jefe.
Terracota de la excavación de Obalárá
En la llamativa terracota de la foto 26 encontrada en la excavación de Obalárá zona de Ife, datada entre los siglos XIII y XIV, podemos observar un colgante alrededor del cuello con un cráneo y la cara fruncida ostensiblemente, con la boca abierta mostrando la lengua.
Fotos nº 27 Foto Frank Willet |
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Obalárá. Ife. Terracotas. Siglo XIII a XIV. Malformaciones y gesticulación. Museos Nacionales, Lagos. Nigeria. . |
En el libro de Preston Blier, de obligada lectura para cualquiera pero sobre todo los interesados, ‘Art and Risk in Ancient Yoruba: Ife History, Power, and Identity, c. 1300’ vemos estas y otras cabezas recogidas en el mismo sitio de Obalárá con caras igualmente distorsionadas.
Estas contraídas representaciones, recordemos que llamadas Ori, encontradas junto a vasijas rituales y algunos cráneos y huesos humanos conduce a la hipótesis de que el lugar debe guardar algúna trascendencia implicada directamente con la muerte de las personas y que por lo mismo, las terracotas posiblemente desempeñaran algún papel en los rituales postmortem.
Sacerdote del culto a Owinni
Es revelador que el sitio pertenezca a la familia Obalárá. Pues el cabeza de familia es el sacerdote del culto a Owinni, un ancestro deificado cuyo santuario se dedicó y es recordado como sanatorio para los enfermos de viruela.
De hecho, como Peter Garlake señala:
“Las terracotas podrían estar vinculadas a los rituales dedicados a prevenir la recurrencia de enfermedades infecciosas en la comunidad”.
Peter Garlake

Foto 28 Museos Nacionales, Lagos. Nigeria. |
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Vemos en la foto 28, una terracota igualmente intrigante del siglo XV que se encontró en Òwò, a unos 120 km al sureste de Ife, que muestra una canasta llena de cabezas y caras cortadas |
De acuerdo con el jefe Obadio, el alto sacerdote de Odudùwà en Ifè,
“…en el pasado se hacían sacrificios humanos ofrecidos a la deidad y, los lugares de culto y ritos estaban adornados con cabezas humanas de terracota”.
Obadio,
En ese caso, ¿podemos considerar esta canasta de cabezas de Òwò como una variación de la práctica en Ifè? ¿O eran las cabezas de terracota sustitutas de las reales en los grandes sacrificios?
Las pruebas arqueológicas de momento son insuficientes y esto hace imposible responder cualquier pregunta de estas con confianza.
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